La impudicia de María Machado

Sábado, 01/07/2023 12:17 PM

No está claro el origen etimológico del nombre María, algunos lingüista afirman que es de procedencia egipcia, que deriva de la palabra "Maryam", "amada de dios, excelsa, armoniosa". Otros eruditos en la cuestión aseveran que es de raíz hebrea relacionado con el mar, "gota", "amargo" del vocablo hebreo marah, "amargura". En este momento de reflexión pienso que la parturienta, cuando la recién nacida vio por primera vez la luz hace más de medio siglo, surgió el vocablo amargura en la mente de la recién mamá. Ciertamente, no creo que la señora objeto de este artículo sea una persona agria en si misma, sino más bien que vino al mundo para amagarle la vida al prójimo.

La heráldica de los mantuanos venezolanos, la disciplina encargada de revisar la nombradía de las selectas estirpes de nuestra "alta sociedad", es decir, los descendientes de los grandes cacaos, refiere que la señora María Machado nació para ser feliz, en el entendido que el dinero hace dichosa a quien lo posee. Cuando la neonata suertuda vino al mundo sus problemas pecuniarios estaban resueltos. Si tuviera vigencia decorar la entrada de la mansión en la cual nació la niña María podría estar ornada con la panoplia de los Machado-Parisca. Estas son dos familias herederas de grandes fortunas es del mismo linaje de los Vollmer, Zuloaga, Mendoza, Boulton, Delfino, Phelps, Neuman, entre una decena de familias criollas entrelazadas en la nefasta oligarquía del dinero, amos y señores de casi todas las empresas que operaban en Venezuela. Los mismos que estuvieron vinculados tanto a las dictaduras como a los gobiernos de las democracias representativas, además, propietarios de los monopolios que explotan a millones de trabajadores y consumidores. No creo que la niña María nunca olisqueó en sus fosas nasales el olor nauseabundo de la pobreza. Todo lo que la rodeó durante su niñez fueron los fastuosos oropeles que adornan las mansiones de los ricos y los potentados explotadores de la clase obrera. En fin, todo lo que rodeó a la niña María exhalaba el encantador olor del dinero.

El padre de la afortunada María fue el señor Henrique Machado Zuluaga, dueño de la empresa Siderúrgica SIVENSA, además de otras compañías vinculadas a los negocios y a las finanzas. No creo que la infancia y la juventud de la fausta heredera fueron de grandes privaciones, tal como si lo fueron las hijas de los obreros de las empresas de su padre, trabajadores explotados, sobre todo los que operaban los hornos abrasadores de las siderurgias donde se derretía el hierro. Eran empleados que se afanaban frente a los fogones por míseros sueldos para que la familia Machado Parisca pudiera disfrutar una vida de ensueño.

La joven María Machado no estudió en una universidad oficial donde corría el riesgo de toparse con unos tierrúos que podrían vivir en algún barrio. Había la posibilidad de encontrarse con un estudiante rústico, el hijo de un infortunado obrero de las empresas de su padre oloroso a sudor de fábrica. La adolescente estudió y se graduó en una universidad privada, en una academia católica donde podía conseguir un novio rico, un heredero de una estirpe digna de su clase. Para cumplir con su deseo el destino le estaba deparando una sorpresa. Quizás, por eso de entrelazar las fortunas de los poderosos, en uno de esos ágapes de ricachones la estaba esperando un joven hidalgo, también nacido en cuna de oro, un descendiente de una familia emparentada con la oligarquía del dinero, el apuesto Ricardo Sosa Branger. Tal como en las viejas estirpes de la vieja aristocracia europea, el dinero atrae el dinero.

Lo genial de la gente con dinero es que siempre es posible disimular su desinterés o la apatía por lo que ocurre a su alrededor. Cuando un acaudalado tiene suficiente fortuna inventa algo para que sus biógrafos escriban un contenido que le haga creer al prójimo que, a pesar de su indiferencia por las cuestiones sociales demuestre cierta compasión. Es así como la señora María Machado de Branger aparece como una dama preocupada por los menesterosos e inventa una fundación, la Atenea, la cual se sirve con donaciones privadas (no con la de la familia) para el cuidado de los niños huérfanos y/o delincuentes de las calles de Caracas, así mismo fue presidenta de la fundación Oportunitas. No se por qué razón, pero me parece que este tema trillado aparece en la mayoría de las biografías de los dueños del dinero. El papel aguanta todo, es parte de la impudicia de la señora María Machado.

Una vez que Chávez llega a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, se observa a través de los medios de comunicación, la presencia y la actuación de unos jóvenes ligados a oligarquía del dinero, quienes nunca había participado en la política del país. Pareció que por algún motivo extraño a María Machado, Henrique Capriles y a Leopoldo López se les ocurrió la idea o fueron mandados por agente externos (el gobierno de EEUU) para ocupar escenarios desconocidos por tales personajes. Considero que se les despertó un gen escondido en alguna hélice de su ADN que los orientó a buscar un lugar en espacios ignorados por aquellos, es decir la política. Fue en ese momento y en esos ámbitos cuando la señora María Machado demostró su verdadera incapacidad, su indiscutible y aciago talante como representante de la derecha venezolana, además su vinculación con el gobierno estadounidense.

Como persona de experiencia en eso de crear fundaciones, la señora Machado inventó otra, no para "llevarle comida a los niño necesitados", esta vez se trata de Súmate, un ente al servicio de sus intereses electorales. Toda esta participación en temas políticos la condujo a conspirar contra el gobierno de Hugo Chávez y luego contra el de Maduro, a representar al gobierno de Panamá en una reunión de la OEA que le valió su expulsión como diputada a la AN. De igual modo, visitó, en el 2005, al presidente Busch en el salón Oval de la Casa Blanca. Parecía ser que el jefe de Washington estaba interesado en la perspectiva de la sociedad civil, representada por la dama visitante, en cuanto a los valores democráticos en Venezuela. Unos valores que la dama invitada los entendió a su infausta manera: participando en los golpes de estados, relacionándose con el gafo Guaidó en el mal llamado "gobierno interino" y contribuyendo en los movimientos desestabilizadores de las fatídicas guarimbas. Una forma extraña de entender la democracia, según la impudicia de la señora María Machado.

La participación de la señora Machado es una repetida y encenagada de fracasos, traiciones y abusos, todos encadenados unos con otros, culminaron en un cruento desempeño en lo que respecta la política que esta señora llevó a cabo, tanto el ámbito nacional como en el internacional. No creo que en los anales de la historia y en toda la geografía del país exista un ser que le haya hecho tanto daño y causado tantas amarguras a los venezolanos como la señora Machado quien hoy pretende presentarse nuevamente en la gesta presidencial. De allí su impudicia.

Es público y notorio que esta representante de la oligarquía del dinero, abanderada de la derecha explotadora, en su afán de conseguir figuración electoral solicitó una cruenta intervención militar para derrocar el gobierno de Maduro, así mismo pidió tanto a EEUU y a la UE la aplicación de sanciones económicas, además el bloqueo de las exportaciones del petróleo venezolano, una de las fuente de divisas para el comercio de nuestro país, es decir para comprar alimentos y medicinas. Como secuela de sus peticiones miles de venezolanos murieron por escasez de medicamentos, los salarios de los trabajadores y las pensiones de los jubilados se redujeron al mínimo, ocasionado dichas sanguinarias sanciones grandes desgracias a millones de familias, así mismo, numerosos comercios cerraron, aquellos que dependían de productos importados. Así mismo, miles de venezolanos y venezolanas tuvieron que abandonar el país y a sus parientes en busca de una mejor calidad de vida y en algunos casos, para enviar divisas desde el exterior para atenuar las necesidades de su familia. No creo que la señora Machado, tal como arenga en su deshonesta campaña electoral, sea la adalid que resolverá los diversos problemas que asedian a los pobres, mucho menos, la paladina de los asalariados. Seguro que los obreros de las empresas de su familia no devengan sueldos que les permitan una buena calidad de vida. Esto es parte de la impudicia de la señora María Machado.

Hoy por hoy el ex presidente de EEUU Donald Trump explicó, a través de los medios de comunicación y las redes sociales, las verdaderas razones de las sanciones instadas con furor por la señora Machado. Tales motivos no eran más que ahogar las familias venezolanas, generar un caos para tumbar el gobierno de Maduro, exclusivamente para que el gobierno de EEUU se apoderara de nuestro crudo y otras riquezas. Para esta vil traición se prestó la señora que hoy pretende competir en una gesta para llegar a presidente, es decir, para entregar nuestro patrimonio a sus socios del norte. Da la impresión que la señora Machado carece de sensibilidad. Vale la pena preguntarle a la aspirante a conducir los destinos de Venezuela, si este es el país que ella desea para sus hijos o en el mejor de los casos, le gustaría que sus hijos soportaran lo mismos embates que sufren millones de venezolanos por culpa de la sanciones que la señora Machado exigió a los gobierno extranjeros. Una impúdica y traicionera actuación.

No soy juez y no puedo emitir opinión sobre una sentencia. En el caso de que la inhabilitación política de la María Machado sea injusta, considero que tal injusticia es justa por la gravedad de la traición a la patria. En caso contrario, si es justa, creo que bien se lo merece por el daño que le causó a millones de venezolanos. Por algo menos que la traición de la señora Machado, Bolívar ordenó, previo juicio, el fusilamiento del general Piar. Los venezolanos no desean la Venezuela entreguista de María Corina, tal como los franceses no admitieron la Francia colaboracionista de Vichy del general Pétain, a tal grado que su acción le valió la condena a muerte, luego conmutada por la cadena perpetua, todo por colaboracionista con el gobierno nazi y por traicionero. No se quien lo expresó pero creo quien lo hizo tuvo razón cuando sentenció: "La traición puede develar la verdadera cara de la persona que la lleva a cabo". Lee que algo queda.

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