¿El G-4, made in USA, a Ramos Allup, pone de vocero para que no le crean y luego cante fraude?

Viernes, 03/09/2021 03:49 PM

Voy a confesarles algo, aunque sea riesgoso. Por la vuelta del G-4 a la "palestra pública", como solían decir antes, celebro varias cosas. La primera de ellas, es la reaparición en las tablas, el regreso, si no triunfante, rimbombante, pero sí para hacernos reír, como solía hacerlo, de Henry Ramos Allup. Estaba haciendo falta, pues habiéndose ido, sepultado, escondido o evadido Rosales, el del Zulia, parecía demasiado que Henry también se nos hubiese ido o retirado antes de la última escena. Ya con uno era bastante, pero los dos era como inflar la tristeza y el hastío.

Estaba haciendo falta Henry, sobre todo ahora cuando la pandemia nos arrincona, ensombrece los espacios y no hay nada que nos haga reír, pues ya no contamos tampoco con Joselo ni Radio Rochela, en un país donde solíamos reírnos hasta de nuestras propias desgracias. Hay una señora que ha intentado sustituirlos, pero no puede, le falta el "candor" y la ternura de ellos, pareciera que su dieta fuera de puro erizos.

Pero sin duda, estoy entre quienes celebran también que, la oposición del G-4 o, para mejor decirlo, de la ultra y recalcitrante derecha, opte por la salida electoral. Y esto no cuesta decirlo, porque es en paz como los venezolanos debemos dirimir nuestras diferencias. Y la paz, es una enorme conquista sin negar que, de ella, los partidarios y deseosos de la guerra, no saquen sus ventajas. Pero, sin duda, hay unos males menores que otros. La paz y la guerra son costosas, pero menos la paz.

Tal opción, significaría que, EEUU, a quien ese sector de "venezolanos" se empeña servir de "vanguardia", ha optado, por lo menos por ahora, por posponer sus planes de invasión, guerra y violencia. Y lo ha hecho, no por bondad de Biden, dado que los demócratas son tan aficionados a las guerras como los republicanos. Pues esa decisión y comportamiento alrededor del mundo, no lo determinan las cúpulas de esos partidos, ni siquiera dentro de la Casa Blanca, sino en los espacios donde se acuerdan los amos del gran capital.

Por lo último, vimos a George Bush, hijo, superado con creces por el demócrata Barak Obama, convertido este en un promotor de guerras, acompañado de Hilary Clinton, su Secretaria de Estado, pese quienes otorgan el premio Nobel, le concedieron al nuevo y recién instalado en el salón oval, el de la Paz, como con la intención de premiar a quien por demócrata y afrodescendiente, para decirlo de manera convencional, imaginaron pacifista. Cómo si ese asunto de la guerra y la paz, por parte de los gobiernos de EEU, se decidiese de modo tan simplista.

Para EEUU, en cualquier parte del mundo donde decidan imponer su influencia, ya eso no demanda prueba alguna, el proceder normal, pertinente, es la guerra. Y Venezuela, pese haya, hasta entre nosotros, quienes se ocupan de esto minimizar, es para EEUU un asunto estratégico por sus recursos minerales, la realidad decadente del planeta de hoy, el nivel de confrontación entre las potencias por imponer su dominio y la pérdida de influencia en otros espacios del universo. Y, la mejor manera de controlar a Venezuela, es exterminando, sacando del cuadro, a cualquier fuerza nacionalista, progresista y por supuesto revolucionaria que se le oponga. Eso de la democracia, con parlamento donde el pueblo y las fuerzas que no se avengan con sus planes les estorba. Mejor es entrarle con las armas, disolver la nación o imponerle un régimen lacayo y hasta una dictadura. Para EEUU, como solía decirlo a cada instante Trump, todas las opciones están sobre la mesa y entre las primeras y preferidas, está la de la guerra.

Por todo eso es bueno el diálogo y los acuerdos para que todas las fuerzas que tengan el derecho constitucional participen en elecciones. Y al parecer, por lo que sucede en México, de lo que las declaraciones de ayer de Freddy Guevara son un adelanto, el gobierno de EEUU ha ordenado a la oposición cambiar de estrategia en vista que todo lo hecho hasta ahora, por demás costoso en dinero y prestigio, ha terminado en el más absoluto fracaso. Y el cuadro de América Latina hoy, sobre todo en el sur, por lo acontecido en Argentina, Bolivia, Perú, Chile, lo que estremece a Colombia y la iniciativa desde México de Manuel López Obrador, de impulsar la sustitución de la OEA por un organismo que, como él mismo dice, no se comporte como "lacayo", no hace propicio el momento para que desde la Casa Blanca y el Pentágono, sigan poniendo por delante los asuntos de guerra para apoderarse de Venezuela.

Pero si algo sabe la oposición, pues por eso también se han venido negando a participar en todo evento electoral, es que les va resultar muy difícil obtener resultados que siquiera les satisfagan medianamente. No es aventurado decir que, en las venideras elecciones para alcaldes y gobernadores, los del G-4 saldrán con las tablas en la cabeza. Pero deben conformarse con entrar en combate e instalar en la mente de los suyos, de quienes le sigan y aquellos que se abstengan, por no acabar de entender, que están en un camino apropiado para ellos. Y tendrán que hacer todo eso, aunque sepan que hasta allí llegaron, pues EEUU, sin que quede duda, ya debe estar en busca de nuevo agentes, porque ellos no les sirvieron. ¡Se les acabó su cuarto de hora!

Por experiencia, por lo que dice la historia, a cualquier movimiento o frente, que se haya pasado años descalificando la opción electoral y los organismos que de eso se ocupan, como el CNE y sobre todo privilegiando la guerra y la violencia, teniendo abiertas las posibilidades de participar, como lo sabe todo el mundo, le resultará muy difícil, por lo menos en los primeros años, lograr que lo que pudiera ser su caudal de votantes cambie de actitud. Se trata de un proceso de aprendizaje, de cambio de conducta que suele ser lento.

Por los momentos, ellos y nosotros también, volveremos a divertirnos con las graciosas actuaciones de Henry, como aquella inolvidable de la granada que, según él, le tiraron a los pies y le dejaron la espoleta en las manos.

Y al sólo asomarse a la legalidad o mejor subirse al escenario, Henry comienza a dar muestras que sigue siendo un excelente histrión, actor cómico de extremada delicadeza, talento y encanto.

Ha dicho, al sólo comenzar su actuación, "que hacer parte de estos comicios no significa reconocer al régimen de Nicolás Maduro. "Eso no significa reconocer al régimen, sino reconocer una realidad".

Para Henry, la presidencia de Maduro no existe, no forma parte de la "realidad" ni del paisaje; la verdadera es la "presidencia interina" de Guaidó. Ellos no reconocen al régimen, pero si la "realidad". Y la realidad que Henry ahora reconoce, no admite que Maduro sea presidente.

Esto que acabo decir, repitiendo casi escrupulosamente a Henry, es lo más parecido a un parlamento cantinflérico. Para no reconocer la derrota y la obligación que les fue impuesta de hacer las debidas correcciones. Reconoce Henry la "realidad", según la cual Maduro es presidente que él no reconoce, pero si lo acepta para acordarse y les dejen participar en las venideras elecciones.

Pero para más señas, en la misma nota periodística y discurso del gracioso histrión, se dice que el G-4, irá a esas elecciones porque eso forma parte "de los acuerdos a los que han llegado con el régimen de Maduro."

¿Cómo acordarse con alguien qué no existe, que uno no reconoce?

Eso sólo es posible en esa genialidad que tiene Henry para decir disparates, pasarse de gracioso y creer que quedó de lo más bien.

Con el G-4 en escena, uno no sabe en qué cosa parará todo esto. Pues no es descartable que cuando el CNE, este que ese grupo reconoce y donde hay hasta dos de ellos, en un total de cinco, de los resultados, salgan de nuevo a gritar ¡¡fraude!! ¡¡fraude!! Y como antes volver a coger y lanzar piedras y todo lo que viene atrás. Para eso tienen allí a Ramos Allup, el que la lotería canta y da el santo y seña. Y además de aquí hasta el 21 ó 22 de noviembre, por lo menos, tendremos en los escenarios públicos, la actuación de ese buen cómico que es el exdirigente adeco. Si es que la pandemia y los votos lo dejan.

A última hora se informa que Manuel Rosales, también se incorpora, no quiere dejar que Henry se coja el liderazgo y ya tiene en su morral, dispuesto para la campaña, todo su "rico" y habitual arsenal de disparates y manifestaciones de su supina ignorancia.

 

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