En los escenarios políticos contemporáneos, no es raro encontrarnos con dirigentes que buscan autodenominarse "Dama de Hierro"; en un intento de imitar la ideología política de la ex primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher. Un legado que trajo más penas que glorias; sobretodo en América, donde se gestó la peor de las infamias contra Argentina al invadir parte de su territorio; robándose Las Malvinas. Lo peor fue, qué Estados Unidos, Canadá y Colombia aplaudieron dicha invasión. Es claro que el TIAR convenientemente no favoreció al país suramericanos.
Es crucial que no nos dejemos llevar por el encanto superficial de este título y veamos más allá de la fachada de liderazgos autoritarios que se presentan. La historia nos ha demostrado las consecuencias desacertadas de políticas ultra derechistas y es nuestra responsabilidad reflexionar. En Venezuela, han querido etiquetar a la candidata de la ultra derecha, María Corina Machado, como la salvadora, la mujer de Hierro que logrará sacar a Venezuela del rincón donde ellos mismos la han llevado al pedir y apoyar las sanciones contra el Pueblo venezolano. La oligarca Machado, quién pretende restaurar una especie de Capitalismo autoritario, cargado de un sentimiento de odio contra cualquier ápice que pueda ser identificado de izquierda sea cual fuese su orientación ideológica, aspira exterminar ese pueblo que durante décadas fue víctima del mismo sistema económico y político qué defiende la señora Machado.
Otra cosa cierta de la señora Machado, es su total complejo de superioridad ante los demás dirigentes de la Oposición, cuyos sentimientos despiertan en ella una especie de venganza contra sus propios compañeros por el hecho de criticarla o haberla apoyado a destiempo. Así se comporta la mal llamada alta clase social burguesa; no atienden a críticas porque se creen auto suficiente y perfectos. Sólo se necesita observar cualquier declaración que haga y se evidenciará un rostro de odio y resentimientos contra el pueblo humilde. Su sed de venganza gravita en el deseo personal de querer ser presidente para pasar factura queriendo restaurar la mayor cacería de brujas jamás vista en la historia donde buenos y malos no tendrán diferencia.
Se debe aprender de ellos y resistir la tentación de seguir políticas de engaño de la ultra derechista oligarca que sólo busca promover una agenda burguesa, vengativa y excluyente. Es esencial recordar que un liderazgo basado en la represión y la imposición de ideas no es la solución para los desafíos complejos que enfrenta la sociedad. La señora Machado, busca ser implacable en la implementación de su agenda de extrema derecha desastrosa, que sólo garantiza una desregulación económica desenfrenada y una erosión de los derechos laborales, sociales y aniquilar los derechos humanos, para favorecer solo a los capitalistas y empresarios de su sector familiar y amistades más cercana. La perspectiva de libre mercado exacerba las desigualdades existentes y socavan los pilares de la justicia social, por lo que la política qué quiere restaurar la ultra derechista, Machado, es el desmantelamiento de todos los programas sociales conocidos hasta ahora y entregarse completamente a la receta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y concluir con un proceso ultra privatizador.
Sin duda alguna, la pre candidata de la ultra derecha, María Corina Machado, posee entre los dirigente de las oposiciones, el mayor marketing publicitario qué intenta posicionarla como principal dirigente de toda las oposiciones; no obstante, la realidad que marca la calle, es otra, ya que es evidente que la señora Machado por su conducta hostil, odio y venganza, es la que mayor rechazo tiene; algo contrario al ciudadano común, debido a que el pueblo lo mueven el sentimiento de amor, inclusión y solidaridad, cosa que está a millones de años luz la señora Machado; un hierro corrosivo y erosionado que no sirve ni fundiéndolo por las mentiras y la infamia.