Leopoldo López de paseo por Madrid

Miércoles, 27/10/2021 02:42 PM

No es ninguna novedad ver al inmoral y prófugo criminal Leopoldo López paseando por las lujosas calles de Madrid. Bella postal que refleja el falso sacrificio que la cúpula neofascista venezolana disfruta alrededor del mundo. Aunque deja claro la baja estatura política y el pírrico talante ético de estos personajes que no ocultan sus onerosas andanzas por los mejores comederos de Madrid, Bogotá o París. Sus vidas están llenas de la ostentación que el sifrinaje criollo está acostumbrado a poseer.

Son ricos de cuna, es verdad, pero sus fortunas familiares provienen en muchos casos de la expoliación de la renta petrolera y las tracalerías con las riquezas del país. En sus mesas nunca han faltado las vajillas y los cubiertos de lujo, los buenos vinos y las mejores carnes. Nadie les puede exigir que se inmolen y dejen su buena vida. Está en su metabolismo, la opulencia es su modo natural, aunque traten de ocultarlo y disimularlo con lágrimas de cocodrilo y falsas poses para la tribuna.

En el caso de Leopoldo López no se puede olvidar que detrás de esta máscara de ángel inmaculado se oculta un personaje macabro y ruin. El que ha maquinado y dirigido personalísimamente atroces crímenes violentos, entre los que destacan, en su profuso expediente, golpes de Estado, guarimbas, magnicidios frustrados y un largo etcétera. Todo ejecutado de manera abierta, descarada y sin pudor alguno.

Sin pagar ante la justicia, pues recordemos que este "valeroso" político proveniente de la más rancia cuna mantuana, fue condenado por los tribunales, pero prefirió fugarse cobardemente (o esconderse en una embajada), luego de suplicar por meses el otorgamiento de medidas "humanitarias" (casa por cárcel) para estar rodeado de sus más exquisitas comodidades. Nada de pedir perdón, nada de mirar de frente a los venezolanos y asumir con un mínimo de decoro sus responsabilidades dirigiendo dos décadas de violencia.

Al sifrinaje golpista para nada le importa el destino de sus víctimas. Son docenas de casos, con muertos y heridos que se mantienen en la total impunidad. No hay justicia para las viudas y los huérfanos a causa de la violencia fascista dirigida por López y sus huestes criminales.

La mediática conservadora nacional y mundial trata a Leopoldo López con total condescendencia. Ni con el pétalo de una rosa. Goza de impunidad y de cobertura ilimitada para justificar y legitimar todas sus fechorías. Destacando el saqueo de los recursos del Estado venezolano y hasta robarse descaradamente la ayuda humanitaria que mendiga dando lástima por todo el mundo. Nadie de los medios se atreve a poner en tela de juicio su inmaculada imagen de apóstol recién bañado y peinado.

Ni siquiera ante denuncias contundentes como las realizadas por Humberto Calderón Berti. Por el contrario, un Leopoldo López airado y humillado ha replicado con soberbia que demandará en las reales cortes españolas a Calderón Berti por el infame delito de "calumnia", todo debido a sus denuncias sobre los múltiples desfalcos del caso Monómeros. López afirma con total descaro que en la cúpula de Voluntad Popular "no tienen nada que esconder" y que todas las raterías se hicieron de manera impecable por lo que "no hay pruebas en mi contra". Pañuelo en la nariz, por favor.

Esta derecha neofascista es una verdadera vergüenza para el país. Su inmoralidad y caradurismo no tiene límites. Pero hay justicia en la tierra y ya están disfrutando del amargo sabor de poseer la mayor repulsión posible por parte del pueblo venezolano. El aborrecimiento que concentran Leopoldo López, Juan Guaidó y el partido Voluntad Popular es de inmensas magnitudes. El rechazo es total. No levantan su imagen ni con grúa, ni con empresas de mercadeo, ni que compren todos los avisos publicitarios de las redes sociales. La patria no quiere a los apátridas ni a los traidores. Al día de hoy, el nombre de Leopoldo López no solo es sinónimo de paseos por los lujosos comederos de Madrid, también es sinónimo de muerte, de odio y de violencia irracional.

Para rematar su desubicación, mientras el país entero se prepara para las elecciones locales y regionales del mes de noviembre, Leopoldo López repitió ante los medios, como un disco rayado, que si pudiera él no votaría en las próximas elecciones, pues lo suyo sigue siendo el golpismo, bajo el fraudulento disfraz de la "resistencia ciudadana".

El neofascismo sigue soñando con el fracasado mantra de unas "elecciones libres, justas y verificables" donde solo la extrema derecha pueda participar con el respectivo y desinteresado tutelaje del Tío Sam. Ya sabemos el desastre generado en países como Irak o Afganistán con sus presidentes títeres repudiados al carecer de respaldo popular.

Como sus discursos y sus palabras no tienen peso alguno (López es vacuo, sus palabras se las lleva el viento), sus antiguos compañeritos de la MUD y de otras organizaciones políticas están afanosamente desplegados ante el inicio de la campaña electoral. Es triste el papel de este mantuano que se ha quedado hablando solo frente a la tribuna.

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