El egoísmo mata más gente en el mundo que el propio coronavirus

Lunes, 23/03/2020 02:24 PM

Un virus es un microorganismo compuesto de material genético protegido por un envoltorio proteico, que causa diversas enfermedades introduciéndose como parásito en una célula para reproducirse en ella. Metafóricamente esto se parece y mucho al egoísmo que en estos momentos de crisis invade los corazones de muchos venezolanos, que ante la perplejidad de otros en suma, somos más; vemos cómo de la tragedia que vivimos hoy, se aprovechan muchos para vivir de los demás, como parásitos, con la excusa de sobrevivir. Y es que, no hay que ser un sofista griego para entender que el mundo, y sobre todo nuestro país, requiere de la ética, como principio de humano, para elevar la condición misericordiosa de los seres pensantes. Afirmar que hay que aprovecharse del otro, para sobrevivir a las adversidades que se presenten, es una aberración que carcome los pueblos y un ejemplo a la vista, están las desdichadas posiciones que asumen la oposición venezolana, o una parte de ella, sobre la actual crisis mundial del coronavirus.

Juan Guaidó, es fiel representante de la indolencia humana, cuando asume la crítica para la destrucción de la moral de un pueblo, y como servil, se arrodilla ante el amo capitalista para desmerecer las acciones que el pueblo, empoderado en el gobierno, lleva a cabo para vencer la pandemia que nos aqueja. Su principal signo (la de Juan Guaidó) es el egoísmo que le consume el alma, en política, repito debe hacer ética, no solo en política, creo yo que en todos los aspectos de la vida. La enseñanza basada en el arte del discurso persuasivo, ejercitando a los jóvenes en las técnicas de argüir a favor de las dos caras de un mismo argumento, es ético; cosa que no profesa ese sector de la sociedad que adversa al gobierno.

Es muy peligroso ver a "un líder" si se puede llamar así a Juan Guaidó, informando cifras de contagiados distintos a lo que ha dicho el gobierno del presidente Maduro, sin ninguna prueba que justifique, tamaña aseveración. Es egoísta de su parte, mencionar que nuestros sistema de salud, representa un peligro para los venezolanos desconociendo los grandes esfuerzos que se ha hecho hasta ahora, minimizando las ayudas de países amigos como Cuba, China y Rusia, que han extendido su mano, para ayudar a nuestro pueblo. Es tan malvado eso, como el hecho de vender limones a 700 mil bolívares el kilo en los mercados de Caracas, Valencia y Maracay y seguramente en otras partes del país. Repensar qué somos, en qué nos hemos convertido, seguramente es una tarea no solo de Venezuela, sino de la humanidad entera. La iglesia católica debería jugar un papel preponderante en este asunto, pero no, es verdad que responden a los más visibles preceptos del capital, el individualismo y el egoísmo.

El factor único del cual participan todos los ciudadanos es la virtud del hombre, constituida por la moderación, la piedad y la justicia. Podemos inferir que si hay una serie de relaciones compartidas por todos los miembros de la polis y que si éstas corresponden a una virtud humana, entonces hay detrás de esto una serie de relaciones compartidas quizá por el resto seres humanos. Sin embargo, recuerda Protágoras, filosofo griego; aludiendo a la comedia Agrioi de Ferécrates, a unos seres humanos que no tiene educación, tribunales de justicia, leyes, ni cuidado de la virtud. Así, aunque hay una necesidad natural de supervivencia, de ella no se desprende la necesaria educación en las virtudes.

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