¡Llegamos a la cima del pináculo, carajo! La pegamos del techo. Al fin el compañero Trump recibió al delincuente, perdón, al interino. En verdad que estábamos asustados porque la gira se había venido al suelo, y además, viendo al compañero Trump jugando golf mientras el interino gagueaba y gagueaba unas palabras en Miami, aquella vaina daba pena que jode, pero nos cuentan que el compañero Marcos- Drogata- Rubio negoció bien la vaina y pidió votos en Miami por visita del interino y se dio la vaina, y estamos de fiesta con Los Rastrojos y todos los compañeros que nos han apoyado en esta dolorosa y triunfante gira, gira y la vida pasa y pasa.
Ver allí al compañero Julio -Asesino de niños- Borges junto con Carlos –Dame 500- Vecchio en el Salón Oval de la Casa Blanca dispuestos a mamarse el discurso de Trump y las palabras del interino, es un placer sensual, genial. Es la demostración de que no vale la pena servirle a la patria sino en el exterior, como lo están haciendo esos compatriotas. Qué foto. Qué momento. Qué historia. Busquen pañuelos que el llanto me está llegando y no soporto la emoción. Así decían los compañeros que se tocaban los bolsillos buscando el celular para llamar a quien sea para decirle hemos llegado a la Casa Blanca y no hemos llegado a Miraflores pero vamos pallá.
Al fin este gran carajo nos dio una emoción ante tanto error. Tanta palabra perdida. Tanto balbuceo. Tanto cese a la usurpación. Tanto bla-bla-bla. Y uno ahora no sabe dónde carajo meter tanta contentura. La periodista Carla Angola deliraba de emoción y éxtasis y en su twitter se leía el deseo de pasar una noche tan linda como esa con un ataque de asma. Y no era para menos. No hay nada más elegante que tengamos un presidente elegido por Trump, qué vaina más buena. Lo hemos logrado. Lo hemos concretado. Es verdad que hemos robado que jode, y ya nadie se acuerda de los 600 millones de dólares que nos dieron para ayudarnos a salir de la dictadura, pero ahora robamos mejor, porque contamos con el compañero Trump que nos dio el apoyo. Dicen que Asesino de niños Borges se quedó en el Salón Oval porque quería saber dónde fue que Clinton se sentó con la Lewinsky, pero esos son chismes pendejos. Los chavistas no saben qué hacer ahora con ese coñazo que le dimos con el compañero Trump llevando como un perrito al compañero interino que iba más asustado viendo para todos lados sin saber qué decir ni qué hacer porque hasta ahora lo único que ha hecho es robar y robar.
El papá de Margot vio la vaina por televisión. Cuando vio que Trump recibió al interino debajo del toldito adeco que ponían cuando las romerías blancas en Los Caobos, dijo: "¡Al fin, la botamos de jonrón, carajo. Cómanse esa. Ahora Trump va a saber que tenemos un ladrón que sabe robar mucho mejor que él". Y se fue al cuarto y agarró la puerta, nos vio a Margot y a mí y nos dijo: "Al carajo los enfermos". Y lanzó con toda su fuerza aquella puerta que retumbó en toda la urbanización, y las alarmas de todos los vecinos se prendieron, y una ambulancia también empezó a sonar, y los vecinos salieron todos y gritaron. "Nos rendimos, desgraciao"
-Tengo una pena en el alma.- Me canta Margot