Proteger, conservar y administrar el consumo
del agua es de vital importancia para la vida.
El agua es un elemento indispensable para la vida, se le conoce también como el “Oro Azul”, no sólo es utilizado en la hidratación del ser humano, sino también en la industria, el riego, en el uso doméstico, limpiar, cocinar y aseo personal, dentro de muchas otras aplicaciones.
Sin embargo, este Oro Azul es escaso, principalmente debido a la destrucción de fuentes naturales, mediante la sobreexplotación de las reservas subterráneas de agua y ríos. Adicionalmente, en nuestros tiempos, ha crecido la demanda debido al crecimiento poblacional, y la urbanización masiva, el repunte de la industria y el agro, los patrones de consumo, el cambio climático, la distribución no equitativa, agua contaminada debido a desechos industriales y domésticos, y la poca conciencia sobre la problemática de la escasez, entre otros.
Entre las consecuencias que arrastra la escasez de agua se tienen, conflictos entre estados (atentos con esto en el futuro, Venezuela es el noveno país con más reservas de agua dulce en el mundo), situación de estrés hídrico en la población, debido al déficit de recursos disponibles y riesgos en la salud debido al consumo de líquidos no tratados o contaminados.
Se puede afirmar sin temor a equivocación que, el agua es un estabilizador de la tierra, esta controla los climas y purifica la atmósfera cuando aparece en forma de lluvia, los químicos la consideran un disolvente universal, el mundo viviente sin las plantas no podría existir, y es precisamente el agua quien permite que las vegetaciones absorban sus nutrientes.
La Unesco, en un informe del 2018 advertía que, la escasez de agua afectará a cinco millones de personas en el transcurrir del tiempo hasta el 2050. El portal de la ONU establece que el agua es un recurso único e insustituible, es la base de la vida, las sociedades y la economía, también apunta que es un derecho humano, pero, sin embargo, unos 2200 millones de personas carecen de este acceso al vital líquido.
No quiero imaginar una época con aguda crisis de agua en el mundo, con países de fuerza bélica superior, realizando incursiones militares en otros para robarles su Oro Azul, mientras en la ONU se discuten, una y otra vez, la ilegalidad de esas invasiones sin lograr un alto al fuego; tal cual como sucede hoy día con el genocidio en Palestina, demostrando solo, que dicho organismo debe ser remplazado por otro más estricto y acorde con el derecho internacional. Nuestra República Bolivariana debe estar alerta, ese futuro está a la vuelta de la esquina.
En América Latina se han alimentado conflictos entre sectores debido al estrés hídrico, la agricultura, la energía eléctrica y la minería, todos compiten por los insuficientes recursos. Además, en esta región se encuentra el 34% del total de agua dulce disponible a nivel mundial.
Venezuela posee una parte de ese 34%, su mayor reserva de agua dulce se encuentra en el estado Amazonas, concretamente en el río Orinoco y su cuenca, que es uno de los ríos más extensos y caudalosos del planeta.
Sin embargo, es fundamental trabajar con mayor determinación en este sector. Una gran parte de las plantas de tratamiento se encuentran inoperantes, debido a esto, la seguridad alimenticia que está estrechamente entrelazada con el agua se ve afectada en grandes proporciones.
Es necesario retomar el control de datos y conformar las estadísticas a fin de apoyar los estudios y proyectos en esta área del agua dulce. En las poblaciones de bajos recursos y áreas rurales, es indispensable que se cumpla con los criterios mínimos de seguridad, de no lograrlo, nos arriesgamos a consumir aguas contaminadas y a la proliferación de enfermedades infecciosas gastrointestinales.
Fundacite
Al frente de esta fundación del estado Miranda se encuentra el investigador y docente de la UCV Héctor Constant, Doctor en física nuclear, quien se ha interesado por el tema del agua y en esa dirección recopiló en el libro “El agua, un bien para la vida”, las jornadas de estudio realizadas por una comunidad de expertos en la materia.
En las jornadas participaron peritos internacionales, como miembros de la Unesco y de la VRIJE Universitelt Brussels, centro de tercer y cuarto nivel con sede en Bélgica.
Es necesario subrayar que la obra realizada por Fundacite abarca, el desarrollo de los semilleros científicos con las “Brigadas de agua”, además de impulsar y apoyar varios proyectos relacionados con la cristalina sustancia, para las comunidades mirandinas, entre ellos la construcción de filtros a base de arcilla, un kit para medir las variables fisicoquímicas del Oro Azul y su instalación en escuelas y liceos en las zonas altas de Miranda.
El debate y la lluvia de ideas es necesario en el país, Constant ha propuesto sistematizar y divulgar todos los resultados y propuestas de estas discusiones ante los órganos rectores de la materia, como son el Ministerio de Ciencia y Tecnología, a fin de develar la importancia necesaria de esta sustancia, y poder obtener recursos destinados a políticas públicas y nuevos proyectos.
Igualmente, el académico Hector Constant, según el artículo publicado por “La inventadera”, plantea, lo ya señalado arriba, la posibilidad de que las próximas guerras estén motivadas por la obtención del recurso agua dulce. En este sentido, nuevamente un llamado a las autoridades nacionales, a mantenerse en alerta con las señales que puedan dar la geopolítica regional y mundial.
La labor realizada por Fundacite ha sido constante, ha impulsado siempre los proyectos e innovaciones, junto a la colaboración de otras dependencias, como la fundación Instituto de Ingeniería, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, y el IDEA.
El tema del agua como recurso para la vida es de vital importancia, Venezuela debe proteger sus recursos celosamente, avanzar en el desarrollo tecnológico y conformar las reglas del juego, para la correcta explotación de bien llamado Oro Azul. Falta mucho por hacer.
joframed1@gmail.com