"Con bombos y platillos se ha anunciado, por estos días, la "excelente" noticia de la exportación de 60 toneladas (60 mil kilos) de aguacate Hass para el gran evento del Super Bowl en los Estados Unidos". Según fuentes de las mismas empresas aguacateras, "Para producir un kilo de dicha fruta se requieren unos 700 litros de agua", es decir que para producir 60.000 kilos de aguacate se necesitan 42 millones de litros de agua. Eso equivale al consumo diario del 57% de la población del Quindío".
En resumen, las 60 toneladas de esta fruta que salieron del Quindío, para los Estados Unidos, irónicamente lo que se salió exportando, fue 42 millones de litros de agua. Es absurdo que en pleno verano intenso se esté privilegiando el agua para este tipo de monocultivos. Preocupante que las autoridades locales y la misma autoridad ambiental del Quindío (CRQ) permitan estas prácticas ¡criminales! contra el medio ambiente, violando la Ley 99 de 1993, conocida como la Ley de Medio Ambiente en Colombia.
Esta ley establece disposiciones para la gestión y conservación de los recursos naturales renovables, incluyendo el agua, con el fin de garantizar su uso sostenible y la protección del medio ambiente. El cultivo sin control del aguacate Hass afecta directamente los recursos hídricos en varias formas.
Esta planta requiere grandes cantidades de agua para su crecimiento. Para su cultivo intensivo, y sin manejo adecuado, puede llevar a la sobreexplotación de los recursos hídricos en una región, generando una resultante en la disminución de los niveles de agua subterránea, la reducción de caudales en ríos y arroyos, y la escasez de agua para otros usos como el consumo humano; la agricultura tradicional y la vida silvestre. Además, el cultivo del aguacate Hass a menudo implica el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes químicos que contaminan el suelo, el agua y otros cultivos.
La siembra indiscriminada de monocultivos en el Paisaje Cultural Cafetero provoca grandes perjuicios, como la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo, la disminución de la calidad del agua y la vulnerabilidad a enfermedades y plagas.
Además, puede afectar negativamente la estabilidad económica de la región al depender en exceso de un monocultivo, lo que aumenta el riesgo socioeconómico frente a fluctuaciones en los precios internacionales.
Es importante promover prácticas agrícolas sostenibles que respeten la diversidad natural y contribuyan al desarrollo equitativo de la región. Cada vez que agotamos o mal utilizamos los recursos naturales, estamos poniendo en peligro el equilibrio ecológico, la sostenibilidad y sustentabilidad de nuestro entorno. Es crucial reflexionar sobre la forma en que interactuamos con la naturaleza y buscar formas de utilizar los recursos de manera sustentable, preservando así el medio ambiente para las presentes y generaciones futuras.
La reflexión sobre este tema nos invita a tomar conciencia de nuestras acciones por la defensa de la vida. ¡Señores alcaldes y señor gobernador! Los Planes de Desarrollo deben centrarse en el cuidado del agua. O ¿van a seguir favoreciendo los agro negocios de las empresas que depredan los recursos hídricos? ¡La montaña se respeta carajo!