Memorias de un escuálido en decadencia

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Viernes, 10/01/2025 07:35 AM

¡Otro fracaso más! Todos estábamos esperando el 10 de enero, menos Edmundo González. ¿Hasta cuándo Gómez? La catarata de errores que hemos cometido no nos hace tomar conciencia de que ya basta, esta bueno ya. Por el contrario , seguimos de frente y dando la cara, bueno, la cara nuestra, porque los hijos de nuestros líderes no aparecen por ninguna parte, como dice el loco que está en Alemania, un tal Farías. Lo único que hemos tenido que jode, hasta ahora, es real, o sea, dólares. Todo el mundo quiere apoyarnos para llenarse después, y a todos los hemos engañado. Mucha gente ha puesto demasiado dinero para que nosotros estemos cometiendo siempre los mismos errores. Ahora estamos repitiendo el caso Guaidó, quien está con su Fabi en Miami y con la nevera ful. Y este caso de ahora lo que nos da es lástima, mucha lastima. Lo que pasa es que nosotros somos más arrechos que el perro de los Branger y salimos a defender lo indefendible para no reconocerle un carajo a la dictadura. Hasta el clandestino de Amoroso apareció por allí diciendo que por qué si teníamos las actas no las presentamos en el TSJ y se las fuimos a presentar a Milei, como que Milei fuera una gran vaina. Y ahora andamos entregando un cuadrito con las actas nuestras para que crean que ganamos con eso, coño, es que somos de un infantilismo del carajo. Ni que la gente fuera tan bruta para creerse esa pendejada de que las actas que le entregamos son verdaderas, ojala que no esté ahí el voto de mi abuela, quien se murió hace años y apareció votando por Edmundo.

Hemos engañado hasta a Estados Unidos. Los hemos estafado, y Trump lo sabe, por eso no recibió a Edmundo González, porque a lo mejor pensó: "La pinga, a mi no me vuelve a joder esta gente, váyanse al carajo" Y con toda razón. Cómo carajo vamos a visitar a Biden y después le pedimos al compañero Trump que nos acepte una reunión. Somos bien bolsas. Y además, tampoco sabemos elegir a la gente que acompaña al candidato, carajo, eso de salir a visitar presidentes y llevar con uno a Antonino Ledezma, a Navarro, a Smolanski, coño, eso es no saber un carajo de política. Todos sabemos que esos tipos son unos verdaderos estafadores, no solo de la opinión publica, como diría el compañero Espoleta Allup. Y parecemos bolsas porque después que la dictadura saca a la calle a sus policías nosotros nos quejamos. Después que lo amenazamos con que le vamos a meter un montón de mercenarios para que respeten, nosotros queremos que nos esperen con conejitas de Playboy. Y los que han gozado una bola son los comunicadores e influencer a los que le hemos pagado un montón de dólares para que inventen vainas y pongan a temblar a toda la gente. Los venezolanos están temblando desde el terremoto de 1812, todavía no han superado ese temblor. Es el único terremoto que recuerdan.

Otra vez será. Es que si nos ponemos a ver, los expresidentes que nos apoyan son más corruptos que todos nosotros. Leopoldo y Ledezma y Julio Borges gozan una bola porque ven esa parranda de corruptos detrás de Edmundo y piensan que no son ellos los únicos, saben que también hay otros expresidentes que todavía quieren más. Y el colombiano Andrés Pastrana está creyendo que venir a Venezuela es venir a la isla de su amigo Jeffrey Epstein para buscar niñitas. La vergüenza nunca pasó por ese cuerpo.

El papá de Margot vio para el techo del apartmento y dijo: "A mi como que se me perdió una vaina y no sé qué carajo es. Cómo es posible que yo siga con esta pendejada de apoyar a unos carajos que me han jodido todo este tiempo y yo sigo esperando que cambien. A mí no me joden más, como dijo el compañero Jaime Lusinchi". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro, que la vecina salió gritando: "Vete a la juramentación de Edmundo, muérgano".

- He renunciado a ti, no era posible. Fueron vapores de la fantasía.- Me declama Margot

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