Cuento o razón

Por la tierra de Plácido Maneiro

Miércoles, 29/03/2023 11:04 AM

El periodista Juancho Marcano llegó a Pampatar. Tiempos sin pisar este pueblo de la sal, como decían nuestros antepasados. Pero antes de llegar a dicho lugar, el reportero pasó por los poblados de Átamo y Los Cerritos, cuna de muchos amigos en su época de juventud cuando fue estudiante del Liceo Rísquez en La Asunción. En esos sitios recordó que ahí hay sentimientos que forman parte de su vida que se hacen indelebles en la página de la vida y del tiempo.

Pero bueno, la idea no era hablar de dichos lugares, si no llegar a Pampatar a cumplir con unos amigos escritores que lo habían invitado a conversar sobre unas actividades culturales y querían que el periodista diera su opinión en la parte periodística, como efecto así lo hizo, y una vez terminado, agarró rumbo a su pueblo La Tacarigua de Margarita.

Estando cerca ya de su casa, escuchó los ladridos de Pipo, que siempre lo espera cuando Juancho sale fuera del hogar y hasta se angustia, pues le parece que el reportero no ve muy bien y eso le preocupa. Pero una vez que el perro lo recibió y estacionó el carro, la pregunta del can no podía faltar: ¿Juancho cómo te fue y dónde estabas?

- Pipo, me fue bien, y estaba en unos de los pueblos más hermoso y heroico de esta Margarita combativa. Estaba en Pampatar, cuna de grandes hombres como Jóvito Villalba, el mayor tribuno que ha tenido Venezuela, y de Manuel Plácido Maneiro, que jugó uno de los papeles más importantes en la declaración de la independencia de Margarita.

- ¿Y eso por qué Juancho?

- Porque este patriota, que fue comerciante, se encontraba en Caracas cuando el movimiento independista del 19 de abril de 1810, y de inmediato se vino a Margarita con tal información y reunió a los patriotas que estaban en contra del dominio español y les dio la noticia y de ahí se organizaron, y surgió aquel movimiento que produce el 4 de mayo de 1810, que declara la independencia de Margarita, siendo una de las primeras provincias que realizaba ese gesto, de ahí nuestra tierra siguió el ejemplo que Caracas dio y se ganó una estrella en nuestra bandera.

Pipo, escuchó callado, dio muestras que entendió lo que dijo Juancho y dejó a éste que pasara a la vivienda para que almorzara y descansara.

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