El periodista Juancho Marcano puso a correr su vista sobre el lomo del paisaje que bordea su vivienda, y observó como los robles, al mal tiempo, le muestran una sonrisa de flores amarillas al estío, que con su látigo azota el cuerpo de las plantas de la Tacarigua de Margarita.
Este florecimiento de estos árboles, muchos con considerables años encima, es como darle entender al humano que a pesar de las vicisitudes, hay tiempo para sonreír, y cumplir aquello que decían los viejos y lo repitieron muchas veces, pues en otrora las épocas eran difíciles, como lo es el adagio que dice: Al mal tiempo buena cara.
"¿Pero será ese el mensaje de los árboles? ¿O será otro para decirles a los humanos que ellos tienen mucha importancia para el medio ambiente, pues no sólo nos dan oxígeno, sino que nos brindan flores y frutos y por tanto hay que cuidarlos? Pensó el periodista, una vez que el perro Pipo, llegó hasta su presencia para contarle que había ido al conuco y que no había novedad, aparte de la tristeza de los arbustos por la falta de agua y el sol que los castiga con su correa ardiente de sus rayos.
- O sea Pipo que por lo que me dices, ¿da bastante lástima ir al conuco y ver sufriendo a las matas de ají y de berenjenas que no hace mucho sembramos?, dijo entristecido el periodista.
- Así es Juancho y no sólo esas sino hasta las más grandes como las de aguacate y castaña que ya están grandecitas, están sufriendo los embates de un tiempo que lanza su ofrecimiento de lluvia, pero no cumple tal promesa y las matas se desesperan en su angustia por absorber un poco del agua bendita que les manda el cielo, dijo el perro.
Juancho Marcano seguía mirando las bellezas de la floración de los robles y en verdad no hallaba explicación del por qué en esta isla bendita por los Dioses, la lluvia escasea tanto que atormenta enormemente al reino vegetal.
Mientras tanto el perro Pipo, viendo la preocupación de Juancho, para animarlo, le dijo: "Tiene que ser como los robles, Juancho, que se visten de alegría con su traje amarillo". El periodista estuvo de acuerdo y abrazó a su perro.