En mi infancia en Margarita, supe de una historia que al día de hoy, no sé a ciencia cierta, si esa historia fue real o se usó como un recurso para meterle miedo a los niños. Es una historia muy curiosa, porque si algo era imposible en la Margarita de esa época (1960 y un poco antes), era ver un bandido. Hasta los locos en Margarita, eran gente buena y muy cuerda. La historia cuenta de un bandido-ladrón con el nombre de Aníbal el Sapo que era muy fácil verlo por el municipio Marcano (Juangriego) y parte de Gómez.
Aníbal el Sapo hacía cualquier cosa por imposible que fuera. Se oía hablar de Aníbal el Sapo y nos los presentaban como un bandido y ladrón que no había cárcel que pudiera quitarle la fama de bandido y ladrón. Aníbal el Sapo, siempre encontraba, según lo que uno oía, la forma de evadir una cárcel que tampoco había en Margarita porque teníamos un déficit muy serio de bandidos y ladrones. La cárcel en Margarita es un producto del “progreso” de Puerto Libre y Zona Franca. El “progreso” trajo las cáceles en Margarita y creo, que si esta historia de Aníbal el Sapo es cierta, cosa que dudo; Aníbal usaba esta falta de cárcel como una oportunidad para cometer sus fechorías.
Si por alguna circunstancias, Aníbal el Sapo era objeto de una medida privativa de libertad y lo metían en una bóveda herméticamente cerrada con cemento, este Aníbal el Sapo encontraba la forma de salir. La policía en Margarita que también era muy escasa, optó, según el cuento o historia por dejar quieto a este Aníbal Sapo. Los policías y la justicia, según cuenta la historia, evitaban encontrarse con este Aníbal el Sapo, porque si lo agarraban; Aníbal venía luego por ellos. La Justicia en Margarita se hacía la loca con este Aníbal el Sapo.
Guaidó me suena que debe ser como un clon (muy mejorado) de este Aníbal el Sapo. Incurre en cualquier delito y es más rentable dejarlo en la calle que meterlo en prisión. Según sé, Guaidó por lo menos es cómplice del robo de Citgo y Citgo es, como una pollona hija de la gallinita de los huevos de oro (PDVSA). Parece que aún no hay cárcel para Guaidó. Se llegó a este clon de Guaidó al estilo del Aníbal el Sapo de Margarita, después de un ligero experimento con Leopoldo López, que como se puede ver, también era muy difícil mantenerlo en prisión. Ambos son como ese Aníbal el Sapo de Margarita del cuento o historia real o imaginada, que solía oír en mi infancia en Margarita. Por ahora se han burlado de la justicia, como lo hacía este Aníbal el sapo de Margarita.
El Aníbal el Sapo de Margarita, Leopoldo López y Guaidó
Por: Amaranta Rojas
Jueves, 09/05/2019 05:21 PM