Hace un año el Consejo Legislativo cambió el nombre al estado Vargas sin convocar a un referéndum

Domingo, 04/10/2020 09:14 AM

El 3 de junio de 2019 fue un día oscuro para la democracia participativa y protagónica que ha sido bandera de nuestra Revolución Bolivariana, ya que "entre gallos y medianoche" el Consejo Legislativo del antiguo estado Vargas (CLEV) cambió la denominación de dichas coordenadas a "estado La Guaira" sin haber realizado ningún tipo de consulta popular previa a gran escala (*). Con esta arbitraria decisión, los miembros del CLEV demostraron su desdén por el pueblo al trocar -de forma despótica- el topónimo de una entidad regional emblemática del país, además de degradar la figura del sabio guaireño, el Dr. José María Vargas (**).

Justo hace más de un año ofrecimos nuestras razones en contra de la tesis del "estado La Guaira" y acá éstas se pueden leer: https://www.aporrea.org/regionales/a279998.html. En líneas generales, lo que se conoció como La Guaira durante varios siglos dista mucho de ser el Litoral Central de la actualidad y la referida denominación (La Guaira) sólo es válida para esta parroquia; por ende, cuando hablamos de "guaireño" estamos apelando al habitante de esa zona de la franja costera y no al conjunto de poblaciones que colman este "Chile venezolano". Hasta los mismos guaireños están claros en que "La Guaira" y "guaireño" son voces que se delimitan a dicha circunscripción. Verbigracia, el afamado tema de Alegrías de El Cardonal con el título de "Yo no me iré" ("[La] Guaira querida"), el cual fue compuesto a raíz del trágico deslave de 1999, sólo menciona lugares notorios del añejo enclave: Punta de Mulatos, Puente de Jesús, La Plazoleta, Calle Bolívar, El Cardonal y La Cabrería, entre otros recovecos. Por ningún lado se hace alusión a Carayaca, Catia La Mar, Maiquetía o Caraballeda, por ejemplo. De hecho, cuando un morador de Vargas no está en su terruño y se dirige a éste, no dirá que "va a La Guaira" a menos que, en efecto, marche a ese sector. De preferencia, la persona mentará el sitio específico hacia donde emprende rumbo: "Voy a Catia La Mar", "Voy a Macuto", "Voy a Carayaca" o "Voy a Naiguatá", verbigracia. Platicar de "estado La Guaira" sólo perpetúa y magnifica el enorme desconocimiento del resto de la nación con respecto a las particularidades geográficas y político-administrativas del citado territorio. Cuando un andino, un zuliano, un llanero o un margariteño habla de "La Guaira", está echando mano de un anacronismo heredado de la relevancia histórica y económica de la parroquia de marras y su puerto marítimo. Nuestro deber revolucionario es sacarlos de esa falsa percepción y convidarlos a que utilicen la terminología correcta cuando se refieran a nosotros: "estado Vargas" y "varguense",

A todas luces, el vocablo "varguense" es el que más se adapta a nuestra dilatada cinta caribeña, algo que no acontece con "guaireño", que -tal como lo reseñamos antes- sólo corresponde al natural de aquella área comprendida entre el legendario desembarcadero y Punta de Mulatos. La resolución del Consejo Legislativo del antiguo estado Vargas de imponer el desatino del "estado La Guaira", se pasa "por el Arco del Triunfo" la figura del sabio Dr. José María Vargas y busca complacer a un ominoso "cronista" cuya obsesión, desde hace años, es implantar "a la brava" un gentilicio que jamás podrá aglutinar a la totalidad de los ciudadanos que habitamos el Litoral Central. Platicar de "estado La Guaira" es tan delirante como hablar de "estado Maracaibo" o "estado Coro". ¿Será que el Consejo Legislativo del Zulia se atrevería a dar ese paso sin convocar antes a un plebiscito? ¡De seguro que no! Tampoco creemos que en Falcón hiciesen algo así sin inquirir antes a la gente. De hecho, como circunstancias del destino, en una parroquia del estado Lara se llamó a referéndum -bajo la organización del Consejo Nacional Electoral- para modificar el nombre de ésta (***). ¡Así como lo leen! Eso ocurrió poco después de que nuestro Consejo Legislativo hiciera uno de los más estridentes papelones de los últimos 21 años. Estamos hablando de una simple parroquia que se tomó la molestia de consultar a las personas, ni siquiera se trata de un municipio o estado. Eso, de verdad, dio pena ajena y nos hizo el hazmerreír de todo un país, ¡no nos cabe la menor duda! El CLEV estaba en el deber de solicitar al CNE las facilidades técnicas con el fin de preguntar al colectivo si estaba de acuerdo o no con el capricho del "estado La Guaira". ¿Dónde queda el poder popular? ¿Dónde queda la democracia participativa y protagónica? ¿Dónde queda la opinión del pueblo? ¿O es que el "hoi polloi" sí es importante para pedirle el voto para las parlamentarias pero no para algo tan trascendental como permutar sus símbolos y sus topónimos? ¿De qué democracia estamos departiendo entonces? Lo del CLEV fue un acto de suprema ignorancia, vulgar torpeza y obstinada prepotencia, lo cual deja mucho que desear de la cualidad revolucionaria de sus miembros.

Lo lamentable de todo esto es que muchos "de este flanco", desde la más absoluta desinformación, se han dado a la tarea de avalar esa barbaridad y hasta nuestro Presidente, Nicolás Maduro, influenciado por nefastos asesores, ha afirmado que "sólo los escuálidos están molestos por lo del estado La Guaira" (¡!). Pues habrá que informar a nuestro líder de que eso no es así: bastantes chavistas también estamos indignados por ese disparate de nuestro Consejo Legislativo y solicitamos muy respetuosamente -a nuestra dirigencia nacional y regional- que se haga un referéndum, con máquinas del CNE, con el objetivo de dar la palabra al pueblo. ¿O no es ése el hilo conductor de nuestro proceso bolivariano: el obedecer el mandato de las masas? Camaradas, no estamos esgrimiendo nada que no haya planteado el Gigante Chávez en su momento. Ahora que estamos a las puertas de unas elecciones, nuestra humilde propuesta es que se llevase a cabo la consulta de marras durante los venideros comicios del 6D y así hallar una salida definitiva a esta controversia.

En conclusión, el Consejo Legislativo está a tiempo de corregir una descomunal metida de pata y hacer lo que debió resolver desde un principio, c'est-á-dire, preguntar a los habitantes del Litoral Central qué nombre y qué gentilicio deseaban adjudicarse. El daño que se ha infligido a nuestra Revolución en Vargas, con este insólito atropello del CLEV a la identidad regional, es de proporciones preocupantes. Ignorar la opinión de los ciudadanos -en un asunto tan peliagudo- pone en juego nuestra credibilidad y nuestro compromiso inquebrantable con la democracia popular. ¡Demos el ejemplo, por favor!

 

P.D. Muchos creemos que detrás del "affaire" del "estado La Guaira" se mueve más una motivación de mercadeo que de "rescatar" una voz indígena que nunca se ha perdido, puesto que ésta sigue identificando a una proverbial parroquia del Litoral Central. Lo más probable es que se desee ligar el apelativo de la entidad al del equipo de beisbol Tiburones de La Guaira, lo cual sería una irresponsabilidad mayúscula. Todo el mundo sabe que las dos únicas franquicias de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) con nombres de urbes, son los Leones del Caracas y los Tiburones de La Guaira. Sí, para los que no lo sabían, la marca Tiburones de La Guaira se refiere a la ciudad, señoras y señores. Evidentemente que los escualos representan a plenitud el sentir varguense y sus victorias son una indiscutible satisfacción local, mas forzar un gentilicio (guaireño) para toda la franja costera por razones de "marketing", es un verdadero despropósito tomando en cuenta que se ha ninguneado a los ciudadanos en este delicado aspecto. ¡Vergonzante!

(*) Por muchas encuestas o sondeos que se hayan puesto en práctica, ninguno de estos instrumentos puede estar por encima de un referéndum. En esta materia, el Consejo Legislativo desconoció el artículo 71 de la Constitución de 1999: "(...) También podrán ser sometidas a referéndum consultivo las materias de especial trascendencia parroquial, municipal y estadal [sic] (...)".

(**) Los apologistas de la tesis del "estado La Guaira" se rasgan las vestiduras al enunciar que no hay ningún encono hacia la persona del Dr. José María Vargas, ya que el único municipio de la jurisdicción sigue ostentando esa denominación. ¡Vaya caradurismo! ¿Acaso la inicua resolución del CLEV no es ya suficiente afrenta hacia la memoria de Vargas? En ídem dirección, el 10 de marzo -fecha del natalicio del prócer guaireño- ha dejado de ser feriado regional y, por el contrario, ahora el asueto estatal es el 28 de febrero, data de nacimiento del mártir independentista José María España. Aplaudimos que se haga justicia con el legado de otros ilustres locales, como el precursor España, pero condenamos que eso se haga en desmedro de otros insignes del Litoral Central.

(***) La parroquia Juan de Villegas cambió su topónimo a Ana Soto, luego de organizar una consulta con logística del CNE y cuyo resultado favoreció a la opción señalada: http://radiomundial.com.ve/article/cambian-nombre-de-la-parroquia-juan-de-villegas-de-barquisimeto-ana-soto

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