El Tsunami de Puerto La Cruz

Jueves, 15/07/2021 10:48 AM

Quien haya visitado a Puerto La Cruz en tiempos pasados o tuvo la dicha de vivir esa época de oro cuando el Paseo Colon era un centro turístico internacional con múltiples restaurantes que trabajaban hasta la madrugada llenos de alegría y personas, no añore aquellos años, simplemente está mintiendo. Los vacacionistas de Caracas y del centro del país planificaban sus temporadas para la ciudad oriental, otros lo tenían como destino en los fines de semana. En carnavales, muchos que iban a Carupano, al pasar por Puerto La Cruz se quedaban ante el colorido de esas fiestas.

Su Concejo Municipal fue galardonado en más de una ocasión por haber desarrollado el turismo con mayor fuerza en Venezuela, sus concejales dieron ejemplos de eficiencia y honestidad contribuyendo a la historia, Chico Ramón Quijada, Urbano Rodríguez Martínez, Carlos Lara Cordero y Rafael Bellorín Malaver, entre otros fueron pieza fundamental en la construcción del Hotel Meliá. Nada de comisión, nada de trabas. Puro trabajo al servicio de la comunidad.

Pero comenzaron a llegar alcaldes creyéndose dioses bajados del Olimpo, el alcalde Nelson Moreno, fue el protagonista de ese Tsunami que sucedió en Puerto La Cruz. En su administración acabó con la economía de la ciudad a punta de mandarriazos, se encargó de derribar todos los restaurantes ubicados en las cercanías de la orilla de la playa. Cuentas que en una ocasión se ganaba la vida vendiendo pescados y los dueños de estos negocios dejaron de comprarle. Razón por la cual planificó esa venganza, el día que fuese electo burgomaestre de la ciudad.

La variedad gastronómica del Paseo Colón y sus alrededores era reconocida mundialmente, las colas para entrar al Guatacarazo del desaparecido Jorge Alvarado, hicieron historia en el exterior, por más de una ocasión usted se encontraba con gringos o canadienses preguntando la dirección de ese sitio de diversión. Particularmente me di cuenta de la profundidad del liderazgo de Chávez en sus inicios, en el Paseo Colon, cuando un par de cocineras, al yo entrar a la cocinan del restauran francés, comentaban molestas con los dueños europeos "pronto esto se acabará porque viene un comandante que se preocupara por los pobres"

Hoy, desgraciadamente Nelson Moreno se empeña en volver a la alcaldía, se queja del fracaso de la sobrina de Lina Ron como gerente de la ciudad, ya que Puerto la Cruz está como esas ciudades petroleras en donde la actividad se acabó y solo queda un pueblo fantasma con perros flacos sin fuerza para ladrar, Herminia García Ron, no estuvo a la altura de ese cargo, los hechos así lo demuestran, más era el tiempo que pasaba en la peluquería que el dedicado a resolver problemas. Hay otro aspirante madurista que critica el desastre de la ciudad como si nunca hubiese mandado un seguidor del gobierno nacional.

Parece que Puerto La Cruz no tiene esperanzas, ya que hay una candidata con nombre de reina de belleza, no sé si es Astrid, que confunde la política con el concurso de Miss Venezuela, piensa que a punta de ser bonita y tener maestrías, el pueblo la elegirá automáticamente. Dice ser de oposición pero toda la comunidad sabe que en diciembre para las elecciones a La Asamblea Nacional le armó el padrón electoral al alacrán de José Brito, la justificación de acuerdo a sus seguidores es que eso fue un trabajo que hizo, contratada para reclutar y preparar testigos electorales. Es decir trasladando el ejemplo, Brito puede afirmar que él no es traidor, porque los maduristas lo contrataron para que votara en contra de Guaidó. Por favor, de repente la gente puede decir mentiras, lo absurdo es creérselas ellos y pensar que los demás son gafos.

Esa señora maneja tantos recursos como el gobierno, regala en una casa hasta diez tipos de pastillas. Las visitas son excesivamente generosas. Viaja semanalmente a Caracas a entregar informes de actividad y buscar recursos. Nadie sabe quien le da, pero se comenta que son los propios alacranes. Su comando de campaña a pesar de las excelentes instalaciones es un solo desastre, fíjense que tuvo que traerse un personaje de Barcelona para dirigir las operaciones, un señor expulsado de AD y de Vente que ya vivió sus mejores momentos en la actividad, recordando todas las tardes aquellos bellos días en medio de una nostalgia permanente. Lo fatal para ella, es que no tiene opción de triunfo, pues allí todos están desubicados, comenzando por la concursante de belleza y terminando con el jefe de campaña que nunca he hecho trabajo político ni vivido en Puerto La Cruz.

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