Hace pocos días, el gobernador del estado Zulia, Econ.Omar Prieto, en una alocución, advirtió que apagaría cualquier intento desestabilizador en la región, a la vez que llamó violentos y guarimberos a quiénes llevasen a efecto acciones de protesta.
Al respecto, es necesario hacer algunas precisiones. En primer término, es cierto que factores violentos, seguramente, están buscando pescar en río revuelto, en momentos en los cuales el pueblo venezolano tiene un profundísimo malestar, por la enorme cantidad de penurias a la que es sometido a diario. En segundo lugar, hay que aclarar, que habemos muchísimos ciudadanos que NO formamos parte de los violentos, de los guarimberos, de la oposición recalcitrante, ni tampoco somos agentes de desestabilización. Nosotros, los ciudadanos de bien de Venezuela, del estado Zulia, estamos súmamente extenuados por esta situación invivible que ya llevamos arrastrando durante años. Así mismo, entendemos que existe una situación de índole sanitario especial, y que, por tanto, lo más prudente es no formar aglomeraciones. Pero, hay que decir también, que somos demasiados los que queremos protestar, los que queremos ejercer el derecho a la manifestación de forma cívica (lo cual para muchos hombres y mujeres decentes es muy difícil, debido al extremo grado de desesperación y arrechera que tienen). Sería entonces un craso error, no sólo señalarnos de guarimberos, contrarrevolucionarios, violentos, terroristas y otras tantas cosas más, cuando en verdad, y como ya lo dijera, no somos más que ciudadanos que hemos urgido, y seguimos urgiendo a los gobernantes a que esta tragedia acabe ya. Los hemos exhortado a que negocien, a que relajen posiciones, a que lleguen a acuerdos, a que atiendan al pueblo, a que no nos den ni ofrezcan limosnas, a que se nos mejore el salario, a que se haga un programa económico coherente, a que se le ponga un freno a la especulación, a que no se devalúe más la moneda, en fin, lo que exigimos millones de venezolanos es tener calidad de vida.
El gobernador Prieto, entonces, no puede meternos a todos en un mismo saco; pues una cosa es la desestabilización y la guarimba, y otra muy distinta el exigir nuestro derecho a vivir con dignidad. No, no somos criminales, sólo estamos hartos, cansados, exhaustos y arrechos, porque de que basta ya, basta.
Creo, finalmente, que el gobernador no se refirió a nosotros, sino a los extremistas de siempre; pero ojo, hay que tener mucho cuidado con eso, o se nos van a violentar derechos legales y constitucionales (o mejor dicho, se nos van a seguir violentando).