Tuve la oportunidad de leer el quijote hace algunas décadas. Me pareció una lectura liviana y simpática pero a la vez sorprendente. Considero que imbuirse en estilos como el utilizado por el manco de Lepanto en su famosa obra de caballerías, implica adentrarse en infinidades de axiomas escondidos para la propia vida. Parece que el tiempo no le quita pedazos a los principios elementales en el devenir de la humanidad. Son inamovibles colosos de la experiencia y el talante de cada ser humano para responder a sus vicisitudes diarias.
Cada lección inserta en la crucial obra "Don Quijote de la Mancha", es una enseñanza para todas las generaciones, aunque una de sus características sea el lenguaje burlesco referido a la tradición de las caballerías. Pero el sentido de sus expresiones se identifican "con el alma de su pueblo" (como diría el sabio Miguel de Unamuno).
Cuando alguien mira de reojo y exclama contrariado sobre el carácter quijotesco de la lucha y sueños de alguno, pues no hace más que engrandecer el espíritu y el sentido del objetivo que se quiere lograr. La tenacidad y constancia en la búsqueda por hacer posible nuestros sueños si tiene mucho de las entrelineas del Quijote.
Ahora bien, utilizar al Quijote para ofender y banalizar la iniciativa de otros, utilizando epítetos bufos y de comedia, no desmerecen las acciones de los que se atreven a salir públicamente a exigir respeto a la memoria colectiva e histórica de una población o grupo humano.
Tampoco minimizan la calidad del discurso por lo justo y lo debido. Dice Nicola Boileau" La crítica es fácil, el arte es lo difícil.
Estaría demás decir que, preocuparse y accionar contra los desmanes de los gigantes del poder, no es imaginación ante un molino de viento, por el contrario, es tratar de llevar la utopía de un mundo más humano a lo concreto y real. En este caso, en Cumaná, la defensa del su patrimonio histórico erigido, parece una acción quijotesca, si, puede serlo por su gallardía, honestidad y el ejemplo de la constancia en un propósito noble y aleccionador. pero su resultado más temprano que tarde, será real y virtuoso para la sociedad.
¡ Los perros ladran Sancho, señal que cabalgamos !