Regreso el "presidente Guaidó" y ni con el pétalo de una rosa

Viernes, 14/02/2020 04:14 PM

Quiénes pensábamos que al fin el Fiscal General de la República y los otros altos jerarcas que ejercen el poder en Venezuela tomarían acciones contra el “autoproclamado Presidente Guaidó, nos caímos de un coco, ya que según puede inferirse,  sólo faltaría que se presentase en Miraflores y reclamara  a la Guardia de Honor Presidencial, los honores que le corresponden como “Presidente Encargado”,  mientras se procede con  las elecciones generales cuando el Presiente Donald  Trump ordene, claro  que bajo las condiciones que la Casa  Blanca disponga, y con un CNE a su medida, porque   la prudente sumisión parece ir en aumento con miras a evitar un confrontamiento con el todo poderoso  Imperio,   con la llegada de un presunto delincuente, al usurpar el Cargo de Presidente de Venezuela, según el basamento argüido por la Fiscalía General para, tramitar y obtener ante el Tribunal Supremo de Justicia, la suspensión de la Inmunidad Parlamentaria de que disfrutaba en su condición de Diputado a la Asamblea Nacional, para llevarlo ante tribunales máxime ahora incrementadas por algunas otras tropelías ligadas al manejo inadecuado y corrupto de bienes nacionales y como fue notorio, no se tomó ninguna acción punitiva contra  el autoproclamado en su segundo regreso al País, casi que triunfal,  aunque un tanto atropellado.

Ya habíamos denunciado en diferentes oportunidades, el riesgo que comenzamos asumir cuando no actuamos inmediatamente, en la oportunidad de proclamarse Presidente , en la Plaza Brión de Chacao, lo dejaron  coger piedras y atrincherarse en una serie de acciones  sofísticamente sostenidas como legales, que le  permitieron con el  apoyo del gran poder del Norte, arrinconarnos  con la amenaza de “acción inmediata” y nunca el Imperio aclaró cuales eran esas acciones, pero a buen entendedora pocas palabras bastan y asumimos a priori, que sería una acción militar, para evitar la cual se procedió prudentemente a   bajar la cabeza y dejar en uso de una libertad regalada y una pseudo presidencia, a un individuo que, debió ser enjuiciado  como correspondía en acatamiento de los dispuesto en el  código penal en su Art. 402    contenido en el Capítulo V, Título XVIII con levísimo castigo por la usurpación, pero hubieran quedado pendientes la acciones por los casos de  Citgo y Monómeros. Pudiéramos haber sido atacados militaarmente, pero estimo que extremamos la prudencia   en aquel momento. ¿Habría  Estados Unidos arriesgado una acción bélica contra Venezuela, por un acto interno, soberano  y sin mayor importancia internacional,  si sometíamos a juicio al autoproclamado, cuando todavía no se habían comprometido profundamente?  Ahora es  más cuesta arriba, por los compromisos que  ha ido realizando el Gobierno Estadounidense  con el Sr. Guaidó, especialmente luego de recibirlo en la Residencia Oficial de la Presidencia de Los Estados Unidos, así el Presidente de la ANC. Diosdado Cabello califique la visita Oficial del autoproclamado Presidente, como trivial y sin relevancia política.

Ahora bien, creo que leyendo entre palabras se detecta un resquicio en   las declaraciones a la letra de un Halcón  como Elliot Abrams sobre : …possibles consecuences if Guaidó is bothered…, lo que en buen castellano parece advertir sobre: “POSIBLES (no necesariamente)  consecuencias si Guaidó es molestado”. Ante las circunstancias mundiales, con los problemas de Oriente Medio e Irán y ante la dubitativa afirmación de Elliot Abrams, claramente manifestada en su “posibles consecuencias”, que indican que no hay resolución firme de llevar adelante actuaciones de tipo bélicas, y casi seguramente tales “consecuencias” no pasarían de otras acciones injerencistas y coercitivas, como si necesitaran alguna justificación   para aplicarlas; (vean la reciente agresión contra CONVIASA). Cómo dijera no hay resolución firme de acción militar,  la cual es comprensible según    he  manifestado en ocasiones anteriores, por lo comprometida que se encuentra la Unión Americana en su imagen internacional  y aun militarmente, porque el desarrollar una acción bélica en cuyos resultados finales pudieran estar comprometidos otros países fuera de Venezuela, dispuestos a apoyar el esfuerzo bélico venezolano, sería un riesgo que entiendo no estarían dispuestos a asumir, porque en esta oportunidad, quizá su territorio impoluto de acciones de guerra, especialmente por las distancias que los has separado de los teatros de operaciones, pero en la actualidad la situación sería    diferente con las capacidades misilísticas  de sus posibles adversarios; presumo, que los Estados Unidos, con buen criterio  no estarían en  disposición de acometer una conflagración que incluyera su propio territorio y amenazara la  paz mundial;  no podemos perder de  vista que un pequeño país como la Corea de Kim Jong Un,  con limitadas capacidades militares,  ha retado  e irrespetado en diferentes oportunidades las amenazas de Donald Trump, continuando  con sus actividades dedicadas al desarrollo de armas, no sólo de defensa, sino de ataque:  misiles intercontinentales, además de los de mediano y corto alcance, y un “aparente” arsenal nuclear, acciones realmente amenazadoras,  que ante las circunstancias de evitar un enfrentamiento, inteligentemente la Casa Blanca   ha preferido dejar pasar. Pienso que  con mucha más razón en el caso venezolano, menos  se  justificaría acciones militares, que resultarían antipáticas, aun para los países plegados al Imperio como los del pacto de Lima, quizá con la excepción de Colombia y quién sabe,  porque sólo se trataría de un problema interno del país Suramericano, aunque hayan contraído algunos compromisos, pero ni de lejos los asumidos en el caso coreano,  poniendo en entredicho su prestigio internacional: Repito que en Venezuela ni pensar en acción militar  por el simple enjuiciamiento de un presidente autoproclamado, delito cometido dentro del  País y que en uso de su soberanías se le juzgaría en Caracas  y que de ninguna manera tal acción representaría peligro para USA, como eventualmente Corea del Norte sí pudiera representar y sin embargo no han actuado, aunque manteniendo el dedo en el gatillo.

Entiendo que tratemos de evitar a todo evento una confrontación militar con el Imperio Estadounidense siguiendo las ideas de Sun Tsu  en su obra el “Arte de la Guerra” de no confrontarse con Ejércitos Superiores, los cuales augurarían  una segura derrota, pero pienso, junto con otro importante contingente de venezolanos no guerreristas, que por lo expresado, en este momento están dadas las condiciones para plantar cara a Trump y su camarilla de Halcones, y judicializar al impostor autoproclamado,  ya que hay suficientes indicios de que el “Pentágono”,  el asiento que opera el poder    bélico de Estados Unidos, ha manifestado su posición contraria  a una acción militar contra Venezuela, a pesar de las bravuconadas del Almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur, de quién   tenemos derecho a pensar que su espavientosa  actitud  forma parte del sainete del ataque a Venezuela, porque luce ilógico que se aparte tan sustancialmente de lo expresado públicamente  por el Pentágono, que ha manifestado que: “Consideran inconveniente cualquier intervención militar en Venezuela”, inclusive contraviniendo públicamente declaraciones previas de la Casa Blanca, porque están seguros que la aventura bélica no será sin costo  material y en vidas para los Estados Unidos, además, dependiendo de cómo se desarrolle la acción y su prolongación en el tiempo, podrían perder su carácter de potencia invencible, con el armisticio pactado en la  guerra de Corea; con la ratificación   de los desastrosos  resultados de la guerra  y derrota en Vietnam, con la confirmación del empeoramiento de su imagen como primera potencia militar del mundo y su prestigio internacional  como ejemplo y faro de libertades  cada vez más más deteriorado, por su marcada tendencia a iniciar confrontaciones bélicas con excusas baladíes, en   busca de petróleo y otras riquezas existentes en países pequeños y subdesarrollados, o en vías de desarrollo como es el caso venezolano.

En oportunidades he expresado que a pesar de la letra de la Constitución  referente a la igualdad ante las leyes que tal igualdad no es siempre respetada  y que cuando los envueltos son  políticos mucho menos, por lo  que  con relación al caso que nos atañe del Presidente Interino, puedo manifestar sin temor a equivocarme, que  hasta la fecha se le trata con guante de seda, mientras que un caso reciente de una simple enfermera a quién encontraron vendiendo insumos médicos, “presumiblemente” sustraídos del instituto asistencial donde trabaja, fue detenida y sometida a juicio sin derecho a pataleo, mientras que el susodicho se pasea protegido por el  propio gobierno para evitarle cualquier contratiempo, del cuál pudieran responsabilizar al Gobierno Nacional.

Quiero expresar que entiendo y comparto la posición pacifista del Gobierno de Nicolás Maduro, pero también pienso que extremar la prudencia puede llevar a situaciones de confrontación a posteriori, porque de pronto por haber cedido tanto se encuentre la Administración Maduro  arrinconado sin capacidad para maniobrar y lejos de haber conseguido la paz  por exceso de pacifismo, se pueda encontrar en una situación extremadamente comprometida  en el momento menos apropiado y que tal   situación no deje  otra honorable alternativa, que saltar hacia adelante, por esto es necesario sopesar y analizar la realidad presente y si fuere el caso, proceder a judicializar el Presidente Interino autonombrado, porque seguimos pensando, que el mantenimiento en el tiempo de la irregular situación tenderá a fortalecerlo y el  Imperio no va a cejar en su empeño contra Venezuela, preferiblemente con Guaidó o luego de apartarlo, porque todos sabemos que no es la democracia venezolana y la supuesta tiranía de Maduro la que mueve a los Estados Unidos, sino sus intereses determinados por el “Destino Manifiesto” en su patio trasero según James Monroe y su  América para los “norteamericanos” y que en Venezuela están representados por ingentes cantidades de petróleo, oro, coltán, diamantes, hierro, aluminio y pare de contar  y esta conducta no es de una Administración: Republicana o Demócrata, que pudiera  cambiar con un cambio de Gobierno, porque es simplemente una política de  Estado Supremacista bajo cualquier   circunstancia  y  Administración  que impere en Washington.

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