Una vez superada la montaña rusa del período de postulaciones de candidatos a la Presidencia de la República, entramos al fin en la campaña propiamente dicha. Se hace pertinente entonces un acercamiento analítico de los discursos de cada competidor. Es decir: a) qué ofrecen, cómo se autocaracterizan, cómo señalan al contrario, qué dicen los voceros, oferta, programa; b) cómo dicen lo que dicen: el tono emotivo, público diana, c) lenguaje e imágenes utilizados.
Por supuesto, en un análisis de este tipo se escapan otros elementos que la metodología del marketing contempla. No hay por qué horrorizarse por el uso de esa técnica. El Marketing se usa en política desde hace bastantes décadas. También se usan las reglas de la propaganda, tanto las inventadas por Lenin, como las de Goebbels. Más allá de los moralismos principistas, se trata simplemente de herramientas como la lógica aristotélica o las escalas que usan las enfermeras o los médicos para organizar el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Por supuesto que surgieron del capitalismo: igual que el automóvil, el tren, la TV y la INTERNET.
Efectivamente, además de la promoción (o la propaganda en este caso) y las características de cada oferta electoral, lo cual podemos hacer usando otra herramienta: la matriz FODA; es decir, observar las fortalezas, oportunidad, debilidades y amenazas que cada opción tiene. Un análisis más completo incluiría el precio del producto, es decir los costos (incluidos los psicológicos) que cada elector (comprador) está dispuesto a asumir para depositar su voto. También los puntos, es decir, los lugares desde donde se hace y se distribuye la oferta; en este caso, las posiciones de poder, los locales, las movilizaciones, etc. Por ahora, solo me concentraré en los discursos y las imágenes de las diferentes promociones, con alusiones a los balances FODA de cada oferta.
Los antecedentes de esta campaña electoral son ampliamente conocidos. La extrema polarización de las posiciones políticas, cultivada durante más de dos décadas, en las que ha habido de todo o casi todo: golpe de estado, manifestaciones, Amenazas, insultos, matanzas, "guarimbas", desapariciones forzadas, gobiernos "interinos", todo un poder público, el legislativo, declarado en "desacato"; una "constituyente" que no hizo otra Constitución pero hizo algo peor: suspendió la existente con una legislación "constitucional" que concentra el poder en el Ejecutivo, le permite "desaplicar" leyes (como la de Hidrocarburos) y guardar el secreto acerca de las negociaciones con agentes colindantes con el crimen organizado. La polarización concentra y dirige todos los instintos tanáticos (el odio, claro) hacia el contrario, impide la tolerancia y la pluralidad, además de dificultar la emergencia de "terceras opciones" que se cuelen atacando ambos lados, presentándose como "ni-ni" u "outsider".
Otros procesos que aparecen como antecedentes inmediatos, son el decrecimiento histórico del voto chavismo y la entrada en el juego de la oposición mayoritaria unida en torno a un candidato. Efectivamente, Chávez obtuvo 7309080 en 2012. Ese potencial pasó a 8191132 en el 13, y a 6245862, en el 18, pasando por el triunfo de la oposición en las parlamentarias de 2015. Otro dato importante es la problemática de la oposición. Esta, en el 18 reafirmó, después de su avance del 15, su política de abstencionismo. Su "estrategia" derrotada del "gobierno interino" de Juan Guaido, que incluyó la petición de sanciones al país, conspiraciones armadas y violencia, apoyado por EEUU y aliados. La derrota tuvo sus consecuencias lógicas: dispersión, parálisis, división, falta de perspectivas y división opositora. Esto se supera con la realización de las primarias y el proceso, lleno de suspenso, de la selección de candidato por la vía de consenso, después de la inhabilitación de la candidata elegida por la base opositora, la imposibilidad de postular a la escogida por MCM y la acción audaz de Manuel Rosales.
Ahora, pasemos a describir cada opción con las herramientas que ya mencionamos.
La oferta de Maduro, hasta ahora, es de continuidad de las políticas establecidas: apertura económica con medidas de estímulo a inversión extranjera, dolarización, contracción del gasto público, pago de deuda externa (incluso con la asesoría recién contratada de los Rotschild), control de la devaluación vendiendo dólares de las reservas, bonificación del salario, cero aumento salarial (nada el recién pasado primero de Mayo: solo unas infelices declaraciones de los sindicalistas oficialistas diciendo que había que sacrificarse), en fin: medidas neoliberales para, supuestamente, salvar el bloqueo, proponiendo además alianzas geopolíticas con China, Rusia, Brasil y algunas empresas norteamericanas petroleras.
Por otro lado, en lo discursivo, los voceros de Maduro se caracterizan por la agresividad (hasta la procacidad) del lenguaje: contra EEUU, contra la oposición, acusaciones de conspiraciones (magnicidio, etc.) que se materializan en desapariciones forzadas de defensores de DDHH, sindicalistas y activistas provinciales de la oposición. Un factor novedoso: el desarrollo de la Campaña "Caiga quien caiga" que ha consistido, por lo visto, en la purga del sector del que, hasta hace poco, fue mano derecha del presidente, es más, un dirigente cuyo ascenso se debió al propio Maduro, no solo ni principalmente por la corrupción monstruosa por la cantidad involucrada (más de 20 mil millones de dólares), sino por su vínculo con las sucesivas conspiraciones de conspicuos representantes de la oposición "violenta". En términos de imagen, hay aquí unos sentidos ambiguos o contradictorios. Por un lado, Maduro busca la empatía de sus seguidores presentándose como el pobre "cornudo", echándole la culpa de la crisis a los malignos "infiltrados" de la derecha en su gobierno. Al mismo tiempo, proyecta una imagen de superhéroe, tipo Marvel o DC, que tal vez pretenda llegarle a los más jóvenes. En todo caso, el tipo que ha logrado derrotar a todos los malos. La oposición aparece en este discurso como un factor al que hay que tener miedo, porque perseguirán a los chavistas (así como lo hicieron el 11 de abril de 2002), además de representar directamente al imperialismo.
La oferta de la candidatura consensuada de la oposición de la llamada "Plataforma Unitaria", Edmundo González Urrutia (EGU), hasta ahora consiste en una "transición" mediante el diálogo y la negociación con el chavismo-madurismo. Se manifiesta la necesidad de consenso de todos los sectores sociales y la unión de la oposición. El retorno a la Patria de las familias migrantes. Mantener propiedad estatal sobre PDVSA con asociación con capitales extranjeros; gestión de deuda con el FMI para grandes inversiones. La imagen que se proyecta es de sensatez, calma, diálogo, reconciliación; todo respaldada por un señor mayor, presuntamente "sabio". Aunque el candidato ha dicho algunas cosas un poco desacertadas (como eso de que no irá a las calles del país), se ha mantenido, al mismo tiempo, cerca y lejos de María Corina Machado (de imagen agresiva debido a su trayectoria), haciendo honor a la recomendación de un viejo zorro de la política quien le recomendó que las velas no debían estar tan cerca que quemara el santo, ni tan lejos que este no se ilumine.
Estas dos son las candidaturas que aparecen mejor posicionadas por las encuestas, marcadas por la polarización. Pero vale la pena hacer una breve referencia a Ecarri, quien se presenta con un discurso crítico, tanto contra el gobierno, como contra la oposición; aunque últimamente ataca más a EGU. Como oferta política ha hecho énfasis en la educación al tiempo que se muestra defensor de la educación superior privada. Algunos sectores han encontrado en esta candidatura una oportunidad para la supervivencia política, en vista de las próximas elecciones parlamentarias.
Los otros candidatos merecerían otro artículo. En general, la oposición que respalda a EGU los presenta como los "alacranes", un conglomerado de grupos minoritarios, apoyados política y financieramente por el gobierno. Las encuestas no muestran ningún avance. Pero prometo que en otra ocasión, talvez me ocuparé más detenidamente en ellos.