¡Qué pena con ese señor! Todo se está derrumbando dentro de nosotros. No solo somos ladrones y mentirosos, ahora también hemos visto que somos asesinos. Este Piñera, después de ir a Cúcuta a acompañar al autoproclamado y decir que en Venezuela se violan los Derechos Humanos, está haciendo hoy con los chilenos más de lo que hizo Pinochet, solo le falta llevarlos al estadio para torturarlos y asesinarlos allí como hicieron con Víctor Jara y muchos otros. Y nosotros confiando en estos líderes. Los hemos venido defendiendo porque esa es la orden del compañero Trump. Ya Lenin Moreno demostró que tampoco le importa un carajo la gente, y arremetió contra los ecuatorianos. Y nosotros defendiéndolo. Ahora Sebastián –asesino- Piñera también le cae a tiros a su pueblo y nosotros lo defendemos. Es una vergüenza interna que uno siente pero no hay que decirlo porque entonces va a parecer que nos estamos metiendo a chavistas y ni de vaina.
Los militares, o milicos, o pacos, como dicen allá, andan por las calles de Chile recordando a Pinochet a carajazo limpio. Y los videos dejan la muestra más clara de lo que están haciendo. Y mientras tanto la comisionada para los Derechos Humanos en la ONU, la chilena Michelle Bachelet, no ha preparado un informe para decirle nada a Piñera. Se nos nota mucho la costura. Cuando la cosa la hace el dictador Maduro, todos nuestros medios y sus corresponsales salen a atacarlo por el mundo, pero ahora, cuando es Piñera quien lo hace, callan, y el silencio se escucha por todas partes. Somos así, de lo más sinvergüenzas. Y los estudiantes chilenos han dado el ejemplo para que los chilenos despierten, y despertaron. Salieron y salen a reclamar una vida mejor y a no dejarse joder por Piñera y su gente. Cómo estará la cosa, que la señora de Piñera, la primera dama, declaró que eran los extraterrestres o los alienígenas, o una vaina así, los que nos están atacando y tenemos que compartir nuestros privilegios con esa cosa que se llama pueblo, así más o menos dijo, porque claro, uno se caga con un gentío que se te viene encima sin carnaval ni comparsa. Porque como dijo Neruda, ese poeta chileno: Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos.
El papá de Margot no lo podía creer. Veía los videos en su celular y gritaba: "Así no, gran carajo. Asesinos, eso no se hace, no sean tan desgraciados. Y ¿quién carajo está apoyando a esos asesinos? Renuncia Piñera" Y apagó el celular y estuvo a punto de pegarlo contra la pared pero se aguantó y dijo: "Ni de vaina, ¿dónde consigo otro cómo este? Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió aquel coñazo tan duro que el vecino gritó: "Viva Chile, carajo"
-Yo pisaré las calles nuevamente.- Me canta Margot