La desfachatez opositora

Miércoles, 28/04/2021 08:21 PM

Los principales promotores del bloqueo económico y financiero en contra del país (léase Julio Borges, Leopoldo López y Juan Guaidó) salen horondos frente a cuanta cámara los ilumina, rasgándose las vestiduras, poniendo el grito en el cielo, como si ellos no fueran los personalísimos responsables del bloqueo de las cuentas del país, lo que impide cualquier operación financiera del BCV, FONDEN o PDVSA.

Las gestiones lobistas de estos miserables apátridas imposibilitan que el país pueda movilizar libremente recursos para la compra directa de vacunas, medicamentos y alimentos en general. Los bancos corresponsales de todo el mundo han sido amenazados por la camorra criminal que opera desde el Departamento de Estado y la OFAC, por lo que ninguna institución financiera se atreve a abrir cuentas o realizar operaciones por temor a perder sus licencias o ser también sancionados.

La putrefacta cúpula de la extrema derecha está conformada por una camarilla de hipócritas que actúan en su falaz obra de teatro con la mayor desfachatez y descaro. Sus intenciones están bien alejadas de la legalidad y carecen de toda moral. Operan furtivamente cegados por sus ambiciones de poder y de fortuna. Todo el pueblo ha sido testigo de que sus acciones solo buscan generar inestabilidad para crear las condiciones que propicien un golpe de Estado. Como han fracasado por la vía violenta, intentan un cambio forzado de gobierno bajo la lógica de la siembra del caos.

Su premisa es una sola: matar al pueblo de hambre, sofocarlo, provocar su inanición, contando con que el malestar popular derrocará al gobierno. Este es el mismo patrón aplicado por el imperio norteamericano en otros países. Bloquean hasta asfixiar al país, para luego acusar a su gobierno de los males generados. En nuestro país el Gobierno Bolivariano ha tenido que maniobrar quirúrgicamente para sortear todos los obstáculos impuestos por los apátridas. Se han creado nuevos mecanismos de intercambio comercial y se ha logrado el apoyo de países aliados, siempre para proteger al pueblo que ha enfrentado con gallardía todas estas dificultades.

En el festín opositor la vida es otra. Los excelsos magnates Julio Borges en Bogotá y Leopoldo López en Madrid, ostentan una vida de príncipes, de sibaritas, en medio de lujosos bacanales, imposibles de justificar con sus sueldos de prófugos expatriados.

En medio de este infame bloqueo y del saqueo de las cuentas y activos de Venezuela por todo el mundo, aparece con total desfachatez el verbo falaz del farsante personaje mal llamado Juan Pinocho Guaidó, engañando a sus huestes de que vive preocupado por la supuesta "discriminación" en el plan de vacunación frente a la pandemia del Covid-19. No menciona Guaidó que la prioridad de la vacunación arrancó con todo el personal médico y los docentes activos. Y si hasta ahora las vacunas han sido insuficientes es motivado a que Venezuela ha tenido enormes dificultades para comprar las vacunas, público y notorio, pero justamente porque está imposibilitado por el bloqueo impulsado por Guaidó y la cúpula neofascista de la extrema derecha venezolana.

El disociado criminal Guaidó reconoce que con un chasquido de sus dedos él puede "canalizar" los millones de dólares bloqueados. Sin pena asegura que "estamos también dispuestos a buscar con nuestros aliados, con los recursos protegidos, para poder ampliar ese sector". Es decir, otra confesión de que bajo el antojo y a criterio de la oposición se mantienen los recursos represados y son utilizados únicamente para sostener el aparato conspirativo de esta facción política.

Otro esperpento que clasifica como el apátrida del siglo es Julio Borges. Desde su cancillería imaginaria en Bogotá asegura, en modo extorsionador, "que ese dinero podría ir a beneficio de los venezolanos, si va marcado; si es un dinero marcado para las vacunas, por ejemplo, que es un tema urgente, real y un tema de carne y hueso". Ratificando la insensibilidad y perfidia de la derecha que juega a cruzarse de brazos y retener los recursos (como el oro secuestrado en el Banco de Inglaterra), con tal de desprestigiar al Gobierno Bolivariano ante un hipotético recrudecimiento de la pandemia. Prefieren ver morir al pueblo por Covid-19 que liberar los recursos. Altos miserables.

Está demostrada la baja calaña y la falta de escrúpulos de la cúpula de la extrema derecha neofascista venezolana. Tengan la seguridad que algún día se desclasificará la nómina con los salarios y prebendas que estos tristes personajes reciben del Departamento de Estado. Son unos apátridas sin ningún tipo de fuerza política al interior del país. Su única posibilidad de figurar es continuar siendo empleados-lacayos del Tío Sam.

Mientras tanto, el Gobierno Bolivariano seguirá derrotando el bloqueo gracias al apoyo de las vacunas suministradas por países solidarios como Rusia y China y al apoyo decidido de la Organización Mundial de la Salud a través del mecanismo Covax.

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