Maracaibo 493

Jueves, 08/09/2022 08:12 AM

¡VERGACION!

Nosotros los Maracuchos somos tan vergatarios que los historiadores y cronistas han armado todo un rebullicio con el cuento del día de nuestra "fundación" a pesar de que, por estas orillas, cuando llegaron los alemanes y españoles, nosotros ya comíamos plátano verde con bocachico relleno y de postre conservitas de coco.

El primero en acercarse por estas riberas el 24 agosto de 1499 fue Alonso de Ojeda. Después nos echó una visitaíta el año 1529 Ambrosio Alfinger. En 1569 el capitán Alonso Pacheco se asomó por aquí y nos llamó Nueva Ciudad Rodrigo; y por no dejar, en 1574 el Capitán Pedro Maldonado la volvió a "fundar" con el nombre de Nueva Zamora. Aun así, se ha tomado como día de la ciudad cada 8 de septiembre recordando el "descubrimiento" que hiciera el alemán Alfinjer.

Otros alemanes que se acercaron por aquí a finales del siglo XIX eran los que tenían el control mayoritario del comercio importador y exportador de la capital zuliana. Las firmas alemanas más poderosas eran Blohm & Co, instalada en esta ciudad en 1854 y Minlos, Breuer & Co, fundada en 1860. El 16 de enero de 1876, un empleado de la casa Blohm funda una pequeña casa comercial con el nombre de Christern & Co. Este alemán se llamaba Carl Wilhelm Friedrich Christern.

Y lo de ¡Vergacion! Es porque estamos cumpliendo esa cantidad de años como ciudad, y porque esa expresión nos la copiamos de los otros alemanes que también se aparecieron por nuestra Bahía, pero a finales del siglo XIX. Cuando estos alemanes vieron el verguero de Maracuchos en la Plaza Baralt, exclamaron: ¡Verwunderung! Que traducido a nuestro idioma significaba ¡Vergación!

ALFINGER EN LA BAHÍA

Vos sabéis que. Las crónicas, de las que nos habló en su "Historia de las Indias", Fray Bartolomé de las Casas, datan del 24 agosto de 1499.

Ese día Alonso de Ojeda, recorre las costas venezolanas y cruza frente a la barra de Maracaibo. Dicen que Ojeda al ver estas aguas, se vino bordeando por sus orillas occidentales, y llegó a estos lares, dándole el primer nombre de San Bartolomé, en honor al Santo, cuyo onomástico se celebra cada 24 de agosto.

Nuestro Lago de Maracaibo, es el único del planeta relacionado con el mar; pero su fuente principal es el agua dulce, proveniente de los ríos que bajan de la Sierra de Perijá y la Cordillera Andina. No conforme con toda esta belleza, en dirección suroeste, sus marinos y pobladores, se deleitan con su Relámpago del Catatumbo.

El nombre actual de ese gran espejo de agua, se lo debemos a nuestros indígenas, porque el alemán Ambrosio Alfinjer, en septiembre de 1529, lo rebautizó, al averiguar cómo los indígenas al poblado donde habitaban, le decían ¡Maracaibo! ¡Maracaibo! En esa misma fecha fundó la ciudad que le daría nombre al lago. Pa’ que vos sepáis.

AYUNTAMIENTO PROVINCIAL

Vos sabéis que. El sitio donde hoy se encuentra la Alcaldía de Maracaibo, quedaba la casa de doña María Mancebo Zuloaga, y que con el tiempo se transformó en la Residencia Oficial de los gobernadores de la provincia, incluso, le llegaron a decir: Casa de Miyares, gracias al gobernador de la época.

En esa esquina también funcionó el Ayuntamiento Provincial, mejor conocido como la Casa Consistorial. Allí el 28 de enero de 1821 Francisco Delgado, junto a Bernardo Echeverría, Manuel Benítez, Bruno Ortega, José González de Acuña, entre otros, llevaron a cabo el pronunciamiento de los marabinos a favor de la causa de la independencia.

En este mismo espacio, en los tiempos de Venancio Pulgar, fue utilizada como sede de los tribunales de justicia del estado. Finalmente, el 21 de julio de 1928 se inauguró el Palacio Municipal de Maracaibo, construido bajo el gobierno de Vicencio Pérez Soto.

Debemos recordar que la actual sede del Palacio Municipal, tal como está hoy, fue construida en el año 1959. Hoy la alcaldía de Maracaibo tiene el reto de rescatar el patrimonio histórico de la Maracaibo de ayer. Pa’ que vos sepáis.

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