Maracaibo, destruida pero con récord Guinness

Lunes, 14/11/2022 01:47 PM

Cualquiera que haga un recorrido, así sea breve, por la ciudad de Maracaibo, notará que está en muy mal estado. De hecho, Maracaibo es una ciudad llena de carencias de todo tipo. A pesar de que algunas calles de la ciudad han sido asfaltadas (en ocasiones de forma incompleta, pero aun así inauguradas), en general el estado de las carreteras es parecido a un colador. También la iluminación está en muy mal estado, y ya a las seis y media a siete de la noche Maracaibo queda en penumbras. La situación de la recolección de basura ha tenido, también, una ligera mejoría, pero, es innegable que los maracaiberos seguimos viviendo entre desperdicios, montañas de desperdicios. A eso se le suma el muy agrio problema de la inseguridad rampante, las fallas de gas en algunos sectores, el desorden y la anarquía de parte de los buhoneros del casco central y el siempre incómodo sino del problema eléctrico.

Sin necesidad de ser planificadores, ingenieros o arquitectos, se nota que Maracaibo ha crecido de la mano de la anarquía y la falta de cumplimiento de la ley y las ordenanzas. Las zonas comerciales cada vez se tragan más zonas residenciales, las invaden, las entorpecen y afean. La constante es el crecimiento hacia la zona norte de forma desordenada y en construcciones homogéneas (tipo villas cerradas). El servicio de agua potable es, sin duda, el mayor problema al que nos enfrentamos hoy en día los residentes de la ciudad (los camiones cisternas, sin control de ningún tipo, pasan por las calles y avenidas tocando corneta para aprovecharse de la necesidad de los ciudadanos y, además de que contaminan con su ruido, roban con los precios del agua).

Resulta obvio pues, que hay muchísimo trabajo por hacer en Maracaibo y, en general, en el estado Zulia por parte de los tres niveles de gobierno. Teniendo como marco la pluralidad de calamidades mencionadas, a las autoridades regional y municipal, lo mejor que se les ocurrió fue gastar ingentes recursos en organizar un evento para romper un récord Guinness. Es así como el 8 del mes que cursa se pone en escena un acto musical en el que participaron más de 400 gaiteros y se logra establecer el récord Guinness a la mayor banda de música folclórica venezolana.

Estoy seguro, como maracaibero que soy, que todos estaríamos orgullosos y contentos si vemos mejorar y renacer a Maracaibo; si vemos que se convierte en una ciudad digna de admiración, con sus calles bien asfaltadas, con luminarias que funcionen, sin fallas en los servicios públicos tan agudas, si tuviéramos agua, si no viviéramos siempre con miedo al hampa, y un muy largo etcétera.

Ahora bien, esto no es lo único que hay que destacar de lo acontecido con el dichoso récord, no, sino que es importante hacer notar que la oposición en el Zulia siempre ha tenido como estrategia el "realzar" la "zulianidad" para concretar apoyo político y distraer a los zulianos de las desdichas enormes que sufrimos. Eso fue, realmente, lo que se hizo; y es también lo que se hará con la Feria de la Chinita. Sabiendo bien los políticos opositores que el zuliano dice ser regionalista -aunque pocos son los que han hecho y hacen por el estado y se acostumbran a malvivir-, en una especie de jingoísmo que en verdad no abarca sino a la ciudad capital del Zulia, aprovechan esto y le dan lo de siempre al pueblo: pan y circo. Hacen sentir, a través de nuestras costumbres y folclor, que ellos sí quieren al Zulia y, en especial, a Maracaibo y mucha gente se lo cree.

Como maracaibero amo a mi ciudad, a mi estado, a nuestra gaita y a nuestras tradiciones; es eso lo que hace que me duela ver lo que están haciendo los políticos, aprovecharse del amor por lo propio para distraer y para, de esa forma, conseguir que muchos vivan de espalda a la realidad y acepten vivir con la mierda al cuello.

No me cansaré jamás de defender la verdadera esencia del maracaibero, que no es, por cierto, de palabras obscenas ni bebedera de alcohol, y tampoco de incultura e ignorancia. Maracaibo es otra cosa, va más allá de todo eso; su gente es hospitalaria, noble, con gran sentido del humor y con un gran fervor por la Virgen de Chiquinquirá. A mis conciudadanos les falta lectura, estudio, entendimiento, pensamiento crítico, pero creo que eso mismo le falta a todos los venezolanos. No por eso el maracaibero es un individuo que no vale la pena.

Las viejas estrategias politiqueras siguen dando frutos en mi ciudad, la lucha tiene que seguir, porque Maracaibo y los maracaiberos, el Zulia y los zulianos merecemos algo mucho mejor.

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