Hipocresía y lealtad

Lunes, 07/10/2019 12:40 PM

La hipocresía, es vicio contra la virtud, que afecta en uno y descompone en otro, llevada por la falsedad contra la verdad. Hay que escrutar y cavar bien jondo para descubrir la hipocresía del hipócrita. De esto era bien sabido el sabio Sócrates, sabiduría que sabía que no sabía, con su alumbrado método parturiente mayéutico. Enterémonos de esto de la página https://us7.proxysite.com/process.php?d=qXTSczYdFauTlo1MU0PCYb9HJERA0IvZq5Im22Dpkbq6E48neBcC0O7S&b=1: "Por "prácticas opacas e hipócritas": Ricardo Hausmann se deslinda de Juan Guaidó. Ricardo Hausmann, el supuesto representante de Juan Guaidó ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se vio obligado a "renunciar" luego que la periodista estadounidense Anya Parampil de The Grayzone sacara al aire los conflictos de intereses y sus prácticas financieras opacas, que forman parte de los planes sediciosos para tratar de crear un Estado paralelo en Venezuela, usurpar el Poder Ejecutivo y derrocar al presidente, Nicolás Maduro. El periodista Max Blumenthal, escribió un reportaje para The Grayzone, donde explica como Hausmann tuvo que renunciar luego de que Parampil publicara unas revelaciones sobre las prácticas "opacas e hipócritas" del economista que es profesor de la Universidad de Harvard. La renuncia de Hausmann fue horas antes de un esperado voto en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la legitimidad del gobierno de Maduro en el medio de un golpe dirigido por los Estados Unidos. "Mientras Hausmann trabajó en el BID como embajador de la administración paralela de Guaidó, también fue empleado como profesor de la cátedra Rafik Hariri para la Práctica de la Economía Política en la universidad de Harvard. En agosto pasado, Parampil le escribió a Harvard indagando sobre la ética de emplear a alguien que declara ser un funcionario activo de un gobierno. También le preguntó a la universidad si puede ‘asegurar la transparencia exigiéndole a Ricardo Hausmann que revele los clientes de su consultoría privada, Ricardo Hausmann Consulting". Aunque Harvard no le dio respuesta a Parampil, su artículo pareciera haber forzado a Hausmann a decidir entre su cargo académico y su papel en una futura administración Guaidó. Hausmann prefirió su cargo en Harvard que seguir con Guaidó. "La renuncia de Hausman del BID es importante porque demuestra que uno de los líderes del golpe de más alto perfil no tiene fe alguna en la habilidad de Guaidó de algún día alcanzar el poder verdadero", comentó Parampil. "Obviamente revisó bien la situación y le apostó a su carrera en Harvard en contra de su futuro como ministro o embajador del régimen golpista de Guaidó". La dimisión fue el último embate a los fallidos esfuerzos de la administración Trump en Venezuela, y representa la primera partida de un funcionario de alto perfil de la administración paralela que se suponía que reemplazaría al gobierno electo y reconocido por la ONU, el del Presidente Nicolás Maduro. Destaca Blumenthal que un dato revelador es que Hausmann envió su carta de renuncia no a Guaidó, sino a Leopoldo López, el mentor de Guaidó y co-fundador del partido Voluntad Popular, financiado por los Estados Unidos. Hausmann luego publicó su carta en Twitter, socavando -sin darse cuenta- la legitimad de Guaidó como el supuesto "presidente" de Venezuela. (La carta fue fechada el 17 de septiembre de 2017, aunque es casi seguramente escrita ese día, pero en 2019). "Desafortunadamente, a pesar del honor y la confianza que ese ofrecimiento me significó, no pude aceptarlo en este momento debido a incompatibilidades con mis obligaciones actuales en la Universidad de Harvard", escribió el profesor devenido en tramoyero golpista en su carta.

Ricardo Hausmann es el vínculo entre los líderes más jóvenes del golpe con Guaidó, López y Carlos Vecchio y el gobierno neoliberal que antecedió la era del chavismo. Hausmann formó parte de un grupo que supervisó la implementación de un paquete de austeridad del FMI, económicamente devastador, a finales de los años 80 en Venezuela. La política vació el ya exiguo estado social, disparando un malestar social masivo que finalmente sentó las bases para la elección democrática de Chávez en 1998. El economista volvió a la política cuando este marzo fue seleccionado por Guaidó para servir como su representante ante el BID. Reemplazó a un funcionario que había sido designado por el gobierno electo de Venezuela, algo que fue descrito por Reuters como "un gran revés para el gobierno de Maduro". Hausmann mandó al infierno a la periodista Parampil. En agosto, la Asamblea Nacional designó a Hausmann para integrar un panel de seis personas encargadas de la renegociación de la deuda del país a nombre de la administración Guaidó. Aquel mes, Anya Parampil reportó que Hausmann se había embolsillado pagos de instituciones financieras de Wall Street de peso, el Banco Mundial, y a gobiernos teocráticos y represivos a cambio de compromisos por conferencias y trabajos de consultoría. Mientras que el profesor denunciaba acreedores por hacer negocios con el gobierno de Venezuela, aceptaba pagos lucrativos de los gobiernos de Arabia Saudita e Israel, dos de los violadores de derechos humanos más notorios del mundo. Al mismo tiempo, Hausmann ocultó las identidades de benefactores adicionales tras el velo de su propia consultoría privada. Al ser confrontado por Parampil sobre sus prácticas financieras opacas e hipócritas, Hausmann fue objeto de un colapso por Whatsapp hasta tempranas horas de la mañana, finalmente diciéndole a la periodista que se fuera al infierno. En un intento de encuadrar las contradicciones éticas de su trabajo en Harvard y su participación en un presunto gobierno activo, Hausmann le insistió a Parampil: "Yo no ejerzo ninguna función de gobierno. No dirijo una organización, no me paga el gobierno de Venezuela y no administro un presupuesto público"."

Ricardo Hausmann, entre desperdicio y provecho, entre exceso y defecto, y por la calle de en medio, ante la periodista estadounidense, Anya Parampil de The Grayzone, que con alumbrado método parturiente mayéutico socrático contrarrecíproco, poderoso método auténtico es don Mayéutico, que Hausmann, vióse obligado a "renunciar", luego que la periodista sacara al aire los conflictos de intereses y sus prácticas financieras opacas, que forman parte de los planes sediciosos para tratar de crear un Estado paralelo en Venezuela, usurpar el Poder Ejecutivo y derrocar al presidente, Nicolás Maduro, en medio de un golpe dirigido por los Estados Unidos. Revelaciones sobre las prácticas "opacas e hipócritas" del economista, Ricardo Hausmann, que es profesor de la Universidad de Harvard. Endespués, Parampil, con la habilidad de Ginesillo de Parapilla, el del Retablo de Las Maravillas, Quijote (II,26), y su mono que de oreja oía, y que todo lo sabía, escribióle a Harvard indagando sobre la ética de emplear a alguien que declara ser un funcionario activo de un gobierno. Ricardo Hausmann, no manda al carajo a Parampil, ni siquiera a Parapilla, manda p’al coño, al mono que todo lo sabía. Y resulta resolución renuncia del economista de CAP, y empleado como profesor de la cátedra Rafik Hariri para la Práctica de la Economía Política en la Universidad de Harvard. Práctica de la Economía Política, que permitióle, denunciar acreedores por hacer negocios con el gobierno de Venezuela, aceptaba pagos lucrativos de los gobiernos de Arabia Saudita e Israel, dos de los violadores de derechos humanos más notorios del mundo. Al mismo tiempo, Hausmann ocultaba las identidades de benefactores adicionales tras el velo de su propia consultoría privada, prácticas financieras opacas e hipócritas, que el mono de Parampil escrutara la hipocresía de Hausmann, hasta conocerse la verdad profunda cortazariana que hallábase oscuramente en el consciente propio yo interior del economista tramoyero harvardiano. Lo de opaco e hipócrita, es discutible, pues, el aspecto contradictorio a lo hipócrita es la lealtad, o sea, leales siempre, hipócritas nunca, de modo que Ricardo Hausmann, hase movido siempre en su perra vida, entre la hipocresía y la lealtad, en donde ha privado siempre la hipocresía y la traición, y entre la hipocresía y la lealtad, casos límite contradictorios, ha de estar el espacio muestral sombrío, la penumbra opaca whitmaniana, trecho estrecho arrecho, partido por la verdad profunda cortazariana socrática, en que ha de estar parado siempre el mono del Retablo de Las Maravillas sobre el hombro de Ginesillo de Parapilla.

Si hipocresía y lealtad, son casos límite contradictorios, de la forma leales siempre y traidores nunca, de los aspectos límbico antagónicos, ser y noser, de la literatura védica upanishad sánscrita, de la modernidad ilustrada originaria einsteiniana. Entonces sea dicho que la opacidad es grisura es contradicción es borrosidad. Ergo vergo sea dicho que hablar de opacidad es hablar de espacio muestral sombrío, es expresión de penumbra opaca whitmaniana, es dicho de continua difuminación espectral, es manifestación de partícula partitiva viva, es afirmación de verdad profunda cortazariana, es costumbre hablar de tercio incluso aristotélico profundo. Ergo vergo sea dicho que el mono de Ginesillo de Parapilla es sabiduría socrática, que es saber, llevada, la sabiduría macaca graciosa, por el que sabe que no sabe en el tercio incluso aristotélico profundo socrático. Ergo vergo sea dicho que ¡El mono, carajo es sabio, que todos los pueblos claman, que pegóse y jodió a Ricardo Hausmann!

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