Primero debo decir que felicito al pueblo de Barinas, en especial al opositor, por su demostración de dignidad y apego al juego democrático. Digo el opositor porque a la mayoría de ellos les habían convencido de que no había vía democrática para resolver los conflictos políticos.
Hiendo al grano, si Superlano hubiese sido aceptado como ganador en noviembre, como lo hicimos con el filósofo del Zulia, un espécimen político de la misma calaña en el estado más importante después de la capital, simplemente la oposición hubiese sido la gran perdedora con 4 de 23+1. El carácter simbólico de Barinas para el chavismo hubiese pasado por debajo de la mesa.
Ahora, este hecho de repetir las elecciones se lo podemos endosar a la solicitud del otro Superlano opositor que interpuso un recurso de amparo y fue escuchado y su resolución acatada por los poderes del estado. Queda la duda si este otro Superlano actuó solo o auspiciado por la dirigencia chavista, pero lo cierto es que fue culpa de él.
Pero lo que no podemos negar es que pusimos toda la carne en el asador, nos trajimos a un cuarto bate y ex esposo de la madrina, apuntamos toda la artillería pesada política en Barinas y no logramos levantar cabeza. No dejamos lugar a duda que quien perdió fue el chavismo aún ganando 20 de 23+1.
El uso de la vieja política de los adecos de repartir latas de Zing para comprar votos la adoptamos sin vergüenza en esta campaña y no desperdiciamos tiempo para decirle "idiotas" al pueblo Barines, tratando de comprarlos con luces, adornos, mejorando los servicios y mucha gasolina, como en los tiempos sin sanciones, algo que evidentemente no era sostenible.
Ahora los líderes de la oposición lograron, gracias a nuestra estrategia política, demostrar que el chavismo puede ser derrotado con votos a pesar de la maquinaria. Es decir, el chavismo convenció al pueblo opositor de que votar es bueno. Algo que jamás hubiesen logrado quienes por años dijeron que era imposible y que la única salida eran el golpe de estado y la invasión.
Ahora nos queda celebrar a todos el verdadero retorno a la vía democrática de la oposición y tener que medirnos con ellos de tu a tu, sin los efectos de la torpe y fracasada dirigencia de la oposición. Queda ver si esa misma torpeza les impide ponerse de acuerdo en sintonía con sus bases, aunque seguro estoy que los gringos los unirán.
Para nosotros la lección nos grita que debemos volver a nuestras raíces, a entendernos con las bases, a obedecerlos y gobernar con ellos, a tratarlos como el que sabe y el que puede, así nos cueste algunas derrotas electorales pues una revolución no la construyen las élites, necesita pueblo organizado y conciente para poder resistir bloqueos, acechos y las miserias del imperio.
Nadie dijo que iba a ser fácil. Que nadie se desanime, que los golpes nos enseñen a levantar los pies.