El caradurísmo y las malas intenciones de Monseñor Basabe

Martes, 19/05/2020 02:44 PM

Ya antes nos tocó referirnos a monseñor Víctor Hugo Basabe, quien actualmente es el Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto, pero al mismo tiempo, y en tan mala hora, es el Obispo de la Diócesis de San Felipe, y si no me equivoco, es el actual Secretario de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), o al menos, lo fue recientemente.

Ya el país está acostumbrado a escuchar la verborrea, sin sentido, de monseñor Basabe, al igual que la de Baltazar Porras, Eurosa Sabino, y la del propio padre Palmar, entre otros, que están perfectamente alineados a los intereses de la oposición extremista del país.

No ha habido una vez que Basabe no escriba algo a través de su cuenta en twitter que no sea para lanzar sus dardos envenenados, suponemos que sacados y preparados en las mismas pailas del infierno.

Hasta ahora, en lo personal, no hemos tenido la satisfacción de ver que Basabe haya hecho un llamado sereno, ajustado, reconciliador, a la realidad que vive la nación, por el contrario, todo el tiempo incita a la desobediencia civil, al enojo, al mismo odio, entre los propios venezolanos.


De verdad que es frustrante ver que un representante de la Iglesia Católica, de alta jerarquía, al menos en nuestro país, se aparte de sus responsabilidades y asuma una conducta tan despreciable, como de hecho la han asumido casi todos los que integran la CEV, que no es otra que estar alineados a los intereses del propio imperio norteamericano.

Basabe en su último mensaje deja en claro que la cuarentena está siendo utilizada por el gobierno revolucionario que encabeza el presidente Nicolás Maduro, como una herramienta política, y lo hace con toda la intención de desprestigiar las acciones que el propio gobierno ha tomado para enfrentar la pandemia del Coronavirus.

Pero el Obispo de San Felipe va más allá: de manera canallesca tilda al gobierno de corrupto, sin presentar ninguna prueba que así lo confirme, pues su interés solo estriba en lanzar la "piedra y esconder la mano", como si fuera política sagrada de la propia Iglesia.

De entrada podemos responderle a Basabe que no dudamos que la cuarentena o más bien la triste realidad que se vive en el país, con el Covid-19, esté siendo utilizada como herramienta política de mala monta, pero en este caso por la oposición y, lo que es peor, hay que aclarar que quienes la vienen utilizando de manera soterrada, para satisfacer sus propios intereses descarnados, son los propios Obispos desde la CEV, como un elemento perturbador, para buscar consolidar el descontento y así poder promover una salida defacta o a la fuerza.

En Basabe el caradurismo llega a tales extremos que apela a la crisis política, económica y social que afecta al país de manera engañosa, pero eso sí, echando a un lado las medidas coercitivas, el bloqueo y las sanciones permanentes que mantiene el imperio en contra del país, que son realmente las verdaderas causas que hacen que Venezuela esté sumida en una profunda crisis.

El curita conspirador no se queda corto, también destaca y acusa al gobierno revolucionario de ser el único responsable de la situación que viven los venezolanos con la falta de gasolina, pero desde luego ni por el carajo se atreve a señalar que mientras todo esto ocurre el propio gobierno norteamericano amenaza e impide que el requerido combustible llegue a Venezuela desde Irán, por ejemplo.

Está claro que a Basabe le incomoda, le molesta, lo aturde, que el presidente Maduro, y todo su equipo de trabajo, venga teniendo éxito en su ardua campaña para enfrentar al mortal virus.

Lo que falta es que promueva que la gente salga a la calle a festejar, a concentrarse en las iglesias para seguir escuchando los discursos mediáticos y aturdidores de los curas que han tomado los templos para hacer política barata, quizás emulando a aquellos viejos sacerdotes de la época independentista que arengaron en contra del pueblo, una vez que ocurrió el devastador terremoto de 1812, haciendo ver que el fenómeno telúrico se debía a un castigo divino, por cuanto se venía apoyando la causa revolucionaria, que encarnó el Libertado Simón Bolívar.

Basabe, de seguro, es de los que piensa también que el Covid-19 hoy en día es otro castigo divino, porque el pueblo venezolano viene apoyando decididamente la revolución bolivariana. Olvidó sí, que la espada de Bolívar, una vez más estaría presta, como ocurrió en aquella época, para echarlos de nuevo a la calle, como se lo merecen.

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