El Regreso

Viernes, 14/02/2020 08:06 AM

Ya se dio el esperado, anunciado y promovido regreso a la Patria del Presidente Encargado, Un Guaidó, reconocido como tal por casi 60 paises, aunque el mandatario de uno de ellos, precisamente el primero en anunciar este reconocimiento en Europa, el señor Pedro Sánchez, lo acaba de calificar como "jefe de la oposición en Venezuela". Vaya bajón.

El Presidente Guaidó denunció antes de venirse a Venezuela que su integridad física, su vida misma, corría peligro ante las acciones de la dictadura. Mencionó como una posibilidad cierta que podía darse una "desaparición forzosa" de su persona. Pero él, ¡Qué arrecho es!, correría el riesgo. Para bien o para mal, al dictador-usurpador sólo se le ocurrió enviar el ejército por si las moscas; y éste por si las moscas no es un decir, pues el Presidente Encargado anunció el pronto fin de la dictadura-usurpación, quizás algo excitado, en estado orgásmico, desde que Donald Trump anunció que aplastaría a Maduro; y de verdad que con ese peso cualquiera se asusta. Frente a tales amenazas cualquier mandatario, bien demócrata o dictador, mueve su ejército. La cuestión no pasó de allí.

A su llegada al Aeropuerto las autoridades fueron de lo más flexibles, quizás porque eso de ser Presidente Encargado no es cualquier cosa. Recordemos que el mandatario reconocido internacionalmente, salió clandestinamente del país, asumiendo los lógicos riesgos de la clandestinidad. Bajo estas condiciones, al retornar a suelo patrio, no tenía registrada su salida de Venezuela, por lo tanto ¿Cómo podía entrar libremente, sin que un funcionario matonesco, burócrata, de la dictadura usurpadora, criminal y terrorista, no se pusiese impertinente, necio e intolerante porque en su documentación faltaba el sellito de salida del país. Pues, tranquilos los funcionarios, se trata del Presidente Constitucional de Venezuela, según la voz autorizada de la OEA y casi 60 países. Así que la terrible dictadura usurpadora, criminal y terrorista ni le puso los ganchos por irse sin permiso, ni le dio chuleta, tal como corresponde a una tiranía criminal que se respete, ni le ladilló el ingreso, tal como haría cualquier gobierno dictatorial, democrático o a medias con un conciudadano que entra al país sin haber salido.

Fuera de lo institucional, hubo algunos escarceos, mentadas de madre, empujones y gritos que si bien son cuestionables, también se dan en medio de las amenazas del Presidente Encargado de poner fin a la dictadura usurpadora; pues cualquier tiranía, por maluca que sea, tiene sus partidarios. Y hay partidarios que asumen en su totalidad la consigna de Patria o Muerte, y el mejor amigo del Presi Encargado dijo que iba a aplastar esa Patria y a su dictador, por lo tanto al partidario del dictador. Es lógico que este partidario enardecido se vea motivado a darle un pescozón, mentarle la madre o lanzarle pintura o un huevo podrido a quien aplaude esa amenaza. No puede pensar el Presidente Encargado que es libre de tumbar una dictadura usurpadora, criminal, terrorista, que alborota el avispero en otros países, que obedece al mandato del temible Castro comunismo, sin pasar por un rasguño y una camisa rota.


 

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