¿Podrá Juan Guaidó, el diputado presidente de la AN en desacato, revertir los efectos del tanganazo que le asestó el TSJ, al anular la pretendida modificación del Reglamento de Debate Interno de dicha Asamblea? ¿Qué va hacer ahora el chico malo? ¿Qué vaina se va a inventar? Para mi sus días de gloria están contados, a pesar de los 400 millones de dólares que el Congreso de Estados Unidos ha destinado para apoyar los actos desestabilizadores del modelito de cuarto nivel, que en su afán de vender sus servicios al amo gringo, ha sido capaz de robar has hasta la saciedad, acabar con lo que quedaba de la oposición y convertirse en el vende patria más grande de la historia moderna de Venezuela.
Ese señor que, por arte de magia, se embolsilló a la derecha internacional encabezada por Almagro, Trump y compañía, es líder de la oposición en la actualidad. Ahora, cabe preguntarse, seamos de la oposición o del oficialismo, ¿quién carajo será ese bate quebrado que pudiera, en una eventual circunstancias, sustituir a Guaido, no solo como presidente de la AN, sino como el único dirigente de la derecha que anda por allí echando vaina? ¿En quién va a confiar la gente de Trump, ante una eventual desaparición política del señor Guaidó?
Difícil responder esas interrogantes. Porque honestamente no veo a a nadie capaz de gerencial con seriedad y acierto lo que queda de la oposición derechista radical. Tal vez, pienso yo para mis adentros, ese futuro dirigente podrá salir de la dirigencia vieja que no está de acuerdo con lo hecho por Guaidó, y que está en pleno diálogo con el gobierno de Nicolás Maduro, buscando llegar a un acuerdo que permita sacar el país del atolladero en que se encuentra. Son personajes de la vieja política, pero que han guardado una distancia con las locuras del señor diputado en desacato. Piensan en el país y están demostrando que el dialogo es importante para evitar la violencia y continuar hacia el despeñadero. Es allí desde donde puede salir un líder que aunque no sea confiable para el imperio estadounidense, sin embargo, pueda aglutinar a una oposición en desbandada, y llegar a acuerdo importantes con Maduro, sin que eso implique arriar la bandera de un lado o del otro.
Villahermosa, México, 20 de diciembre del 2019.
servir de cuña para los intentos de derrocar a Maduro, y, así, acabar con la revolución bolivariana.