El censo o como Guaidó y los suyos no se cansan de ponerla. Vuelven “con lo mío no te metas”

Viernes, 04/10/2019 03:47 PM

Dicen que el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra es el hombre. Pero la oposición de Guaidó no tropieza dos, sino hasta veinte y por veinte años. Porque y que "veinte años no es nada".Y no es muy inteligente que digamos quien comete el mismo error más de dos veces, teniendo oportunidad de sobra para percatarse del más mínimo detalle. Eso es suficiente para descalificarles como dirigentes.

Hacer política, no es tan sencillo como esperar que el otro diga o haga para llevarle la contraria sin motivos, para parecer distinto o "porque me da arrechera".

El ministro Menéndez, el de planificación, en su habitual estilo anunció que se proponían realizar el año que viene, como es su deber y tal como corresponde, el censo.

Es una tarea que está en las obligaciones de cualquier gobierno, sea este de derecha, fascista o nazi. También si quienes manejan el Estado son social demócratas, demócratas cristianos o de izquierda moderada, equilibrada, juiciosa y hasta extremista. Es decir, el censo suelen hacerlo y deben hacerlos en países capitalistas y de otro signo. Pues es un medio eficiente para recoger información para muchas cosas. Una de ellas es gobernar y planificar habiendo detectado las carencias y hasta las fortalezas. Por supuesto, ningún gobierno deja de darle a esas cifras distintos usos, inconfesables y hasta ignorarlas, eso es inevitable.

Uno como ciudadano estaría en el deber y derecho de reclamarle a cualquier gobierno que haga el censo cuando corresponda para se informe y nos informe de la realidad, debilidades y fortalezas y hasta para recoger la información que en cualquier contingencia pudiera ser necesaria. El ciudadano mismo la necesita para muchas cosas, como investigadores, empresarios, científicos de distintas disciplinas y hasta quien suele opinar. Si los partidos opositores como Voluntad Popular, Primero Justicia y hasta el de Ramos Allup, aspiran deshacerse del "usurpador", como llaman a Maduro, éste les haría un bien haciendo ahora el censo, pues cuando lleguen al gobierno hallarían en ese instrumento una ayuda sustancial para planificar y fundamentar sus decisiones. Es posible, es un riesgo que bien vale la pena correr, que Menéndez y su gente hagan un censo "chimbo" o "envenenao", como piensa la oposición de Guaidó, pero pese eso, ese instrumento inevitablemente recogerá bastante información útil y, sobre todo, encontrarían ejecutada una tarea indispensable, lo que significaría además un ganar tiempo. Los expertos saben qué hacer y cómo manejar los datos habiendo eso que llaman el margen de error, sea este por accidente, azar o de manera premeditada.

Por eso, uno pudiera haberse asombrado, de no conocer a esta oposición, al leer declaraciones de sus agentes en contra de la ejecución del censo y hasta trazándole a su gente, o sobre quienes pudieran influir, la idea de negarse a responder las interrogantes pertinentes al censo. Algo así, como "no les respondas y hasta no le abras la puerta". Ofreciéndole a la gente la idea que la realización del censo es de por sí una tarea negativa, contraria a sus intereses y de carácter estrictamente favorable a los intereses políticos del gobierno. Y siendo así, ellos, los opositores, están en la obligación de oponerse a ultranza y hasta la de echarle agua caliente a quienes a sus casas se acerquen con esos fines.

Es evidente, que el asunto del censo, lo asume esa "dirigencia", de la misma manera que lo ha hecho a lo largo de estos veinte años al enfrentarse al gobierno e intentar sustituirle. Las reflexiones que alguna gente, como esa que acordó una mesa de diálogo nacional con el gobierno y hasta las que Edgar Zambrano hizo públicas a través del diario Panorama, parecieran que de nada sirven. Digo eso porque, lo asumido frente al censo, es una manifestación evidente que se sique apegado a aquellas prácticas que a ellos, los de la oposición, han hecho tanto daño, pese todo el respaldo económico y político que le ha brindado buena parte de la comunidad internacional.

Uno se siente tentado, pese eso podría resultar muy irrespetuoso, a creer que esa oposición pareciera controlada por gente por demás inmadura, poco dada a reflexionar, revisar los hechos y sobre todo a autocriticarse de manera de poder corregir, como suele hacer la gente madura y sobre todo quienes tienen responsabilidad y deber de responder por sus actos. Debería ser una práctica usual en la política, que las derrotas acumuladas por la repetición continua de los mismos errores, a uno las cobren y le pongan al margen y hasta en la orilla.

Y debería ser así, porque en fin de cuentas, quienes pese a uno sigan financiando y usando para procederes torpes como esos, que en veces forman parte de tareas accesorias y hasta paralelas pero que no están en el centro del movimiento que se impulsa, terminarán poniéndonos a un lado y considerándonos como desechos y estorbos. Hay mucha experiencia de eso. A esos fundamentalistas y locos que grandes potencias suelen usar en determinadas circunstancias, cuando dejan de ser útiles les tratan como el enemigo, por locos y peligrosos. ¿Cuál será el destino de esos persistentemente derrotados e incansables repetidores de idioteces?

La respuesta dada por parte de la oposición al anuncio del censo, tiene mucho de consignas infantiles como aquellas de "con mis hijos no te metas", "de dos casas o carros que tengas te quitarán uno" y hasta el jocoso cuento de la carnicería. Por eso del censo, en estos días, han vuelto aparecer consignas parecidas a esas. Pero lo más grave, no es que ellas corran por las redes, pues la mayoría de la gente que eso produce o reproduce no tiene tanta responsabilidad ni suele hacer análisis políticos serios o de otra naturaleza al momento de lanzar esos mensajes, inspirados generalmente por justificados estados de ánimo. Lo serio y hasta lamentable es que un partido político o varios de ellos, por intermedio de sus autoridades, sigan lanzando mensajes absurdos como esos.

Como una demostración de lo que hemos comentado, ponemos a disposición del lector la siguiente nota:

"PRIMERO JUSTICIA (PJ) RECHAZÓ EL ATAQUE a la propiedad privada que asegura se esconde detrás del censo de viviendas anunciado por el gobierno y presentó un plan para salir al paso a las invasiones y atropellos a través del correo electrónico primeromicasa2019@gmail.com. En ese sentido, Carlos Ocariz, dirigente del partido opositor, dijo que defenderán la propiedad privada."

https://runrun.es/noticias/389748/primero-justicia-se-une-a-organizaciones-civiles-para-combatir-el-censo/

Obsérvese que el dirigente de Primero Justicia, uno que ha estado durante todo estos años al frente de los disparates y errores garrafales en el diseño y ejecución de la política opositora, que hasta el propio Edgar Zambrano ha terminado por calificar de infructuosos y desacertados, sin hacer mención a las barbaridades y monstruosidades que han dado origen, sale de nuevo con el desgastado argumento de "ataque a la propiedad privada" y como supone que el censo tiene ese fin, pues según él eso "se esconde detrás del censo de viviendas", que como dije es un volver a "con mis hijos no te metas" y "te quitarán la carnicería". Para pesar suyo, el ministro Menéndez ya le respondió y aseguró que el censo no tiene nada que ver con eso.

Si es asombroso y hasta odioso ver como el presidente, pese al clamor nacional, de todas la tendencias y de buena fe y hasta por sus propios arrebatos, no decide cambiar a buena parte del equipo que con él ha estado gobernando y tampoco su política económica y monetaria, también lo es que gente como esa que ha destruido al movimiento opositor, roto sus relaciones con la buena parte de la población sobre la cual influyeron en el pasado, continúen no sólo al frente, sino diciendo las mismas tonterías y simplezas. Si revisan a lo interior, sin duda, eso lo sabe uno por experiencia y muchas observaciones, se verá que sus propios movimientos están disminuidos y destruidos por los desencantos que producen las derrotas reiteradas y la convicción de las deficiencias de quienes les dirigen.

Mientras el pueblo, ese en el cual también están miles de opositores al gobierno, padece incontables calamidades, quienes le dirigen no son capaces de elaborar un programa de luchas que pudiera beneficiarle pero si se empeñan en repetir lo de antes, pese las contundentes derrotas y fracasos.

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