A Chuchaaa. Mija querida, cómo amaneciste.
Muy alegre Carrao. Todo el Valle de Gómez o del Portachuelo pa´bajo amaneció hoy conuquero. Oye Carrao, tus guacharaquitas están con ese galillo prendido y cantando muy desafinadas. Carrao, están cantándole a la lluvia. Las Chiclías y las Chulingas andan en lo mismo y el valle hoy está tan bonito, que si le colocas un poquito de atención e imaginación, sientes que todo es como un concierto. Los cantos de los pájaros y la lluvia te hacen imaginar un sonido sublime y el alma se te pone de conuquero.
"Conuquero" Carrao, es la mejor palabra para describir esa fidelidad, lealtad y armonía que hay entre el hombre y la naturaleza. El conuquero, es como el santero de la naturaleza. El conuquero, es capaz de leer en el cielo los caminos del tiempo y sabe de las bendiciones que nos envía Chucho y la Virgen del Valle.
Falta el turpial, que lamentablemente lo desaparecieron de estas tierras y ya no se ve ni se oye, como lo oímos antes. La flauta del turpial continúa siendo necesaria para este valle y para que esta armonía natural sea más mágica todavía.
Chucha, el conuco de Chilo ya huele a cachapa. El malojo de Juancho, Chelao, Chinamo y Cachicato cargan y con la ayuda de Dios y la Virgen del Valle, entre enero y febrero nos salvaremos de pagar tanto por una harina de maíz. Veremos a las familias de Tacarigua, San Sebastián, Los Altos del Gallego, El Cercado y el Maco darse sus gustazos con sus cachapas.
Carrao, ¿leíste el libro de Murunga que te envié ayer a tu correo y que es otra expresión de ese gran trabajo que realiza Verni Salazar en Margarita?
Si Chucha, lo leí en un momentico porque se deja leer rápido. Este libro de Murunga es como un conuco florecido con gente repunante(*). Uno se mete en este libro de Murunga (Carlos Luis Mujica. Murunga) y se da cuenta, que si en Margarita a alguien se le ocurre hacer un museo para ir reuniendo a todos esos hombres y mujeres que derrocharon sus fina gracia y humor en la isla, vamos a tener que invadir a Sucre y Anzoátegui para poder meter a esa gentara que con gracia, humildad, ironía y mucha sabiduría, mostraba su manera de ver las situaciones que vivía o confrontaba.
Así es Carrao. Este libro de Murunga (Ocurrencia de mi Gente) es como un pequeño Museo y en sus páginas puedes ver la gracia y el fino humor da la gente de El Poblado, Porlamar y otros pueblos de la isla, repartiendo humor con mucho ingenio y sin pose de ningún tipo. Personas que al hablar podían con mucha gracias y sentido, comunicar cosas de una manera muy bonita y agradable. ¿Eran gente repunante Carrao?
Así es Chucha. Esa palabrita por cierto se lee al entrarle a la lectura. Este libro de Murunga describe ese ingenio. Lipe Avensa era uno de ellos. Lipe era hombre de béisbol y todo lo procesaba en función del béisbol. Hasta en el menú en un restaurante, Lipe veía el béisbol.
Se lee en el libro una pequeña historia, cuando muere y llevan a enterrar a la mamá de Lipe Avensa. El sitio donde fue colocada, quedó muy pegado de la pared final del cementerio y cuando la gente se retiraba, observaron que Lipe no se movía y se regresaron para oírle decir esto:
"¡Carajo mama; te pegaron de la cerca; si el batazo es un poquito más duro, te sacan de jonrón!" (**)
Gente muy repunante, que fue una palabra muy usada en Margarita para referirse a personas con esa buena chispa margariteña y cargada de mucho humor. Así se le decía a la gente que tenía gracia para decir las cosas. Esa gente Chucha, va desapareciendo en Margarita. Tacarigua fue una mina (y aún lo es) de gente repunante, ocurrente y con gracias para decir las osas. Cheguaco fue un sabio y fue un gran repunante. El amigo Chu, cuando compartimos momentos en el Liceo Francisco Antonio Rísquez, mostró su dotes de ser un gran personaje jodedor y ocurrente.
(*) "un repunante (es) una persona que siempre está de buen humor, que no toma las cosas en serio, pero tiene siempre la inventiva encendida para divertir y divertirse, sin llegar a la categoría del jodedor que nadie soporta". Apreciación plasmada en el libro de Murunga.
(**) Carlos Luis Mujica Romero: MURUNGA: (213) Ocurrencia de mi Gente. Editado por VAVOS