Los efectos de la "metropolización" (1991-2011)

Cumaná: ciudad en transición, inconclusa y en construcción (I parte)

Viernes, 11/09/2020 07:03 AM

La entrada del planeamiento moderno en Cumaná, a partir de mediados de la década de los setenta, es consecuencia de la adopción de políticas nacionales en materia de urbanismo, aun cuando existe una correspondencia temporal entre ese hecho y el agotamiento del modelo del ensanchamiento del Sistema de Riego de Cumaná (1942) [1], que se gestó al imponerse una modalidad urbana basada en la "metropolización" del Plan de Desarrollo Urbano de Cumaná (1975) [2], como pieza autónoma que se disocia del Ensanche (1945), que, a decir de Almandoz [3] los Planes Reguladores "reflejaban la importancia que había alcanzado la nueva disciplina de planificación en el sector público".

EL AGOTAMIENTO DE LA DEMOCRACIA BIPARTIDISTA

El subperíodo 1991-2011, se caracterizó por el fin de la denostada democracia bipartidista, en la que AD y Copei habían hecho uso alternado e ineficiente de la ingente renta petrolera. Como antecedente, el "Caracazo" de 1989 declaró al mismo tiempo la irrupción en la arena pública de actores sociales excluidos del clientelismo partidista y removió la "lucha de clases por el espacio" en una sociedad en la que el oro negro la había escamoteado, a pesar de que la pobreza crítica confrontaba ya el 40%.

En la madrugada del 4 de febrero de 1992, el comandante Hugo Rafael Chávez Frías se perfiló como protagonista de los cambios por venir, mientras la audiencia trasnochada observaba con sorpresa y hasta con admiración a un hombre que se hacía responsable por su "fracaso", cosa no frecuente en la vida pública venezolana de entonces.

La separación de CAP del ejecutivo por causa de la "partida secreta" de 250 millones de bolívares fue acaso la estocada final del vilipendiado "statu quo" de Puntofijo, que curiosamente Rafael Caldera hubo de cerrar en su segunda presidencia (1994-1999), a pesar de haber sido protagonista firmante del pacto original.

Sumado a males nacionales como el agotamiento del "estado rentista", aceleró varios y distorsionados efectos en la estructura y dinámica urbana, como la colonización de espacios públicos por actividades informales. La criminalidad urbana terminó de abonar el terreno para el arribo al poder de Hugo Rafael Chávez Frías (1999-2013), cuyo régimen supo capitalizar el dogmatismo que, como clamaba la apremiante ciudad de clase, debía seguir al "sacudón" de 1989.

Partiendo de este imaginario histórico-político y social-urbano, se impuso la tarea de ver nuestras ciudades venezolanas con énfasis en los componentes existentes para la última etapa de la transformación, en la cual se produjo de manera acumulativa la modernidad por estratos superpuestos o tejidos que nacen como barrios informales, los cuales en su proceso de ocupación del suelo han ido configurando una grilla densa y, a su vez, continua mutación e hibridación de los usos y tipologías que resulta de un rasgo identitario, una especificidad de nuestras ciudades venezolanas.

Esta realidad en tanta incipiente "metropolización o en vías de serlo" se hace cada vez más equitativa, incomprensible, ambigua y caótica para muchos, pero a todas luces rica, compleja y diversa; por lo que Cumaná fue una oportunidad a triple nivel: en primer lugar, nos obligó a ver la ciudad de otro modo; en segundo lugar, nos colocó en la necesidad de enfrentar a Cumaná como totalidad y no sólo como fragmentos inconexos y, en tercero lugar, nos proveyó de la oportunidad de asumir a la ciudad, por medio de sus diversas perspectivas, pero al mismo tiempo, hurgando en su pasado reciente y en su devenir previsible.

Esta visión de ciudad, como territorio dinámico y construcción humana moldeada por flujos económicos, sociales y demográficos, es vital para comprender a Cumaná, ciudad que ha desarrollado ciertos análisis sobre su realidad y evolución urbana general, pero que generalmente son incompletos y dirigidos al consumo local. Para eso hay que iniciar indicando que debe ser vista como un ámbito urbano que en su continente formal ya que posee una tendencia, según Geddes [4] llamada "conurbano o conurbación", quizás poco entendida como hecho de estudio aun entre los que analizan a esta ciudad de Cumaná.

Es nuestro deber asumir el carácter de funcionamiento de la urbe cumanesa no estática, sino que se mueve eminentemente con orientación concreta. Al mirar los flujos de intercambios unidos por el sistema carretero que une las salidas o entradas a Cumaná, con El Tacal, La Llanada Sur, Pantanillo, El Peñon, San Juan, se hace evidente que la ciudad dejó de ser un espacio contenido en su división político-territorial formal y se amplía hasta incluir una población que, en los próximos años, marcará la tendencia urbana hacia estos sectores.

Por todo lo antes reseñado nos llevó a reconocer a Cumaná, según Koolhaas [5] o Augé [6], como una "ciudad genérica", de la cual puede decirse que se afincó sobre una demografía básica propia y a la vez como una ciudad extensiva. Esta profundización del carácter de la incipiente "metropolización" dependerá en buena manera de la concreción de significativas obras de infraestructura; asi como de una serie de políticas urbano-locales, que se encargarían de mejorar y potenciar el funcionamiento interno y la conectividad local.

LA CIMENTACIÓN DE LA ARMADURA URBANA

En el subperíodo 1991-2011, la armadura espacial, que se adosaba a la ciudad primigenia o fundacional, es la que constituiría la estructura urbana que luego orientaría el desarrollo contemporáneo de Cumaná. Esta indumentaria citadina comenzó por definirse con la construcción de la Perimetral Norte (1974), que sirvieron como anillos que para el primer caso contenía los límites de la ciudad consolidada; mientras que la Perimetral Sur (1985), contenía a la ciudad en transición, de mediano nivel de consolidación y menos compacta con densidades promedio inferiores a los 50 habitantes por hectáreas.

Esta sería la base general de la que despegaría la ciudad y que está constituido actualmente por las zonas mejor servidas y con mayor acumulación de patrimonio edilicio, tecnológico y cultural en la ciudad. Es la etapa de conformación de la ciudad central o "macro-centro", seguida por una fuerte expansión urbana, alcanzando sus cotas de crecimiento más significativo, al promoverse una evolución que se caracterizó por niveles bajos de compactación del tejido y una trama urbana orgánica.

Esta trama orgánica es el producto del desarrollo de los asentamientos no controlados que llegaron a dominar la estructura general de Cumaná, más aún, a partir de lo que se conoció como la primera "periferización" o corredura de la poligonal urbana para el año de 1985, con la Perimetral Sur o Autopista Gran Mariscal de Ayacucho, llamada también "Antonio José de Sucre", según el POU-1992 [7], lo definió como el límite de crecimiento urbano de la ciudad de Cumaná, incrementando la superficie de la ciudad, a partir de esta realidad fue necesario definir una nueva poligonal urbana.

La politica oficial de vivienda en Cumaná promocionó el fenómeno de dispersión urbana sobre la Zona Protectora (ZP), permitiendo la proliferación de múltiples zonas intersticiales, muchas de acendrado carácter rururbano, como se pueden ver hoy día al sur franco y al sur este, desde El Tacal hasta el vertedero de basura, en su mayoría propicias para acusar el fenómeno de las invasiones. No obstante, la constitución de extensas áreas residenciales distantes del centro urbano; ejemplos patentes las urbanizaciones Brisas del Golfo al extremo este, a 11 kilómetros del centro urbano, y Lomas de Ayacucho, al extremo sur (a 9 km), promovieron la expansión artificial de la ciudad de forma no controlada, lo que presionó de modo permanente para la variación de la poligonal urbana.

El Plan Maestro de la zona de expansión de Cumaná, llamado "Cumaná La Nueva (1991) [8], generó un paisaje para la ciudad que era caracterizable por una trama primigenia reticular, a la que se le adosó la ciudad de grano más grande y a ésta la ciudad barrial con su constitución más impredecible, o por decir lo menos, orgánica; bajo nivel de compactación, dando la noción de escaso dinamismo demográfico y de actividad general e importantes vacíos territoriales que se presentan como verdaderos enigmas urbanos y que interrumpen, muchas veces, el paisaje edilicio y humano, caso emblemático, los grandes intersticios que existen entre la zona sur y este.

La zona propuesta en el Plan Maestro para la expansión de la ciudad de Cumaná, planteó bajos niveles de densidad, de 45 a 60 habitantes por hectárea; su extensión impresionante sobre una vasta superficie que pudo ver sobre las 900.000 hectáreas de la Zona Protectora (ZP) y concentrando el 100% de su población existente en Cumaná para ese momento; asi como su intrincada red de relaciones con los centros poblados que le circundaban y tributaban, abultando su población hasta los casi 300.000 habitantes adicionales, nos hablan de una ciudad que era por pocos entendidos y poco asumida, como lo era, una suerte de "urban spread" o definición genérica de "dispersión urbana" que al ser tan poco tupida esconde sus múltiples relaciones a escala ampliada.

Es más, fácilmente puede referirse que "Cumaná La Nueva" era una propuesta de una ciudad dentro de ciudad, que vista desde el aire, se podría mostrar poco compacta. Una ciudad otra que más que "dispersa" era "discontinúa" que ni por vegetación, ni por topografía, ni por acumulación de edificaciones se pudiera entender como densa o congestionada.

Con este perfil poco congruente con el resto urbano de Cumaná, el Plan Maestro de la zona de expansión de Cumaná, se presentó como un "ámbito urbano intermedio" sin comprender para muchos. Aun cuando estaban delimitados, las variables urbanas de accesibilidad, vistas, continuidad espacial, entre otras, debieron definir la pertenencia de las cimas en relación al ámbito correspondiente y sus servicios. Es un espacio "difícil" de entender para el ojo no entrenado que poco conoce de sus dinámicas y conexiones internas del efecto de la "metropolización".

El sistema metropolitano de Cumaná, como una ciudad de escaso dinamismo demográfico y territorialmente desmembrado, partido en varias realidades diferenciadas y que pudieran referirse claramente a la visión de ciudad como una suerte de "archipiélago" era, sin embargo, bastante engañosa, pues nos remitió a la idea de cuatro ciudades en una, y que muchas veces se vio impedida de relacionarse, a su interior y con su entorno inmediato, la fuerte barrera que suponía el golfo de Cariaco y la Serranía del piedemonte del Turimiquire [Figura 1]: la primera, la planicie central o el macro-centro, la segunda, la planicie dispersa o difusa, la tercera, la planicie de la periferización y la cuarta, la planicie hacia la zona protectora y de amortización.

LA PLANICIE DE LA PERIFERIZACIÓN

La sub-urbanización o peri-urbanización es un fenómeno, también, llamado ciudad difusa. Aparecen asi conceptos como des-urbanización, contra-urbanización y peri-urbanización, dentro del ciclo de vida urbana. La contra-urbanización se relaciona con procesos de reestructuración económica reciente que actúan a escala global regional y que, en ocasiones, se expresa con la explotación inmobiliaria brutal o con las invasiones des-controladas, dibujando, a decir de Nel-lo [9], "los confines de la ciudad sin confines".

Nos referimos, entonces, a la ciudad en desarrollo, abierta y en construcción, ubicada en "la otra ciudad", es la zona urbana de la "periferización" que está ubicada fuera de la mancha urbana o terrenos de bajo costo, sin planificación urbana que los dote de mejores servicios, equipamiento, transporte público y vías de acceso. Esto significó centrarse en las relaciones espaciales-sociales que conforman el espacio público.

La altiplanicie estableció el intermedio entre la llegada a Cumaná, el aeropuerto, los accesos por tres frentes de agua, el borde occidental del mar Caribe, el borde oriental del golfo de Cariaco y borde sur-norte del rio Manzanares. Estos bordes costeros corresponden a una compleja franja litoral que se extienden desde la Laguna de los Patos (320 has.) al oeste, abierto al mar Caribe, pasando por el sur del rio Manzanares hasta los humedales de Punta Delgada (147 has.) al este, abierta al golfo de Cariaco. Estos frentes marítimos constituyen una inmensa lejanía, una fuerte horizontalidad, reseñan el patrimonio paisajístico y ecológico de mayor importancia de la ciudad [Figura 2].

El panorama ofreció la perspectiva de las grandes dimensiones y el espacio extendido de la llanura costera intervenida por las avenidas de alta circulación y velocidad: la autopista Antonio José de Sucre, las avenidas Universidad, Carúpano y la vía al aeropuerto, La Rotaria; también, las invasiones, las viviendas masificadas de baja densidad, las torres multifamiliares de alta densidad, los hoteles Cumanagoto, Nueva Toledo y Los Bordones, los distribuidores, los terrenos vacantes del viejo aeropuerto y la Universidad de Oriente-Núcleo de Sucre, las zonas industriales de San Luis-Zoica y las áreas fragilísimas y muy exigentes en cuanto a la reglamentación para su cuidado ambiental: la laguna de los patos y los humedales de Punta Delgada. Aquí la ciudad aparece como un recinto inconcluso y en construcción.

Tradicionalmente esta superficie se identificó como la extensión sur de la ciudad de Cumaná o la zona industrial. Su vegetación correspondió al bosque muy seco tropical y se extendía como una alfombra estrecha cuya superficie daba paso a pastizales, herbazales intervenidos por actividad agropecuaria. Esta geografía surcada por la red de canales del Sistema de riego de Cumaná (SRC-1942), lo cual dió la imagen de una superficie periférica en transición. La prolongación del paisaje infinito apenas es cruzada por las zonas industriales, los distribuidores, el aeropuerto Antonio José de Sucre y la urbanización Nueva Toledo, entre otras, ciudades instaladas entre viviendas fragilísimas, explotaciones agropecuarias de la vastedad solitaria.

BIBLIOGRAFÍA

[1] FONDO NACIONAL DE DESARROLLO URBANO (FONDUR/Cumaná). El Sistema de Riego de Cumaná (SRC) (1942). Ministerio de Infraestructura. [Consultado: lunes, 02 de febrero del 2015].

[2] MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS-Cumaná (1975). El Plan de Desarrollo de Cumaná. MOP. [Consultado: lunes, 02 de febrero del 2015].

[3] ALMANDOZ, A. (1977). Urbanismo europeo en Caracas (1870-1940). EOUINOCIO, Ediciones de la Universidad Simón Bolívar, Caracas.

[4] GEDDES, P. (1960). Ciudades en evolución. (Traducción española). Buenos Aires. Editorial Infinito.

[5] KOOLHAAS, R. et al. (1995). S, M, L, XL: small, medium, large, extra-large. New York: Monacelli Press.

[6] AUGE, M. (1992). Non-lieux: introduction á une anthropologie de la surmodernité. Paris: Seuil.

[7] MINISTERIO DE DESARROLLO URBANO (1992). Plan de Ordenación Urbanística de Cumaná. MINDUR.

[8] MENÉNDEZ Y ASOCIADOS, J. M. (1991). Cumaná La Nueva. Plan Maestro de la Zona de Expansión de Cumaná. Gobernación del Estado Sucre- FUNREVI.

[9] NEL-LO, O. (1998). "Los Confines de la Ciudad sin Confines. Estructura Urbana y Límites Administrativos en la Ciudad Difusa" en Monclús, Francisco Javier (Editor) La Ciudad Dispersa, Centro de Cultura de Barcelona, Barcelona.

NOTA: texto tomado del libro inédito del mismo autor

Título de la obra: CUMANÁ, LA OTRA CIUDAD. LA ARQUITECTURA DE LOS ÚLTIMOS 130 AÑOS. PERÍODO 1890-2020 Y PROYECCIONES 2030 Y 2050. Línea de investigación: Historia urbana local. Mayo, 2019.

ANEXOS

[Figura 1]. EL SISTEMA METROPOLITANO DE CUMANÁMetropolización











 

Marín Lista, S. E. (2015). El sistema metropolitano de Cumaná. El subperíodo 1991-2011. [Montaje gráfico de reconstrucción hipotética sobre el Plano de Ordenamiento Urbano de la ciudad de Cumaná del año de 1992].

[Figura 2]. LA CIUDAD DE LOS BORDES COSTEROS bordes costeros










 

Marín Lista, S. E. (2015). La ciudad de los bordes costeros. El subperíodo 1991-2011. [Montaje gráfico de reconstrucción hipotética sobre el Plano de Ordenamiento Urbano de la ciudad de Cumaná del año de 1992].

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento!

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