Stalin González quitó fósforo a Guaidó para que no se expanda el candelero

Martes, 17/03/2020 11:07 PM

En twitter, Stalin González, vicepresidente de la AN, quien ha venido asumiendo, en lo que va del año, una posición como muy discreta y hasta ligeramente distinta a Guaidó, colocó un video con la siguiente nota:

"Vivimos una situación de emergencia que sólo unidos

podemos superar. Es momento de ser solidarios y res-

ponsables, cada uno de nosotros hará la diferencia."

En cuanto al video, se trata de una imagen donde aparece una línea de fósforos, tan cercanos unos de otros, que el encenderse el primero, con el solo estallido de la llama, su discreta expansión enciende el que tiene al lado. De modo que la línea de fuego avanza, simulando como el coronavirus pasa de una persona a otra. En un punto de la imagen animada, un fósforo, da un ligero paso atrás y corta la expansión de la llama y sería esa la acción prudente de un humano para detener el avance del virus. Y es cuando toma valor y significado lo dicho por Stalin, "Es momento de ser solidarios y responsables".

Es posible, por lo menos hasta literalmente se entiende, cree llegado el momento de poner freno a lo de hacer oposición por hacerla y llevar la contraria por el placer que eso pudiera producir o las ventajas a deparar. "Es el momento de ser solidarios y responsables", dice Stalin. Porque la amenaza de la pandemia, que ahora en Europa hace estragos, como que según la prensa en Italia se estaría al borde dejar en el desampara a los mayores de 80 años, porque aquella ha superado la capacidad de respuesta del Estado y la sociedad toda, no es juego ni deja espacios para jugadas políticas ajenas al interés humano. Por todo eso y sabiendo las dudas, confusiones y hasta limitaciones por la enorme carga de odio que se acumula en el lado que habita, ha dicho además, "cada uno de nosotros hará la diferencia".

"Honrar honra" se suele decir. Y es en verdad honroso reconocer que ese gesto de González, muy parecido a otros tantos de gente opositora, estaría contribuyendo a la lucha de los humanos contra la pandemia.

Hasta ahora, hoy martes 17 de marzo de 2020, a las 11 horas y 39 minutos, Guaidó sigue en cuarentena y pudiera estar reunido en la AN intentando le apoyen en su plan. Y al hablar de esto, vale la pena resaltar que, en medio de la crisis global que significa la pandemia, Trump se ha acordado con el nuevo gobierno de Uruguay, el que acaba de sustituir al Frente Amplio, unificar criterios y fuerzas en el TIAR contra Venezuela. Y en ese organismo se habla de armas de guerra, fusiles, bombas, tanques e invasiones para dirimir las diferencias políticas. No es una reunión donde se habló de estrategia para enfrentar el avance del coronavirus que también llegó a Uruguay sino para hacerle más difícil la vida a los venezolanos. Es decir, no se habló de vacunas, medicinas y solidaridad con la vida humana, sino de la posibilidad de una invasión.

El simbolismo del video de Stalin habla de dar un paso atrás, quizás el suyo, porque "cada uno de nosotros hará la diferencia", para parar el coronavirus, que para él, obviamente, es ahora el enemigo principal y la primordial tarea a realizar a favor del país. Es momento de ser "responsables", dice Stalin.

Hoy mismo, y también en twitter, una persona cuyo nombre omitimos, coloca el siguiente mensaje:

"Como médico venezolana, como opositora a Nicolás Maduro,

como opositora a Chávez y su proyecto revolucionario, declaro

mi adhesión a las medidas adoptadas por el jefe de Estado vene-

venezolano convencida de que o ponemos por delante la salud

de nuestro pueblo, o lo condenamos".

Y tómese en cuenta es el juicio de una médico, de alguien formada profesionalmente para combatir por la vida sin importar las ideas de la persona que demanda su atención. El coronavirus viene como vendrían las armas, la metralla y las bombas de Trump, contra toda la población, sin hacer selección. No importa la condición social, grupo etario o el espacio donde habites. Viene contra la especie humana de la cual unos son partidarios del gobierno y otros no. Y ese sentimiento y juicio racional e inteligente de la profesional de la medicina, lo comparte la inmensa mayoría de la población.

Anoche, lunes 16 de marzo, las tomas de televisión en las urbanizaciones del este caraqueño, zonas donde abundan contrarios al gobierno y posiblemente partidarios de Guaidó, revelaban que quienes allí habitan han atendido los llamados del Jefe del Estado, para decirlo como la profesional de la medicina mencionada.

Ha sido Maduro, como presidente de la República, quien ha llamado a "cuarentena social" y la población mayoritariamente ha acogido ese llamado. Guaidó nada importante ni puntual ha dicho, más como hemos dicho antes, parece haberse acogido a "su" cuarentena; como esperando una orden. Apenas ha balbuceado sandeces como que acordaría con el gobierno de Colombia medidas para el manejo fronterizo a sabiendas que nada tiene ni puede hacer ese sentido. Es un hablar por hablar y un hacer señales sin sentido ni valor.

Viendo como están las cosas, dadas en veces por lo azaroso de la vida, está obligado a hacer algo y las cosas que vienen sucediendo en su bando, como lo que declaró Capriles, el sentimiento y necesidad instintiva de proteger la vida por encima de todo, ricamente expuesto en lo dicho por la joven médico arriba mencionada, que prevalece en la mayoría de la población, pone a la oposición, esa que "lidera" Guaidó en un disparadero, como seguir el mismo rumbo que traían o tomar en cuenta los embates que el mar trae desde que el coronavirus abordó la nave.

Si, es cierto, a los intereses de Trump nada importa lo que pudiera pasarnos. En fin de cuentas, él siempre ha querido una invasión que significaría una enorme cifra de muertos, pero pudiera pagar el costo político que eso significa. Si lo hace el coronavirus, mata gente y se lleva a Maduro en los cachos, la tarea estaría cumplida a cabalidad y a menor costo para él. Es decir, a Trump le gustaría que el virus acabe con nosotros. Por eso, no es extraño que a Guaidó dicten una orden en conformidad con ese plan. Y él está donde está, no por méritos propios, porque es un faro enorme, sino por lo que todos sabemos. Y para decirlo en forma como contradictoria, justo en eso, estar para lo que por él dispongan, consiste su "merito".

Stalin, posiblemente, si uno se atiene a la cabecita de fósforo que sin discreción se retira de su línea para no servir de fuente de expansión al fuego, de hecho está rompiendo con la idea de servir a los planes de Trump, por lo menos en este trágico momento. Sabe bien el vicepresidente de la AN y cabeza en las conversaciones para integrar el CNE que por ahora no es el momento de guarimbas y por eso retira su fósforo para no apoyar se expanda el candelero.

Cuando este trabajo salga quizás ya sepamos lo que la AN decidió y de la posición que su presidente asumió de manera definitiva sobre la actual coyuntura. Quizás, todo es posible, logre aglutinar una mayoría, valiéndose de los recursos con que cuenta, para embarcar al ente legislativo en una opción suicida. Pero a lo mejor no le acompaña la mayoría, pues Stalin parece haber fijado desde ya una posición a favor de meter el hombro para enfrentar las amenazas contra la vida nacional y los avisos de Ramos Allup, quien parece también haber entrado en cuarentena, por razones políticas y de edad, y le obliguen a cambiar de actitud y esta vez desatender las señales del norte. Como es probable el coronavirus también se meta en medio de las contradicciones opositoras y termine de deshacer "su unidad" maltrecha.

Esperemos que habrá de decidir la AN, cuando esto sea leído, quizás ya tendremos noticias. Pero uno sabe que en este mundo imperfecto, creado por Dios así, porque es su manera de andar, no sólo uno se puede tropezar con el coronavirus sino también con manadas de locos y obcecados.

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