Gobernador adeco -Alfredo Díaz- se inmola por Guaidó

Miércoles, 17/07/2019 07:26 AM

El gobernador adeco, Alfredo Díaz, quien después de salir de la alcaldía de Mariño, sin pena ni gloria, y, afortunadamente uno más, de los tantos alcaldes engordados de corrupta confianza o no, que ha pasado por esa alcaldía además, con afanosa fama de antirrevolucionario como, leal y moderado alumno de Trump que, posiblemente se formó en la escuela de los apáticos idénticos que siempre tienen su barriga a la vista del público que los sigue, de ideales inoportunos como tartamudos y encajonado de preceptos encogidos, aceptó y asistió a la ANC a juramentarse para poder gobernar y, desde ese día, Ramos Allup, lo declaró un patiquín engañoso y, le prohibió cantar de por vida estrofa alguna del himno del partido y, como un condenado huérfano de la Voluntad Popular sin destino, lo echó fuera de Acción Democrática.

Y desde ese día, Alfredo Díaz, ha gobernado desde la isla de Margarita, que no se sabe a favor de quién y por quién que, desde que fue deshonrado por el que era su jefe: ha quedado metido en las oscuras tinieblas de un gobernador sin rumbo político, entregado a las malas costumbres del pueblo margariteño, toreando eclipses solares de desesperanza, tragando salitre y, bañándose entre olas estropeadas de cansancio que a diario: ofrece, pero nada cumple, metido dentro de su traje azul que lo hace arrogante en el pensar de lo imposible y, entre más ofrece más engorda que en cada reunión pueblerina que asiste: deja la ilusión que algún día de los que le quedan por delante gobernará para los pobres que no comen, ni duermen, aunque sin ojeras, ni pálido de contriciones y de trasnocho en trasnocho tuvo un sueño donde, se le apareció el ángel de su guarda, sin capucha y sin pelos en la lengua, le dijo: te enseñaré, Alfredo Díaz, a gobernar sin corruptos ni corruptelas, ni empleados amigos de lo ajeno y, harás flotar los dólares que quieras al caminar por los municipios que quieras y, él pensó que era Trump que lo abrazaba de ayuda humanitaria, pero descartó su presencia al recordar que en su sueño la imagen que se le grabó era de un presidente autoproclamado y, por desgracia su suerte cambió cuando, recibió el visto bueno que el presidente Guaidó sería su guía turista por un día y, despertó, y rezó un rosario en familia cuando llegó a la gobernación.

Ahora resulta que el gobernador, Alfredo Díaz, se emponzoñó de alegría pues, el mundo margariteño pasará a la envidia enojosa de las demás dispersas gobernaciones que no han tenido el panorama de la solidez del pueblo margariteño al alcance de Guaidó que, con su señora como primera dama al lado de la de él traspasarán las envidias y, le darán brillantez a un acto triturado de bullas calurosas que correrá por el mundo a través de las redes sociales como milagroso que, desenvolverá lo que Rómulo Betancourt bautizó antes como el hampoducto político, que dejará a la ironía un consuelo que en Venezuela todo es posible cuando, se juntan el hambre con las ganas de comer, y lo que era dejará de ser como un consuelo que la Virgen del Valle nunca realizó en provecho de un pueblo que ríe de calamidades, con un gobernador que no tiene amarras que soltar, ni barco en que navegar en solitario contando las estrellas nocturnas y, la luz eléctrica dejará de irse en la isla de por vida con Guaidó alumbrando la felicidad por venir, no más pobreza, todo en su puesto, ni un tornillo flojo y, el mar soltará sus peces como si fueran tras de las sardinas a engordar la ilusión de esperanzas y, la paz correrá como ríos de nubes que cubrirán de riquezas los flacuchentos deseos que dejará la resaca que, aunque la mona se vista de seda mona es y mona se queda.

El gobernador, Alfredo Díaz, tendrá su luna margariteña al lado de Guaidó y ambos gozarán de la placidez de los escuálidos que en Margarita abundan en clase media más adecos que otra cosa, que donde "haiga" hacen caída y mesa limpia, pero por ahora lo importante es que el mundo margariteño será de ellos como un premio que sólo ellos cobrarán cuando, ambos pretenden gobernar, uno a Venezuela y el otro a un estado que padece de todos los males que existen sobre la tierra y de la noche a la mañana lo quieren adornar de pajaritos preñados, volando bajo de más de lo mismo y, la luna que Margarita es, titilará como gaviotas perdidas en el espacio asuntino en busca de un porvenir político que hace años se lo llevó la oposición para Miami y como el venezolano no tiene fronteras le está demostrando al mundo que la Patria no puede ser una sola, que la patria se hace al nacer y, Guaidó nació en aras de fundar un porvenir político que él mismo escogió en hacerse presidente, lo contrario de Alfredo Díaz, que como gobernador da lástima sin saber qué hacer, ni para qué lo nombraron gobernador, si Margarita es una perla que no ha podido por inepto gobernar, y sólo le queda como consuelo, es, que él y Guaidó en algo se parecen nadando como mandatarios y, no encuentras a quien tomarle el pelo con Guaidó como el porvenir de lo imposible y Alfredito, uno más que aspira llegar lejos y que los gringos lo tomen en cuenta.

 

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