Atrás quedó esa idea de todo recién graduado de periodista de dar un tubazo. "Y nos vamos de tubazo", asi decía el viejo Avepista, Rumberto Samuel Vaquero, sin embargo la profesión del comunicador social ha experimentado cambios significativos desde la aparición de las "plataformas de la información" y en el caso particular de Venezuela, la desaparición forzosa del papel ha lanzado al olvido al periodismo de investigación y los reportajes que abordaban en profundidad cualquier hecho noticioso.
Nada de leer notas bien elaboradas por colegas periodistas, como tampoco estar informado por gente que sabe lo que está haciendo; los sopotocientos descomunicadores, si me permiten el término, que bajo el manto de influencer, imstagregos, yutuberos y toda clase amorfa de aquellos que cobijándose en el articulos 57 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, invocan el derecho a la Libertad de Expresión, sin el menor cuidado de invadir, pisar y violentar el periodismo. Verbigracia de los comunicadores populares, quienes muchos se han preocupado por respetar la gramática, herramienta indispensable para todo periodista y muchos también han estudiado comunicación social demostrando así la seriedad que requiere ejercer el periodismo.
Ante tal situación, unos cuantos colegas desempeñan labores ajenas o paralelas al periodismo como sustento económico, lo que ha hecho mella en uno de los oficios, como lo describió el premio nobel: Gabriel Garcia Márquez, más humano, noble y desprendido. Aplaudo la iniciativa de quienes han abierto sus portales informativos, más allá de algunos que no son ni chicha ni limonada, como felicito a todo periodista que está trabajando en áreas disímiles a la comunicación social, ya que el camino que nos toca recorrer en estos momentos de cambios económicos, políticos y sociales es muy largo, tortuoso y culebrero.
Sobre nuestro gremio, qué puedo decir que no haya dicho, sin embargo reafirmo mi compromiso gremialista, siempre y cuando el CNP, Colegio Nacional de Periodista sea lo que debe ser, un cuerpo colegiado con figura jurídica y personalidad propia, no el anexo o el ala informativa del gobierno o de la oposición. Exhorto -humildemente- a los nuevos periodistas, egresados de las universidades públicas o privadas que no se conviertan en carne de cañón, que no se dejen manipular, que no se conviertan en tontos útiles y menos que utilicen la profesión para vilipendiar, mancillar o manchar a personas, instituciones, grupos sociales o comunidades entendiendo que tenemos el más sagrado deber: ser honesto.
Cito a mi profesor de Semántica, Blas Perozo Naveda en mi ilustre Universidad del Zulia: "El periodismos no es una profesión para hacerse rico, millonario, es para reconfortar el espíritu con el hecho de servir a la humanidad".