Hoy vamos hablar de ese reconocido actor zuliano llamado Orlando Urdaneta, que por cierto no tiene nada, pero nada que ver, con el entorno de nuestra familia.
De entrada diremos que este personaje no anda en sus propios cabales.
Antes debemos rememorar que Orlando Urdaneta, mientras se mantuvo como actor y cineasta, el país lo vio subir como la espuma, por cuánto hay que reconocer que se ganó el cariño y el respeto de muchos venezolanos con su talento, no solo aquí en venezuela, sino también fuera de nuestras fronteras.
Orlando mientras se mantuvo en su espacio, valga precisar, porque se sabe que no es político, nunca antes alguien salió a cuestionar su conducta, porque en resumidas cuentas no tenían porque hacerlo.
Orlando, es decir, hasta donde tenemos conocimiento, nunca dió motivos para que esto fuese de otra manera.
Estando nosotros muy joven, si recordamos que la gente comenzó a opinar de Orlando, unos a favor, otros en contra, cuando se supo que se estaba separando de su esposa, la también artista de cine y TV, Chelo Rodríguez, pero todo quedó ahí, sin mayores consecuencias.
Hasta donde nos llegan los recuerdos, los años pasaron y Orlando nunca fue objeto de cuestionamientos o críticas, hasta que decidió, con la llegada de la Revolución Bolivariana, enfrentar al presidente Hugo Chávez, repetimos, aún cuando no era político.
Desde luego, con más fuerza ahora y de una manera desmedida, mantiene desde el imperio sus baterías enfiladas contra el presidente Nicolás Maduro.
Fue así como de la noche a la mañana, Orlando comenzó a aparecer en las redes sociales, con el hacha de la guerra en la mano, queriendo cortarle la cabeza a todos aquellos que apoyan a la revolución, y por ende al presidente Maduro.
Creemos que Orlando comenzó a darse a conocer en esa nueva faceta de su vida, en aquel momento que se produjo el golpe de Estado, contra el presidente Chávez, gestado por la extrema derecha, con Carmona Estanga a la cabeza.
En medio de esos tres días que duró el gobierno de facto, Orlando fue visto en el mismo palacio de Miraflores, confundido con los militares golpistas apoyando la sedición, que por fortuna fue derrotada por el propio pueblo, que salió a la calle a rescatar al presidente Chávez.
Está situacion hizo que Orlando, aún cuando en su contra no había ninguna orden de detención, decidiera voluntariamente abandonar al país, viajando a EEUU, para radicarse en Miami, en dónde le dió apertura a un programa de opinión en la TV, que incluso era visto en Venezuela.
Orlando, desde entonces, olvidando casi por completo su carrera de actor, se ha dedicado con una desbordada pasion, con un odio incontrolado y desmedido, a enfrentar al gobierno del presidente Maduro, con la idea de que sea derrocado y al mismo tiempo dar con el traste de la revolucion bolivariana.
Nadie llegó a imaginarse jamás, ni mucho menos pensar que Orlando llegará a tales extremos, sin razón ni causa, creemos, a promover tanto odio, desatino y rencor, que incluso ha hecho que su público se muestre hoy en día consternado, alarmado y con la boca abierta, sin saber que pensar.
En nuestro caso nos preguntamos: Que pasó con Orlando, con su formación, con su inteligencia y con su talento, que desgraciadamente casi nadie ya hoy reconoce.
Esto nos hace pensar que todo deviene de su actitud poco comedida, incluso, influenciada, que no deja de ser reprochable desde todo punto de vista, por cuanto se constituye en un mal ejemplo, para propios y extraños.
En este momento es necesario dejar en claro, que a través de esta nueva entrega, no pretendemos, bajo ninguna circunstancia, exponer al escarnio público al reconocido actor, ni muchos menos constituirnos en propulsores del odio, que es precisamente lo que estamos cuestionando, por el daño que todos sabemos ejerce sobre la sociedad.
Lo que si es evidente, y así lo han venido demostrando, desde hace tiempo atrás, es que individuos de la talla de Orlando Urdaneta, junto a Franklin Virguez y la propia María Corina Machado, son personas desadaptadas socialmente, que promueven, de lo más natural, no solo el odio, el rencor y el revanchismo, sino también el fascismo, en todas sus manifestaciones, solo porque tienen el deseo de llegar al poder, a como de lugar y cueste lo que cueste, sin medir las consecuencias.
Recordemos que hace a penas unas horas, Orlando Urdaneta, a través de un vídeo, deja saber que llegó el momento, la necesidad ya, de asesinar, léase bien, al presidente de la Republica, Nicolás Maduro.
Veamos de manera taxativa lo que Orlando dijo: "La eliminación física de Nicolás Maduro es necesaria para todos los venezolanos".
De seguidas repite: "La eliminación física de Nicolás Maduro y de buena parte de todo el alto gobierno es inminente, necesaria, y es a lo que tenemos que apostar los venezolanos, dentro y fuera del país".
Orlando Urdaneta además señala que "a ellos hay que eliminarlos físicamente, deben desaparecer, porque ya no se puede hacer mas nada".
Con está declaratoria, no hay duda que el actor Orlando deja ver que no anda bien de la cabeza, incluso, estimamos que requiere, al igual que Virguez y la propia Machado, junto a otros fascistas también, ayuda profesional. Los tres han llamado repetidas veces al enfrentamiento, al derramamiento de sangre, a la conspiración y a consolidar el golpe de Estado y el magnicidio, como lo han intentado ya varias veces.
Ante todo esto ya es evidente pensar que algo extremo, prácticamente sin control, está a punto de pasar.
¿Hay acaso una escuela, una academia, un búnker, en el cual se ha formado, Orlando Urdaneta, Franklin Virguez y MCM para promover y dirigir el fascismo?
De ser así, el gobierno, el propio Estado, junto a las fuerzas vivas revolucionarias, y en procura de mantener la paz y la estabilización de la nación, están llamados a actuar de inmediato, para dar con las raíces, con los tentáculos, de todos estos extremistas, antes de que se constituyan en un verdadero cáncer, difícil de extirpar, después.
Todo esto habría que hacerse lo más pronto posible, apegado a las leyes y a los tribunales de justicia, para así imputar, enjuiciar y sentenciar a todos estos sujetos, como los que dieron motivo para presentar esta nueva entrega.
De verdad que a Orlando, lo vemos mal.