Dijo una vez Platón que, "El precio de desentenderse de la política, es el ser gobernados por los peores hombres". Cuanta razón tenía este buen hombre adelantado a su tiempo y espacio.
Resulta que Cabimas es un pueblo formado por nuestros antepasados aborígenes, luego fue ocupado por campesinos y por último, término conformado por un pueblo trabajador en distintas áreas que es calificado como proletariado.
Desde sus inicios se género la costumbre de "delegar" la jefatura de gobierno a quien más respaldo tuviera en alguno de los grupos hegemónicos alternando de esta manera la planificación, ejecución y control del presupuesto público.
Por ignorancia de muchos se fue creando la idea colectiva de que, "fulanito es buena gente porque roba pero ayuda" y de esta manera caímos en el ciclo histórico que nos mantiene viviendo en calamidad.
En Cabimas venimos de un ciclo histórico caracterizado por procesos electorales donde solo existen dos opciones: "elegir entre dos malos al menos malo".
Llegó la hora de romper con esta dinámica impopular.
Desde noviembre de 2021 llegó al gobierno un señor desconocido por la mayoría y sin respaldo popular solo por las contradicciones de la dirigencia del gobierno municipal pero este resultado fue y es, lo peor que le ha ocurrido a nuestro pueblo porque en lugar de responder a los intereses de la mayoría se dedicó a los intereses particulares del alcalde y sus más cercanos aliados.
Ya en otras notas me referí a la venta ilegal de material estratégico (chatarra) de la que todavía no sabemos de las actuaciones del Ministerio Público, del cobro dolarizado en el Cementerio Municipal y del atentado contra los pequeños comerciantes oficializado con SATRICA.
El alcalde Nabil está creando dos escenarios; por un lado el incremento de la recaudación mediante el cobro ilegal de doble tributación como lo hace desde la Fundación Centro Cívico, donde los comerciantes pagan un contrato de arrendamiento y a la vez son obligados por SATRICA a pagar impuestos municipales y no se cómo calificar a los comerciantes del mercado de buhoneros, quienes afectados por la situación económica de los últimos años, terminaron en quiebra y el gobierno municipal les dio la "estocada final" con la expropiación de los locales.
El asunto es muy complejo pero las formas se contrastan con el fondo, ellos llegaron al gobierno con hambre de poder acumulada por más de 12 años fuera del gobierno municipal y olvidaron ponerse al día con los fundamentos jurídicos que rigen la estructura local, por eso las novatadas que pretenden atenuar con "problemas de salud" para victimizar al agresor y estar preparado para solicitar una medida humanitaria si es procesado por algún tribunal, eso es lo que decíamos en la escuela: "un viejo truco".
Tengo familiares y amigos que, cuando nosotros teníamos el gobierno municipal nos criticaron severamente, con razón y sin razón muchas veces, por respeto y para preservar los afectos siempre trate de aclarar las dudas sin ofender a nadie pero lo que no puedo tolerar es la intolerancia de algunos personajes del gobierno municipal que, por orden o de forma mecánica, defienden al gobierno municipal culpando al pasado por la negligencia de ellos y peor aún, que amenacen a quienes no piensan igual que ellos.
Si son tan arrechos, ¿Porque no vienen por mi? ¡Ha! Ya sé, ellos saben que "las tengo cuadradas" y como quieran quiero. De todas maneras ellos saben dónde pueden encontrarme.
Cabimas merece TODO lo que le ha dado al país multiplicado en prosperidad y calidad de vida, nunca vamos a alcanzar este objetivo con gobiernos irresponsables que cambian de plan por una cuestión emocional del gobernante de turno, Cabimas necesita un gobierno de sus propias entrañas, que surja al calor de las luchas y calamidad vivida por todos, que conozca y forme parte de nuestra historia, que pueda pensar, hablar y actuar en colectivo dando cada paso rumbo a la construcción de la ciudad que queremos con la ciudad que tenemos.
Más nada.