La Política y el Contrato de la desvergüenza

Martes, 12/05/2020 06:52 AM

Desde hace muchísimo tiempo, las llamadas ciencias sociales y humanistas, han tenido dificultades para lograr precisiones conceptuales, sobre los sentidos y significados de las palabras que forman parte de su entramado teórico, que le permita identificar el propósito semiótico de las definiciones, que en la realidad social, presenta un piso reflexivo, en base a las precepciones e interpretaciones que de ella se tenga de acuerdo al contexto temporal…y es en ese epicentro teorético, en que podemos colocar a "la política", como una actividad humana, que diseña los vínculos que producen y accionan las diferentes formas de relaciones de poder, que va desde lo más micro o individual, hasta lo más macro y colectivo… también nos encontramos con los que dicen "la política es todo, y está en todo"…hasta los que piensan, que la política es "el arte de lo posible"…y así sucesivamente podemos escribir "una larga lista" de lo que las personas entienden, comprenden e interpretan sobre el significado de la política…

Hay una interesante pregunta: ¿Cómo un político, define a la política?, es muy probable que existan diversidad de opiniones, aunque nos podemos encontrar con una triada de grandes vertientes: por un lado, están las llamadas posiciones ante la política, como el materialismo – idealismo…están las formas de asumirla, como el pragmatismo - dogmatismo… y de acuerdo a los propósitos, los que ven a la política como un servicio para el bien común, y están los que "se sirven de la política"…

Ahora tenemos un ejemplo de como la política se privatiza como "un servicio golpista" a través de un contrato, firmado entre el auto juramentado y una empresa de servicio de seguridad, en la que curiosamente todos los firmantes reconocen su rúbrica, menos el negador profesional de la política, "el ilegal autoproclamado"…un terrible documento con muchos anexos, que algunos lo llaman "el contrato de la muerte", porque está elaborado con el compromiso de "asesinar" al Presidente y a funcionarios del alto gobierno, y a su vez matar a nuestra constitución y a las instituciones…como también herir de gravedad a nuestra soberanía y el sentido de patria…pagando millones de dólares para que unos mercenarios, hagan el trabajo sucio…

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