"La esperanza no es lo mismo que el optimismo. No es la convicción de que *algo saldrá bien*, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte". Fin de la cita. Václav Havel.
En el Estado venezolano de Anzoátegui, se inició un proceso de construcción, de una nueva realidad de nuestro país, estado, y municipios este año 2022, con sonrisas, con trabajo, y compromisos cumplidos, es lo que se ve en las calles, y en las redes sociales, aún antes de tomar posesión; en esta nueva tarea de gobierno, veo que a los recién electos en sus primeros 100 días de luna de miel, los acompañan ciudadanos de las distintas comunidades, ciudadanos comprometidos, y capaces, que si empiezan a dejar de lado el sectarismo, y el egoísmo, seguro que los ayudarán a tejer el manto del progreso, con el hilo brillante del trabajo honrado, continuo, y perseverante.
Estoy consciente, que el rescate del Estado, y los municipios, no depende de una sola persona, sino del concurso de todas las voluntades, y del trabajo de todos sus habitantes que aspiran a una nueva vida, y a un estado, y municipios más prósperos.
Soy un convencido, aparatando esa falsa politiquería de izquierdas, y derechas, que muchos no saben, ni que es eso, donde el construir una sociedad más justa es posible, para lograr el tan anhelado sueño venezolano, donde el derecho con calidad, a la educación, salud, y trabajo, deben ser garantizados por los distintos niveles de gobierno, y aunque se sabe de antemano que los estados, y municipios, no tienen la capacidad de garantizarlos; pero como autoridades regionales, y municipales, sin excesos, ni violentando el estado de derecho, y usurpando funciones, pueden ser los gestores, ante el gobierno nacional presidido por Nicolás Maduro, para que esos derechos se cumplan. Por eso estoy comprometido, aunque muchos no me paren bolas, por sus necias arrogancias, a ser un gestor incansable, para atraer la inversión pública, nacional, internacional, y privada a nuestro estado, y municipios; en comunicaciones, que me llegan a mi correo de todas partes del mundo pidiéndome información sobre mi estado, y municipios, así como, el apoyar a nuestros empresarios, que siempre le han apostado a el Estado Anzoátegui, y muchos me han manifestado, su intención de comprometerse a invertir en las actividades económicas que muchos de ellos desempeñan.
Hoy tenemos la fortuna de contar con un gobernador, como Luis José Marcano sensible, y comprometido con el pueblo de Anzoátegui, en quien no solo aspiramos a seguir teniendo como un buen gobernador, sino también, como un gran amigo del ciudadano anzoatiguense.
En estos tiempos aciagos, y dramáticos, de hiperinflación, de bajos salarios, empleos precarios, donde hay desilusión, incertidumbre, y poco coraje, siempre a través de mis columnas, muy leídas en el exterior, por ser Venezuela un país rico en recursos naturales, que lo que hay es que transfórmalos en riquezas a través del trabajo creador, siempre elevo unas propuestas de trabajos, y esperanzas, un compromiso de que el pueblo, con educación, y trabajos de calidad, sean con sus esfuerzos puntales del gobierno, para el desarrollo de la patria.
Quiero hacer una inmodesta confesión; durante muchos años he recorrido, al país, haciendo obras de técnicas, y de ingeniería, teniendo roce social con las comunidades, y me he sentido maravillado de la nobleza del ciudadano venezolano que ama a su país, esto siempre me llenaba de coraje, pero hoy al ver el abandono en el que están, sueño con que algún día, volverán a tener la oportunidad de servir a su país, desde un espacio donde el gobierno atraiga la inversión, también sueño con ver, que con estos actos un día el pueblo de esta forma seria gobierno.
Y lo digo de frente, y sin egoísmo alguno nunca me rendiré en mi empeño de ayudar a rescatar a nuestro país, estado, y municipios, lo digo con fuerza, con el puño cerrado, y al lado de mi corazón, ese que está a la izquierda. Porque por primera vez, en el país ojalá el presidente entienda que debe empeñar, su palabra hacia los más desprotegidos, y les cumpla como la palabra sagrada del gallero cuando apuesta, donde sea un presidente que ame a su pueblo, y lo represente con dignidad. Un presidente que lleve tatuado en el corazón el nombre de Venezuela, para que el pueblo tome su ejemplo, no mentir, no robar, y no traicionar al pueblo. Lo digo recio, para que se escuche lejos, para mi seria un honor luchar con el presidente, el gobernador, y los alcaldes, bajo estas condiciones.
Arriba el pueblo, y abajo los privilegios parasitarios. Se los digo mirando sus rostros, con la conciencia tranquila, no podemos fallarles a los venezolanos. Este año 2022, debe venir lo bueno, porque en Anzoátegui el rescate ya comenzó, con el gobernador, y los alcaldes. Cambio, y fuera.