Solución desesperada de la oposición: matar a Maduro

Martes, 31/05/2022 07:46 AM

Fracasados en sus variados intentos de frenar y abolir la Revolución Bolivariana, los conspiradores de oficio, Borges, Guaidó, Vecchio se les ocurrió la idea de acudir al Sicariato, modalidad asesina, sofisticada por sus vecinos aliados de Colombia, pero como no tenían las metras para ejecutar lo ideado, pensaron y así lo hicieron en acudir a otro aliado ducho en esta materia de asesinar cuando le conviene a sus intereses, Los Estados Unidos.

Y allí, entre gallos y media noche, se trasladaron a los uneiestei, para llevar la propuesta a Trump quien los financió en todos los intentos frustrados por hacer abdicar a la Revolución Bolivariana, quien frotándose las manos, los recibió. Ambas comitivas, rodeadas de adláteres que fungían de asesores.

¡You will say¡ les dijo Trump, al verlos reunidos babeándose ante su presencia. Ustedes dirán, espetó el traductor. Guaido miró a Borges y este a su vez a Carlos Vecchio, pero Guaido fue descartado como interlocutor, porque requeriría de varios traductores a la vez, gracias a lo enrevesado de sus expresiones. Entonces Guaido, casi su susurrando le dijo a Borges, Habla tú. Así comenzó la reunión requerida por los conspiradores venezolanos, algunos de ellos, auto-exilados.

Bueno, Sir, President, dijo, Borges, sumiso, constriñendo las cejas, el motivo de la reunión, es que nosotros pensamos que ya llegó la hora en Venezuela, las condiciones están dadas y para bien de nuestros intereses comunes, es decir los de nosotros y los de su país, debemos liquidar a Maduro, a nuestro juicio, el único responsable de lo que está sucediendo en Venezuela. Esta idea la hemos venido madurando y pensamos que con su apoyo, sus experiencias en estas acciones y todo el aparataje que pueden movilizar, resultará un éxito, ¡Pan Comido ¡ dijo Vecchio, efusivo y sonriente.

El motivo, estaba listo, la víctima señalada, ¿Cómo sería el método?, era lo que faltaba por definir.

Trump, arreglándose el copete, admitiendo la idea, ipso facto, dijo: ¿Have thought how to do it?. Intervino el traductor, el Presidente pregunta, sin han pensado como hacerlo. Allí, se le adelantó Guaido a Borges, y alzando la mano, dijo: Bueeeenno, eeee, no, noooosottros, Sir, President, por eso recurrimos a a a Ustedes.

Trump observando, la disposición de la comisión y de su auto proclamado, alzó el brazo empuño la mano con el pulgar abajo (gesto asociado a la muerte), y dijo: Ok. Ouar people will finalize the dellatres. Intervino el traductor, El Presidente lo aprueba y nuestra gente ultimará los detalles.

Rumiaban de alegría, no le besaron los pies a Trump, porque los guarda espaldas eran un obstáculo, pero se daban la mano entre ellos, lo habían logrado: Convencer a Trump, de Matar a Maduro, que sobre el tema estaba sólo de toque y que los Estados Unidos se encargaran de la Operación- Ellos solo esperarían los resultados, que por adelantado, consideraban positivos, de acuerdo a la gran experiencia úsense, en materia de asesinatos y celadas. Frente a cualquier fracaso, hipótesis que no pasaba por sus mentes, ellos se lavarían las manos y aplicarían la misma conducta que habían desarrollado con éxito en Venezuela, durante el fracasado golpe de estado, guarimbas, atentados contra altos ejecutivos etc…etc.. "El yo no fui" o algún Magistrado, que oportunamente diría: "Bueno, estaban preñados de Buena Fe".

Sirva la publicación del Ex Ministro de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, donde se revelan los planes magnicidas y sus participantes, para poner de relieve, las denuncia, tantas veces realizadas, por el Ejecutivo Nacional, donde se atentó contra la institucionalidad, la vida de altos ejecutivos e incluso contra el mismo Presidente. Denuncias que fueron banalizadas por los grandes medios de comunicación e incluso objeto de burlas por sectores opositores.

Se pone igualmente, en evidencia la naturaleza criminal de una ultra derecha opositora, que no le importa, con tal de acceder al poder por cualquier medio, las graves consecuencia que puede traer para Venezuela, un hecho tan grave como es el Magnicidio. No les importa el baño de sangre que puede ocasionar convulsionar el país, con planes malévolos como los que estamos conociendo.

Y surge de inmediato una pregunta, ¿Esos son los que pretenden sentarse en una mesa de diálogo como si no han roto un plato? ¿Personajes siniestros como Borges, Vecchio, Guaido, y López, monitoreando desde el Reino de España, pueden ser aceptados en una mesa de diálogo, para salvar a Venezuela, con ese prontuario que espanta?

Estas revelaciones, de Mark Esper, nos permiten estar atentos a futuros acontecimientos y alertarnos. ¿Hasta dónde? pueden llegar las ambiciones de una derecha desesperada, que utilizaría cualquier medio, incluso entregar el país (Ergo, El Contrato con Mercenarios de la Operación GEDEON), para que se le consolide en el poder.


 

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