La bulla por la fiesta en el Tepuy, se ensordece porque en Cumaná y tantas partes no llega el agua

Sábado, 12/02/2022 12:26 PM

"Hay muertos que no hacen ruido", como quienes muertos están por lo miserable del salario o es tanta la mortandad que uno termina acostumbrándose a ella. Cuando la miseria cunde en una población o esta vive sometida a un modo de comportarse, pese la rigidez y la falta de respeto a los derechos que en ello haya, la gente termina acostumbrándose a eso y no se plantea otra alternativa. Los pueblos hundidos en la pobreza, falta de servicios como educación y salud, adoptan una actitud conformista, como que "eso así lo determinó el Señor" y esperan que, en la otra vida, sean recompensados por tanto estoicismo, conformidad y buena conducta. Ni siquiera les basta percibir que en el momento antes de la muerte, y después de consumada esta, los pobres reciben el mismo castigo de la desatención y la ignorancia. Hasta el culto al muerto, en las religiones, se hará de conformidad con los recursos por él dejados y los que posean sus dolientes. Hasta los curas, en las misas de muertos, ponen mucho cuidado en establecer las prelaciones. Al esclavismo no lo disolvió o acabó la rebelión de esclavos, sino lo costoso que se volvió el modelo y la necesidad de consumidores para la empresa capitalista que nacía. Es decir, lo disolvió la nueva clase dominante. Haití, la primera República nacida de la esclavitud, por lo menos en América, después y todavía sigue siendo, en buena medida, una nación donde la esclavitud pervive.

Por eso se habla de la necesidad del movimiento permanente de las masas, de la "participación y protagonismo", no importa quien gobierne, para que la gente no se muera antes de tiempo, se entregue y los vivos decidan por ella y les sometan a la pasividad y conformidad, que es la manera de detener el tiempo y los cambios y, en consecuencia, asegurar el sometimiento sin importar la forma que eso adquiera.

Es más que un disparate que, el movimiento popular someta sus partidos, organizaciones de trabajadores al control y dirigencia del gobierno, Estado o intermediarios de estos y hasta los patronos mismos, porque sus objetivos se desviarían en función de estos últimos, sus políticas y hasta su subsistencia. Es una reacción elemental.

A alguien, no sé a ciencia cierta a quién, se le ocurrió montar un bonche muy lujoso y exclusivo en los alrededores de un Tepuy. Se habla que cada participante para estar allí, en aquella fiesta, que pudo ser algo más que eso, debió pagar lo que a mi parecer, maestro de 30 dólares mensuales, unos 2400. Eso significa haber pagado para estar allí lo que a mí me pagan por casi siete años. Por ser poco dado a la especulación y el tremendismo, no creo que esas personas y lo que allí se hizo, haya ocasionado daños materiales significativos, aunque se habla que arrancaron parte de vegetación que no volverá a renacer. No obstante, si me parece pertinente la protesta, dado que eso se pudiera transformar en una costumbre, sentar un precedente, como tomar los alrededores de los tepuyes y la Gran Sabana toda y, no en mucho tiempo, como espacio para fiestas grandiosas, competencias de automóviles que más esto lo que parecen ser actos destinados a destruir sobre todo al espacio y hasta a los carros mismos, pues son "vehículos todo terreno". Hay una extraña competencia, muy extendida, que los gobiernos han ignorado, donde los participantes usan vehículos que se dedican a dañar espacios naturales, como reservorios de aguas y sitios apropiados para la convivencia de la llamada fauna salvaje. Actos hasta más dañinos, ridículos, salvajes y monstruosos que las corridas de toros.

Uno podría pensar que quienes esa "fiesta" organizaron, hicieron eso que llaman en el lenguaje coloquial "un toque técnico", un "vamos a ver qué pasa, pues si nos sale bien, de ahora en adelante le metemos de frente".

Se habla de la presencia en aquello de los tepuyes de personajes que a quien esto escribe sus nombres nada dicen, pero al parecer son muy reconocidos en ciertos espacios. Y por eso mismo, personajes que trabajan en función de la publicidad y sus propios intereses se hicieron eco de aquello, no tanto por la naturaleza sino por el ansia de figurar o atraer la atención. Pues señalar a esos personajes, más habiendo el sensacionalismo de por medio, suma muchos puntos.

Pero por encima de todo eso, es preocupante que ese hecho miserable, pudiera sentar un precedente, como que comience a pensarse y actuar para convertir aquello en espacio destinado a ser destruido para que quienes puedan hacerlo, en él construyan sus clubes vacacionales, viviendas para fines de semana y bonches ocasionales, como desde hace mucho años, tantos que nadie recuerda, los ricos de Caracas, comenzaron a usar el Parque del Ávila o Guaraira Repano - llamado ahora así y qué para descolonizar sin siquiera pellizcar en ese sentido – para construir sus residencias y hasta sus campos de golf. O tomar espacios insulares, dentro de parques nacionales, para hacer allí sus casas de fines de semanas o vacaciones y montar sus largos bonches y hasta bacanales, sin que nadie proteste o diga nada y hasta el gobierno haga todo para facilitarles las cosas.

Es ya muy conocido, como bandas criminales, generalmente dedicadas al negocio de las drogas, se toman para sí espacios casi paradisíacos o por lo menos donde siempre vivió gente humilde en la lucha por la subsistencia, trabajando honestamente como aquel bello rincón llamado San Juan de las Galdonas, en el Estado Sucre y por años, no se formó un alboroto como este de ahora en un Tepuy. O aquel que suelo llamar "panteón natural" llamado "Playa Popuí", también en el Estado Sucre, donde cada cierto tiempo llegan a desovar tortugas.

Y esto vienen haciendo en tantos espacios y, si algún soñador o vigilante advierte y hace la denuncia respectiva, los medios callan, en las redes poco interés se les presta. Y a los denunciantes se les toma como locos o tipos que se ocupan de "puras pendejadas". Eso no sirve para incendiar las redes.

Pero esta vez, la denuncia por la fiesta del tepuy tomó cuerpo y encendió una hoguera porque le hallaron la punta del hilo que conduce a la política de baja ralea y por las figuras que allí estuvieron. Hasta estas mismas estuvieron interesadas que eso se supiera, para eso pagaron.

Según leí por allí, creo que la fiscalía, dada la denuncia, más por el alboroto causado que por ella misma, ordenó averiguar el nivel o importancia de los daños causados. Pareciera una reacción acorde con el alboroto armado y sobre todo por la intención que hay alrededor de todo aquello, lo de un show o espectáculo montado por un vivo y disfrutado por unos premiados por la vida. Es como una reacción no contra el peligro que envuelve aquel gesto contra la naturaleza, la belleza del paisaje y el equilibrio natural y que eso termine volviéndose una costumbre, algo usual y pertinente, sino contra alguien. De donde uno cree que, no es suficiente que la Fiscalía averigüe "si hubo algún daño o no", porque de hecho lo hubo, aunque no hallen destrozos significativos y fácilmente perceptibles, según la cultura policial, pues quienes eso organizaron con fines económicos, dieron pie a generar un comportamiento posterior con los mismos fines y, entonces, quienes allí estuvieron festejando, de una manera u otra, incurrieron en un delito. Debe haber una acción más contundente, para evitar que eso se repita y más que no se vuelva una costumbre, como sentar un precedente contundente.

Y no deja de ser significativo y bueno se halla armado ese alboroto, como que las redes casi revientan, pese uno en el fondo y por lo que sigue, cree que aquella reacción no fue por el ambiente, la naturaleza y la vida misma, sino por las personas que en eso pudieran estar envueltas. Creo hallaron en eso una forma u oportunidad de hacer política contra alguien y no en favor de la vida, los recursos naturales y la belleza del espacio. Como también sólo el interés de los "influencer", propagandistas, de hacer su agosto.

Digo lo anterior porque al mismo tiempo que circuló aquella noticia, lo hizo una relativa a la falta de agua en Cumaná y otros pueblos del Estado Sucre. Dijo la noticia que los cumaneses el 10 de febrero protestaron en abundancia porque "padecen una grave situación con el servicio de agua. La respuesta gubernamental e institucional es nula, tanto el gobierno nacional como estatal, actúan con total indiferencia."

https://www.aporrea.org/actualidad/n371391.html

Pero el asunto no queda allí, pues "La falta del vital líquido se ha notado en los municipios Mejías, Bolívar, Sucre y Montes pero el más afectado ha sido el municipio Cruz Salmerón Acosta, el cual desde la mitad del año pasado está sin agua. En poblaciones como El Rincón, Tagüapire, Manicuare, Araya y Tacarigua, la gente está tomando agua de tanquillas que han tenido que violentar."

Todos esos pueblos, no muy lejos están de unas de las reservas de agua más abundante del continente, la de la montaña de El Turimiquire y, para que de ella llegue agua a los pueblos mencionados, sólo faltan las tuberías, pues el torrente baja por gravedad.

De las razones que vienen dando por años, justamente es el mal estado de las tuberías y no hay autoridad que esa responsabilidad asuma. Vemos como esa sensible noticia y asunto grave, de enorme magnitud, no tuvo ni tiene el repique correspondiente en los medios, tomando en cuenta además que eso mismo sucede en el país todo, pues no llega agua a las casas del oriente, del sur, del centro y occidente, pese la abundancia del líquido.

La gente de Cumaná, mi ciudad natal, que pareciera vivir como muy conforme y tranquila, tanto que allí han venido votando en abundancia en favor del gobierno, tanto en la IV como la V Repúblicas, alguna que otra vez despierta como ahora cuando salió a protestar con furia, pues parece haberse cansado de tanto sacrificio y esperar algo que nunca llega.

Pero los medios, las redes sociales, los periodistas estrellas, los figurones que se nombran con palabras extrañas como "influencer" y otros por el estilo, eso no repican ni promocionan. No es el asunto de "su muy buen gusto", no están en ellas personas que también nombrarlas llama la atención. Y, además, a los ricos eso no les incomoda, pues ellos pueden pagar fácilmente sus cisternas y agua nunca va a faltarles. Y hasta por esto, eso nunca será un problema digno que la prensa, los medios, los zamuros de las redes, tomen en cuenta ni inviertan su tiempo. Y por eso mismo ellos no van a molestar a un gobierno que les desbroza los caminos, no importa que al final se hallen los tepuyes.

A los políticos eso tampoco interesa. A quienes gobiernan mejor si nadie de eso se entera y quienes hoy protestan, ya mañana, por algo, amanecerán tranquilos y con las rodillas en la tierra, no en el agua; a la oposición "interesa" eso no se resuelva, para que la gente más se indisponga contra el gobierno y, hay muchos "revolucionarios", a quienes los problemas reales, cotidianos, nada afectan, poco interés les prestan, pues ellos viven en la luna, soñando con un cambio global, redondo y completo que caerá del cielo o lo traerán unos angelitos barbudos.

Además, la palabra bloqueo es como un "ábrete sésamo", un ungüento "sanalotodo", que no sólo explica sino también sana. Es como un talismán, un calmante, una cuenta en el rosario que calma todo malestar y rabia.

El alboroto por lo del Tepuy, bien fundamentado y por demás justificado y el silencio por los problemas populares, como el agua y los salarios, parecieran hablar de unos de esos acuerdos sordos, taciturnos y de hecho entre quienes dominan para pelear `sin hacerse daño entre ellos.

Por todo eso, uno clama por un estado de cosas donde de verdad funcione lo "participativo y protagónico". ¿ Ese día llegará?

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