"La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía". Simón Bolívar.
Como no existe o por los momentos no se ve, en los partidos opositores venezolanos un: "compromiso claro, público e institucional" en cada uno de los candidatos opositores de como blindar, esos comicios internos ante el Consejo Nacional Electoral.
Aunado a todo esto vemos como la maniobra de los llamados candidatos alacranes, aliados del gobierno es retrógrada, regresiva, y lo único que pretenden es suprimir la autonomía e imparcialidad de las autoridades electorales.
Los partidos y lideres opositores nuevamente estarán a prueba: "si se dejarán presionar, o si no rechazarán el intento de los alacranes de una clara maniobra Electoral destructiva".
Mientras siga habiendo titubeos, indefinición y fragilidad mercenaria en ciertos partidos opositores, se seguirán poniendo en riesgo esas elecciones primarias, que deberían ser democráticas, y pluripartidistas en la Venezuela del siglo XXI, que atraviesa una de las peores crisis socioeconómicas de su historia republicana".
En el contexto de esas elecciones internas opositoras, consideró que debería existir un "compromiso claro, público e institucional ante el país, de los grupos opositores para cuidar al Consejo Nacional Electoral, quien debe ser el verdadero garante de la democracia, y no seguir su mala imagen sembrando dudas, ante la comunidad internacional, de que somos un país de tramposos, y esto seguiría alejando las inversiones del país, lo cual impediría el camino para la recuperación económica de la patria, por lo cual han emigrado del país casi 8.000.000 millones de venezolanos.
Los partidos opositores deberían comprometerse pública e institucionalmente, a validar de manera conjunta la pulcritud de los rectores del CNE, ya que son quienes garantizarían unas elecciones "libres, equitativas y democráticas en el país".
Cuando el árbitro electoral está en estado de sospecha, la democracia también lo está. La injerencia descarada del gobierno no debe seguir siendo retrógrada, regresiva, y lo único que se pretenda es debilitar los contrapesos constitucionales, y vulnerar la autonomía de una institución que durante años fue imparcial, por lo cual los partidos opositores con total firmeza deben rechazar, a los corruptos y esquiroles alacranes.
Por esto, es que una vez más los partidos, y los candidatos opositores no cuestionados de ser unos alacranes estarán a prueba una vez mas ante el ojo escrutador del electorado no militante venezolano, si se dejarán presionar, y no rechazarán el intento electoral de hacer unas primarias anti democráticas, destructivas, y regresivas.
El país nacional ve con lupa, y con la paciencia de Job, la enorme credibilidad, y confianza social que demostrará el CNE, por la organización de este proceso electoral opositor.
Ya que en la Venezuela de hoy no existen contrapesos porque el gobierno tiene el control absoluto de la Asamblea Nacional, no existiendo, por lo consiguiente alternancia parlamentaria, por lo que hay que superar este esquema.
Hoy la pluralidad se encuentra en todo el país, y está en constante transformación, cualquier partido puede aspirar a gobernar si se dan unas elecciones limpias y transparentes que organice el CNE, y que sean calificadas por los Tribunales de la República. El árbitro electoral debe construir confianza, y eso es lo que está en juego hoy, la libertad del voto, y las condiciones de equidad en la competencia.
Se debe, asegurar fundamentalmente que las instituciones autónomas sigan garantizando sus funciones en torno al marco legal, y no a propósitos políticos o intereses ideológicos banales.