Oposición de ocasión

Sábado, 06/02/2021 01:56 PM

De acuerdo con Zucchini (Bobbio, 2003, p. 1082), la oposición tiene tres funciones esenciales que cumplir, a saber: Servir de control y límite a las mayorías gobernantes de la labor legislativa; servir como alternancia política de poder; y defender los derechos de las minorías a través del trabajo legislativo y político. Si algún opositor en franca reflexión analiza estas tres funciones, ¿Qué piensa del liderazgo de la oposición? ¿Ha cumplido la oposición con esas funciones?

Basta revisar el comportamiento que ha tenido la oposición en Venezuela desde que llegó el chavismo al poder y aun en estos tiempos de gobierno de Maduro, para darse cuenta de que la misma ha sido conducida de manera oportunista, sin comprometerse con el ciudadano que esperaba de ella, la solución a sus problemas. Fue una oposición que trabajó según la ocasión y que solo utilizó a sus seguidores para hacer presión, bulto, presencia sabiendo que entre sus objetivos no estaba convertirse en alternativa política para ellos, sino para lograr lo que a la larga lograron, es decir, lucrarse de los gobiernos interesados en derrocar a Maduro.

Nunca hubo seriedad en el compromiso con el pueblo que le seguía. Fue una oposición sin ideología y por ende no podía convertirse en una verdadera opción política para el ciudadano que le toca elegir y decidir. Si algo ha demostrado esa oposición en tantos años, es que han sido pasivos al momento de afrontar sus responsabilidades con sus ciudadanos y contestatarios ante el gobierno; pero en sí, no han tomado la política como un ejercicio de un deber social y político. Han carecido de propuestas o programas de gobierno que les haga creer a sus seguidores que representan una alternativa de poder. El tiempo se les fue en criticar y cuestionar la política del otro, y dejaron de involucrarse con la población y conocer sus necesidades.

La oposición mostró y demostró que no tenía capacidad para dirigir y conducir a los ciudadanos; solamente se empeñaron en ir contra el poder establecido y de allí la serie de hechos suscitados en contra del gobierno a fin de derrocarlo. Hay que estar claro en que la oposición, en el fondo, no pretendía ser una alternativa de poder, simplemente quería ser oposición, porque igualmente sus deseos no eran asumir responsabilidades de gobierno, ni pedir reivindicaciones, su objetivo era y lo tenían fríamente calculado, vivir a expensas de gobiernos extranjeros que con sus aportes en dólares para traicionar al país, la convirtieron en una oposición zángana, parasita.

Hay motivos suficientes para comprender hoy que aún persisten algunos líderes de la oposición en querer seguir sacándole provecho a tal condición y tratan de convencer al nuevo gobierno norteamericano para que les sigan apoyando en perjuicio del país; es decir, quieren seguir preservando su papel y no ser gobierno porque le tomaron el gustico a los dólares y para ellos es más productivo traicionar a un país que trabajar por él. De allí que, es más fácil atentar contra nuestras instituciones; mientras, haya gobiernos que les paguen sus aventuras golpistas.

En realidad si hubiera que dar un calificativo a la oposición venezolana, sería la de obstruccionista; pues se dedicó a no dejar gobernar creyendo que tal acción le garantizaría triunfos en elecciones presidenciales, legislativas, de gobernadores y alcaldes; sin embargo, varias veces dejaron de asistir a eventos electorales y eso la muestra como una oposición no creíble de la cual sus seguidores tienen que analizar y sacar sus propias conclusiones respecto a si ahora, si se encuentra en verdad, dentro del juego democrático que implica alternancia política sin necesidad de interrumpir el juego democrático. Ojalá sea así. Debe llegar el momento en que estén a favor de los ciudadanos que creen en ellos y no seguir favoreciendo sus intereses particulares.

Referencia

Bobbio, N y otros (2003) Diccionario de Política. España. Siglo veintiuno. Editores

10ª edición.

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