David De Lima ¿Superministro?
Ya la gente ni se acordara de este constituyente y ex gobernador. Se mueve a las sombras para no ser notado ni saberse en que parte del tablero está actuando. Salió a la luz pública nacional en una cadena presidencial, donde se reveló contra Chávez en Miraflores, con el propio militar al frente. Una señora manifestaba: David De Lima traiciona hasta su propio pensamiento. Allí saltó la talanquera marchándose a la oposición. Desde la Gobernación de Anzoátegui quiso convertirse en líder regional, misión imposible puesto que muy pocos confían en él. Al terminar su periodo no fue a la reelección, no tenia partido, todas las encuestas lo daban perdedor y no contaba con el apoyo de Chávez. En ese momento diseño una nueva estrategia se declaró en quiebra para no ayudar a nadie. Quedó como un judío errante, hasta la esposa lo sacó de la casa, porque en el ejercicio de su mandato descubrió que era un don Juan, a los extremos que un asistente mandó a colocar persianas en el despacho para evitar que se vieran las escenas nocturnas que el papel ahumado no protegían. Estaba caótico, deambulaba a pie por las calles de Lechería. La mayoría le sacaba el cuerpo, no cultivó amistades, siempre fue egoísta. Esperaba en las panaderías quien le brindara el desayuno a cambio de chistes y fabulaciones, de no ser por las mentiras hubiese competido con George Harris. Cuando alguien le invitaba a comer, respondía que prefería le dieran tarjetas telefónicas para poder operar financieramente, pidiéndole ayuda económica a los pocos amigos que le quedaban. A veces duraba hasta una semana sin bañarse, manteniendo la misma ropa. No dormía en una plaza gracias a una novia que se consiguió que le prestaba una habitación cuando la hija no se encontraba en casa. Nadie creía la veracidad de esa situación, pero indudablemente el papel en esa obra de teatro le salió a la perfección, llegando en ese peregrinar a la oficina de Chávez de la mano de José Vicente Rangel, después que el árabe de un supermercado y un taxista apodado Batman le habían suspendido el crédito. El presidente le perdonó la traición poniéndolo a la orden del Canciller Nicolás Maduro, la primera misión fue postularse como diputado nacional por la oposición, jugando ese papel de quinta columna. Se buscó un equipo de dirigentes encabezado por Eder Puerta Aponte, ocupando diez habitaciones del Gran Hotel de la ciudad de El Tigre. No se hicieron afiches ni volantes, la única herramienta de campaña de David De Lima eran condones y viagras, que religiosamente mandaba a comprar con kike. Su proselitismo consistió en recibir damas de Barcelona y Lecherías, que venían acompañarlo en las solitarias noches del sur de Anzoátegui. Por supuesto llegó de ultimo no alcanzó los 500 votos. Posteriormente en Caracas operando desde el hotel El Conde se dedicó a ofrecerles dólares a pequeños partidos de oposición para que le dieran la tarjeta al chavismo. Ya oficialmente se había montado nuevamente en el tren de la revolución. Cambia su estatus, milagrosamente la hija de la novia abre un restaurante de lujo. Y se dice que compró una mansión en una majestuosa urbanización a través de terceros, luego la mandó a tumbar comprando la casa de al lado para completar esa especie de palacio residencial. Hasta donde esto es cierto uno no sabe, porque así como es muy bueno con los chistes, es excelente mentiroso. No sabemos si por eso salió de la Cadena Capriles, o porque se despierta después de las 11 de la mañana. En Caracas se maneja el rumor que grandes jerarcas chavistas lo utilizan para lograr audiencias en Miraflores. No se cansa de decir que cuando fue constituyente era quien asesoraba a Maduro en cuestiones legales, lo que le proporcionó una amistad y confianza insuperable, hasta para autodefinirse superministro. Al ser electo Maduro, celebraba con amigos expresando que se había pegado la lotería. Algunos comentan que podría estar incluido en la lista de los próximos sancionados, pero que va, no lo conocen, ese es tan sagaz que ya habrá hablado con los gringos para brincar nuevamente la talanquera salvando sus supuestos intereses en Nueva York.
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