En esta navidad, Guaidó deja mucho descontento y puede quede solo con la culpa

Miércoles, 11/12/2019 04:29 PM

A la "presidencia interina" de Guaidó, se le podría decir como en el poema de Andrés Eloy, "vapores de la fantasía". No ha entrado a Miraflores, siendo esta la primera vez desde que se dejó de eso el viejo palacio de Misia Jacinta y Cipriano Castro en 1890 cogió sus macundales y se fue para el nuevo, que un presidente desde allí no despacha. Y si allí no está, porque es otro quien allí reside, pese le llamen "usurpador" sus adversarios ultrosos, entonces es una coba que se mete y lo peor del caso es que nadie se la cree.

Miraflores es una importante referencia. Quien está allí es el presidente "aunque tenga cochochos". Uno nunca va a creerle a alguien que habiendo alguien instalado en Miraflores y con toda la parafernalia pertinente de su lado, nos diga, desde la parte de atrás de una deprimente tarimita, que aquél no es sino él.

Para más vainas, los poderes reales del país y la gente toda, quiera o no, hasta la misma que le tiene como él se auto califica, de hecho y de derecho, asumen al "usurpador" como presidente real y verdadero. Ahora mismo, mucha gente, hasta confesándolo con odio, está como demasiado atenta y hasta rezando que éste les ponga en su cuenta, a través del carnet de la patria, que Guaiudó no tiene, el medio Petro de aguinaldo extra, mientas que de él, su presidente interino, sin que se sepa hasta cuándo, según los optimistas, no esperan nada, salvo que tumbe al "usurpador", tarea para que ya como que se le acaba el tiempo, pues la campana final está por sonar. Y por esto, de verdad, ya nada esperan.

Los grupos empresariales que uno pudiera pensar están con Guaidó porque temen que Maduro en algún momento se salga del carril y le haga caso a quienes le piden que "radicalice la revolución", lo que estos creen en marcha y es posible ahora, están de verdad de lo más contentos con Maduro. Y es que éste les ha dado tanto que hasta tuvo la audacia de reconocer y aceptar que la economía se dolarice y cada uno de ellos ponga los precios de acuerdo a esa divisa, eso sí, les dice él, no digan nada, sigan hablando como si yo los acosase o les tuviese contra las cuerdas, ese es el regalo de ustedes para mí por tanto ayudarles.

Para ser justo y ayudar que la gente vea las cosas como son, no es que Maduro eso se haya propuesto, no. El tenía pensado tomar otro camino, pero las cosas se le encalamocaron, buscó aliados y en eso también se le enredó el volador y terminó haciendo lo contrario de lo que quería y sólo lo supo el mismo día y de la misma forma que la gente común comenzó a percibir que la estaban jodiendo. Por eso, apeló a los bonos, aceleró la GMVV, los Clap, aunque estos si es verdad que no caminan o cogen para donde no deben porque las manos que los toman para repartirlos son tan numerosas que en ese bululú se pierden, no las manos, sino las caja de Clap. Pero los bonos tampoco le han servido, porque sus aliados escondidos, esos amores furtivos con los empresarios, hacen que eso venga sucediendo. Pues apenas sale un bono, sube el dólar por él reconocido y también las cosas que se comprarían con aquél.

Es decir, Guaidó, "el interino", de hecho tampoco tiene el reconocimiento de parte de muchos de quienes pudieron alentarle por distintos motivos y mecanismos para que así se declarase y no lo tiene porque los empresarios eso son y no poetas para imaginarse escenarios ideales que no producen ganancias. Si eso se da no tendrían dudas en estar presentes para mostrar su solidaridad y más que todo aprovecharse de las nuevas circunstancias. Pero está por verse. "Más vale pajaro en mano", dicen ellos.

Cuando se declaró "interino", debió delinear un plan. Como empezar por si se acogía a la constitución, sobre todo en vista que él no se justifica en eso, lo constitucional, por llamar a elecciones, pues sólo tenía 30 días. Al no hacerlo, porque no lo hizo y si no lo hizo no es presidente y si lo era dejó de serlo al mes, debió coger sus cosas y declararse en quiebra. Pero no. Siguió creyéndose el cuento y hubo quienes le ayudaron que siguiese "dormido". Tampoco ha dicho cuando serán esas elecciones obligadas y menos, ya que parece quiere seguir soñando, cuál es su plan o programa de gobierno. Por ejemplo, para ser elocuente y sencillo, cosas que corren parejas, ni siquiera nos ofrece algo significativo de aguinaldo. De donde uno y cualquiera, pudiera estar pensando como los empresarios, siempre realistas, que el verdadero usurpador es él. Olvida, como ellos mismos dicen, que el "usrpador" se hace sentir y hasta "aceptar" en base a repartir lo que no es suyo. Guaidó ha creído que con darle a su cerrado círculo tiene ganado el cielo.

Para él la renta pública es de él y sus íntimos, lo que lo hace distinto a Maduro que por lo menos algo reparte.
Guaidó fue un fracaso absoluto, hasta los funcionarios del Pentágono lo admiten. Se le dio un realero para que prendiese una guerra interna, apoyo internacional y propagandístico inusual para acabase con "el usurpador" y ya finalizado diciembre nada ha cosechado.

Le dieron más dinero y respaldo político para que prendiese una guerra que debió comenzar metiendo una gigantesca carga de "ayuda humanitaria" que desatase las bajas pasiones, asaltos y hasta guerra entre hermanos que desde la frontera se expandiese por el país todo, según su plan previamente revisado y aprobado por sus jefes superiores y la mecha no prendió. La carga de ayuda humanitaria no estaba en los camiones que tampoco entraron a Venezuela y fueron objeto de asalto del otro lado y por su propia gente, fue pues como un auto asalto. Pero el no encontar nada de valor en los camiones causó frustración, se sintieron engañados. Y el dinero que debió financiar el alzamiento y para pagar a los militares que llamaron a desertar, sirvió para el goce personal de sus amigos íntimos a quienes aquella tarea confió. Es decir, la guerra se prendió pero entre ellos.

Pero no es del ciego la culpa. A él, al parecer le financiaron para que repartiese ideas, construyese un sueño o un proyecto y no supo convertir aquello en esto. Y no sabiéndolo, porque Dios en su generosidad a uno no le da de todo, y hasta más bien te pone donde hay y te da tu talento para sepas recoger y reproducir, pero algo tienes que saber hacer y poner de tu parte y él no supo, no pudo o no quiso. Creyó que repartiendo entre los suyos un poco de lo que a él le daban para maniatarle, era más que suficiente.

No habiendo repartido con recato y cuidado que a todos llegase, quienes nada recibieron entraron en zafarrancho y comenzaron a denunciarle y los que bastante recibieron, no habiendo dejado huellas, pues como se dijo no hay recibos porque en esos ambientes y procedimientios eso no se usa, también se pegaron al mismo corte.

Pompeo dice y se desdice que apoyarían a quien saliese de presidente de la AN, sabiendo que allí Guaidó no las tiene todas consigo y ellos tampoco ponen mucho de su parte en vista que de nada les sirvió pero desconfían del proceder del que pudiese sustituirle. Por eso, radicalmente no rompen con Guaidó.

Varios diputados de los que antes estuvieron con Guaidó, se habla de unos 70, manifiestan por los caminos verdes sus inconformidades por la manera como Guaidó repartió lo que le dieron para que tumbase al usurpador sin conseguirlo. Sólo a él responsabilizan del fracaso y del manejo de los recursos. Eso suele suceder cuando al barco ven sumergiéndose e inclinándose y la bacija vacía o llena pero sin posibilidades de meter la mano sin dejar la huella. Esta cómo quedando solo y sin real y cuando eso sucede es probable que también con él quede la culpa. Se exhiben como demasiadas cosas, son demasiado ruidosas las señales.

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