Este otro Juan José Delpino, como que le jugó “gallo guindao” a MCM y Edmundo González y está “asustao”

Domingo, 01/09/2024 05:34 AM

No sé, si este Juan José Delpino, tiene algo que ver con aquel dirigente de la CTV y alto dirigente adeco; pero, por las demasiadas muestras, no lo parece. Y no lo parece, porque aquél, solía asumir posiciones, pese a que a uno no le gustase, con entereza. Defendía sus vainas en materia sindical, siempre en favor del gobierno y el empresariado, dando la cara y hasta sacando pecho; a lo mejor, eso lo sé bien, pues la experiencia eso enseña, creía o estaba seguro que hacía lo mejor por los suyos. Sobran los hombres de buena fe y demasiado honestos que se equivocan. No les importa lo que de él digan los contrarios y sobre todo los "ñángaras", en el caso del Delpino de la "vieja guardia" adeca, como que le llamasen agente del imperialismo y vendido al patrón. Bastante que he vivido esa experiencia, como que me calificasen, hasta ahora también, de agente del imperialismo, la CIA y hasta, al mismo tiempo, del gobierno, por no recitar anacrónicos dogmas y asumir falsos dioses.

He hablado así de aquel Juan José Delpino porque eso era lo que de él decían, oí decir muchas veces, pese no lo afirmo, lo que, sí sé y recuerdo, es que siempre asumía su responsabilidad y defendía con entereza sus posiciones, incluso, dentro de AD mismo.

No obstante, para ser justo, para dar otra opinión acerca de aquel personaje, hago una cita de un trabajo de Jairo Cuba, el cual puede leerse, siguiendo este link, http://www.relats.org/documentos/PERFILES.Delfino.Cuba2012.pdf. En dicho trabajo, su autor, comienza por calificar a aquel Julio Delpino, como "un venezolano como pocos. Incorruptible, decente, culto y directo para decir las cosas. Fue un líder sindical inigualable que fue capaz de cantarle las verdades a muchos, entre ellos al presidente Rafael Caldera".

Precisamente, en relación con este último personaje mencionado, el Dr. Caldera, Jairo Cuba cuenta que, siendo Delpino presidente del IVSS y aquel presidente de la república, pues pese ser Delpino adeco, fue escogido por el nuevo gobierno para ocupar ese cargo; pero cansado de lo que allí veía y por su comprobaba coherencia, llamó al presidente Caldera para decirle:

"presidente, le pongo este cargo a la orden. Esto es un albañal. Aquí usted no puede tener a un hombre decente. Aquí necesita un ladrón…Y yo no reúno esas características".

El autor de ese trabajo y funcionario de confianza de Delpino, agregó que eso, "dijo en tono airado, pero con la decencia que le caracterizó siempre". http://www.relats.org/documentos/PERFILES.Delfino.Cuba2012.pdf

Es obvio que esta cita de Jairo Cuba, coincide con la opinión que expresé al inicio acerca de aquel Juan José Delpino, un hombre que asumía sus responsabilidades y posiciones con entereza, aunque estas no fuesen del gusto de uno y menos lo que de él esperábamos.

Este Juan José Delpino de ahora, el del CNE, en representación del factor que lidera la señora Machado, tiene el mismo nombre de aquel hombre que renunció a la presidencia del IVSS en el primer gobierno de Caldera, viendo lo que allí acontecía, tan grave que lo definió como "un albañal", pero no la misma conducta. Tiene el mismo nombre y, hasta puede sean familiares, pero con personalidades opuestas; la entereza de aquél, que hasta participó en las luchas clandestinas de AD, no se halla en éste de ahora.

Este de ahora es un experto o mejor tiene la acerada costumbre de "hacerse el mogollón", una particular manera del lenguaje coloquial cumanes de decir "hacerse el desentendido o loco". Pese haber asumido esa representación, sabiendo cada detalle y pormenor, lo riesgoso, nunca supo asumir su rol en concordancia, sino evadiéndose y hasta volverse invisible, con apariciones repentinas, pero tímidas. Como quien teme al revés y al derecho.

En una oportunidad, sin apoyo de nadie, pese lo que dijo, comentó a varios periodistas que se hicieron eco de él, que el rector Amoroso, tomaba decisiones solo, sin convocar al cuerpo o resto de rectores. Pese involucrar en su denuncia a los demás integrantes del CNE, no hubo nadie que la convalidara. Los demás, envueltos en su juicio, no avalaron lo que dijo, lo que dejó una densa sombra de duda sobre él.

Con posterioridad a aquella aparición repentina, como premeditada y aparentemente dentro de un plan destinado a generar dudas sobre las venideras elecciones, estuvo todo el tiempo callado y, si se quiere, hasta desaparecido.

Según algunos comentarios, en la madrugada del 29 de julio próximo pasado, cuando Amoroso, después de tanto tiempo de tenernos esperando para saber los resultados, este Juan José Delpino, no hizo acto de presencia. Y me hago eco de esta versión, sin estar seguro, dado que no conozco su rostro, como para saber si estuvo o no entre aquellos que acompañaron esa madrugada al presidente del CNE. Pero eso sí, se mantuvo callado, no refutó nada, como quien espera que la señal saliera de la cueva.

Con posterioridad, cuando la oposición comenzó a hablar de fraude y de falsedad con respecto a las cifras dadas por Amoroso, a quien le atribuían casi de manera personal todo aquello, comenté en un artículo publicado en este mismo medio, que era muy significativo que, ninguno de los demás rectores dijesen nada distinto. Y esto, por supuesto, incluía en primer término, a Juan José Delpino, encargado de velar por cuenta del factor opositor que tuvo como candidato presidencial al señor Edmundo González.

Dos días atrás, a casi un mes de las elecciones, el rector Juan José Delpino, en medio de esta confusión, que pone en peligro la seguridad, futuro y hasta la paz de Venezuela, da unas nuevas declaraciones que lo definen totalmente opuesto a la integridad y coherencia de aquel hombre, con el mismo nombre, que renunció a la presidencia del IVSS bajo la presidencia del Dr. Rafael Caldera.

Esta vez, quien según dicen no estuvo acompañando a Amoroso, cuando éste dio el primer boletín, en la madrugada del 29 de julio, informó que no estuvo en la sala de escrutinios cuando se procesaban las primeras cifras, calificadas como el 80% del total, las cuales, según el presidente del CNE, marcaban una "tendencia irreversible", en favor de Nicolás Maduro.

Las informaciones posteriores emanadas del CNE, con la anuencia y respaldo de la mayoría de rectores, aparentemente salvo Delpino, ratificaron la validez de las primeras y el resultado dado inicialmente. Mientras todo esto ocurría, Juan José Delpino se mantuvo callado y hasta como escondido.

Juan José Delpino, en su última e imprevista aparición, como obligada, se limita a confesar que él no estuvo allí, en la sala de escrutinios, pese era su deber y compromiso con quienes le encargaron de cuidar por sus votos.

Es decir, no emite opinión sobre las cifras dadas por Amoroso, después ratificadas por el TSJ, pero tampoco le asigna validez, o mejor no se pronuncia, acerca de las anunciadas por las redes, un modo nada pertinente, por quienes trabajan en favor de la candidatura del señor González. Alega únicamente que él no estuvo en esa sala. Una infeliz manera de quedar bien con Dios y con el diablo. Un gesto poco honorable y valiente, en nada concordante con los habituales del Juan José Delpino, que le puso la renuncia a Caldera.

Es cierto, que el TSJ, por lo menos mayoritariamente o todo, no sé exactamente su composición, es partidario del gobierno. Y, esta circunstancia, no es ahora nada original en Venezuela, como tampoco lo es en país alguno. Es por demás de fácil demostración que, cuando no es mayoría el gobierno, los poderes del Estado se lo comparten tendencias, que como dijo alguien, hablando de liberales y conservadores del siglo XIX, se diferencian porque unos van a misa de domingo en la mañana y los otros en la tarde, tal como demócratas y republicanos en Estados Unidos. Y así fue en la Venezuela del Puntofijismo.

No obstante, pese no debería hacer falta ninguna explicación, por lo evidente y por demás conocido, tal composición es el resultado de los descomunales errores políticos de la oposición, particularmente la que se presentó a la contienda electoral con la candidatura del señor González, por haberse abstenido de votar en las elecciones del poder legislativo, lo que le dio una fuerza descomunal y por demás ventajosa al gobierno. Y, por esto mismo, el CNE está compuesto con mayoría avasallante del mismo.

El no haberse presentado o, mejor dicho, el no haber estado presente en la sala de escrutinios, con sus respectivos asesores, como confesó Delpino, para cuidar sus votos, si es que allí se pueden hacer trampas, modificar resultados, como aquello viejo de la IV República, de "acta mata voto", deja mucho que decir. Tanto que, ese sólo hecho, revela que sabía de los resultados y no hizo presencia para no verse obligado a reconocerlos y, hasta quizás, sabiendo de antemano, habría aquello del hackeo.

Es también como demasiado llamativo que, quienes representa en el CNE, no le hayan aún reclamado, como debieron y deben haberlo hecho, por aquella ausencia que, en teoría, "daba facilidades para que Amoroso y sus secuaces, cambiasen las cifras que llegaban a la sala de escrutinios".

De ese comportamiento de Delpino, el no estar presente en la sala de escrutinios del CNE y dejarle la cabuya suelta a Amoroso y "sus secuaces", habla de una traición a quienes representaba; o lo que es lo mismo, a MCM y al señor Edmundo, les "jugó gallo guindao". Esta pudiera ser una explicación a su conducta.

Pero hay otra, uno no sabe a ciencia cierta a cuál escoger, sólo quiero dejar constancia que este Juan José Delpino, en nada se parece a aquel que le renunció a Caldera la presidencia del IVSS. Y esta otra pudiera ser, que el señor Delpino, este de ahora, que estuvo callado y escondido, no concurrió a la sala de escrutinios, porque en otro sitio, recibía información de lo que estaba sucediendo, lo que transmitían las máquinas y, también de antemano, del hackeo que sufriría el mecanismo de trasmisión de los resultados, destinados a dejar dudas y fundamentar la información extraoficial contraria a la del CNE.

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