Venezuela ha perdido 32.600 kilómetros cuadrados de sus bosques en 39 años
Por: Agencias
Lunes, 02/12/2024 06:45 AM
La red MapBiomas Venezuela publicó recientemente la Segunda Colección de Mapas Anuales de Cobertura y Uso del Suelo (1985-2023), cuyos hallazgos reflejan el impacto de las actividades socioeconómicas sobre el paisaje geográfico nacional.
En total, Venezuela ha perdido el 4% (41.600 km²) de su cobertura natural -el equivalente al estado Delta Amacuro-, siendo el norte del país la región que más cambios ha experimentado (36 200 km², equivalentes al 87%) en comparación con el sur (5.400 km², equivalentes al 13%). La cobertura natural afectada incluye tanto los bosques como las sabanas/herbazales y arbustales.
Para la doctora María Eugenia Grillet, Individuo de Número (Sillón X) de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (Acfiman) y experta de MapBiomas Venezuela en el área de la Amazonía venezolana, “una menor cobertura de bosque y vegetación tiene consecuencias inmediatas negativas sobre la biodiversidad, incluyendo una gran variedad de especies endémicas (únicas) de flora y fauna”.
La pérdida de cobertura natural, especialmente de bosques, no solo perjudica la diversidad biológica: también pone en peligro la vida de los seres humanos. Por ejemplo, del bosque amazónico (situado al sur del río Orinoco) depende la “provisión de servicios ecosistémicos vitales para la población venezolana, como agua dulce, hidroelectricidad, seguridad alimentaria de los pueblos indígenas y protección contra enfermedades zoonóticas emergentes”, indicó la académica.
Con respecto a las zoonosis (enfermedades o infecciones que se transmiten naturalmente de los animales vertebrados a los seres humanos), la degradación (baja calidad) y fragmentación (división) de los bosques promueven condiciones ecológicas favorables para la presencia de mosquitos infectados con el parásito del género Plasmodium que transmite la malaria o de mosquitos infectados con el virus del género Flavivirus causante de la fiebre amarilla.
“Estudios recientes destacan las intrincadas conexiones entre la biodiversidad y la salud humana, enfatizando cómo la pérdida de la integridad de los ecosistemas de bosque influye directamente en la propagación y aparición de enfermedades zoonóticas, sobre todo en los pueblos indígenas”, precisó la profesora del Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IZET-UCV).
Expansión drástica de la minería ilegal
¿Por qué ha disminuido la cobertura natural? Según MapBiomas Venezuela, la superficie de uso agropecuario aumentó 20,4%, de 18.400 km² (17,2%) en 1985 a 21.400 km² (20,7%) en 2023. Además, la superficie de uso urbano subió 60,3%, de 2.164 km² (0,2%) en 1985 a 3.470 km² (0,3%) en 2023.
Sin embargo, la superficie que se expandió drásticamente fue la de uso minero de tipo artesanal, ribereño o ilegal, tanto de minerales metálicos como no metálicos, pasando de 230 km² (0,02%) en 1985 a 2.039 km² (0,19%) en 2023, es decir, un incremento del 787%.
La doctora Grillet explicó que la minería ilegal es una de las principales responsables de la deforestación (tala de árboles). “Aunque pueda ser considerada de pequeña escala, los mineros se instalan en los lechos de los ríos más caudalosos de Venezuela, como el Caroní, Cuyuní, Caura (Bolívar) y Ventuari (Amazonas), así como en áreas protegidas, afectando física y biológicamente su funcionamiento y amenazando sus servicios ecosistémicos”.
Medidas urgentes
Para evitar que este escenario se vuelva irreversible, es necesario tomar medidas urgentes, empezando por la formulación de políticas públicas “que detengan la acción minera ilegal y regulen la acción minera en general al sur del país. Luego, se debe frenar la deforestación y poner en práctica acciones de conservación efectivas”.
Además de fortalecer su presencia y bienestar, la experta recomienda concederles la tenencia legal de las tierras a las comunidades indígenas que habitan los territorios amazónicos venezolanos y permitirles que compartan su custodia y protección. De igual forma, propone adoptar la estrategia Una Salud (One Health), el enfoque holístico propuesto en 2004 en un simposio de la Wildlife Conservation Society con el auspicio de la Universidad Rockefeller para prevenir las enfermedades epidémicas y mantener la integridad del ecosistema en beneficio de los seres humanos, sus animales domésticos y la biodiversidad.
La red MapBiomas está presente en catorce países y abarca más de cien instituciones de Sudamérica e Indonesia con un claro fin: generar mapas y datos que orienten la conservación y gestión de los recursos naturales. Los mapas, con resolución de al menos 30 metros, se producen con algoritmos de clasificación automática en Google Earth Engine.
MapBiomas Venezuela es una iniciativa creada conjuntamente por Provita, Wataniba, el Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica y Modelado Ambiental de la Universidad Simón Bolívar (Lsigma-USB) y la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), en colaboración con especialistas de organizaciones no gubernamentales (ONG), universidades y centros de investigación del país, organizados por temas y regiones.
“La opinión de expertos en distintas disciplinas de investigación a lo largo del territorio venezolano, usando mapas y cartografía de terreno, le ha permitido a MapBiomas Venezuela validar sus proyecciones. Es lo que podemos llamar corroboración en terreno de un punto o localidad geográfica (ubicación certera, límites geográficos acertados, topografía y toponimia correcta, etc.)”, señaló la académica de Acfiman.
De acuerdo con la doctora Grillet, mapear los cambios y transformaciones ambientales del territorio de una nación o país sirve para “entender sus dinámicas espaciotemporales, su avance en el desarrollo y el impacto (positivo o negativo) sobre sus poblaciones. Es una forma de soberanía”.
Amazonía venezolana desde Acfiman
La Segunda Colección de Mapas Anuales de Cobertura y Uso del Suelo (1985-2023) de MapBiomas Venezuela llegó en un momento crucial para la Acfiman. “Comenzaremos a desarrollar el programa ‘Amazonía venezolana. Zonas de alta vulnerabilidad debido al impacto de la minería ilegal’, bajo la coordinación del doctor Antonio Machado Allison (Individuo de Número, Sillón III) y mi persona. La meta es detectar áreas de alta vulnerabilidad en la selva amazónica venezolana -producto de las presiones crecientes sobre la región- y oportunidades para la mitigación”.
En concreto, los académicos identificarán, analizarán y evaluarán, a través de modelos de riesgo e impacto, áreas de superposición de la minería ilegal de oro (y su consecuente deforestación) con cuencas hidrográficas, áreas de alto endemismo para especies clave, puntos calientes de especies vectores/hospedadores de virus zoonóticos y población humana vulnerable (comunidades indígenas, mayoritariamente).
La Amazonía posee una extensión de 7,4 millones de km², el equivalente al 4,9% del área continental mundial; de ese total, 470.219 km² corresponden a Venezuela. Además, la cuenca del río Amazonas es la más grande del planeta; por ella fluyen 230 mil metros cúbicos de agua por segundo. La Amazonía es el depósito de diversidad biológica más grande de la Tierra y contiene el humedal tropical y la reserva de agua dulce más vastos del mundo. “Considerando todos los beneficios ecológicos, humanos y económicos que estas áreas brindan y podrían brindar al país, es vital informar, después de este estudio, las acciones de conservación y manejo de este bioma”, explicó Grillet.