Matria tovareña (37)

Consuelo Mantilla de Rangel: “La muchacha de Artigas”

Viernes, 09/06/2023 06:32 AM

Dedicado a la familia Rangel Mantilla

"Esta historia de amor, sesgadamente escrita por uno de sus protagonistas, es un relato que se origina en la vida política venezolana de comienzos del siglo XX…"

María Gabriela Rangel, Apostilla para una historia de amor(1)

Detrás de cada hombre rebelde hay una mujer que revolucionó su corazón, su cable a tierra y pasión existencial. No se concibe la vida de un pasionario como Domingo Alberto Rangel sin una mujer como punto de apoyo y compañera en las vicisitudes de vida: la Matrona de Domingo fue Consuelo Mantilla(2), quien lo acompañó durante 65 años, desde los 24 hasta los 89; en los días aciagos y en los momentos de grandeza. Según la acertada expresión de Enna Estéves, su alumna y luego asistente en la cátedra de Historia Económica I y II en la UCV, Consuelo fue: "…para Domingo el reflejo complementario de su vida. La otra cara de la moneda, es la mujer que contrasta con la ideología, la política y el carácter de su esposo, pero que llena el vacío que una vez dejó la ternura de su madre y su abuela"(3) En los instantes más incómodos de su existencia Consuelo Mantilla fue su verdadero y único consuelo.

"…tenía el rostro ovalado, con serenos ojos negros, tez de nácar y un bosque de cabellera que bajaba en ondas por el declive tiernísimo de la espalda. El cuello era una columna griega que hubiese cobrado vida en la vibración de las emociones"(4), quien lea de manera descontextualizada esta frase podría pensar que Domingo Alberto Rangel hace referencia a una de las diez musas griegas y no a "la muchacha de Artigas"(5), que cautivo su corazón desde el mismo momento que la vio por primera vez en la casa de su compañero de estudios en la UCV y del partido Acción Democrática Wenceslao Mantilla. Aunque antes, una vecina su prima Oti Osuna de Avenante al reencontrarse con Domingo Alberto se la describió como una niña linda que: "…cuando la veas te vas a volver loco por ella. Y te voy a hacer una profecía, …tratarás de enamorarla y te casaras con ella"(6) Corrían los últimos días de septiembre de 1945.

Aunque las palabras de su prima Oti resuenan en su mente, los compromisos en la Universidad, en el periódico y del partido le impiden volver a Artigas(7). El 12 de octubre va de prisa, un mitin lo esperaba en la plaza de La Merced como uno de sus oradores principales, por causalidad al pasar frente a la casa de la muchacha de Artigas como ya Domingo Alberto llamaba a Consuelo. La encuentra conversando con Oti en el jardín de la casa, quien de inmediato le dice primo: "…aquí tiene usted el tesorito del que te he hablado…", en ese momento las dos miradas se encuentran y el silencio "…como la abeja, empieza a tejer mieles de asombro que serán el preámbulo de amor"(8), el mismo Domingo Alberto reconoce lo que fue amor a primera vista "…más que tesorito, es la maravilla que hasta ahora no han visto mis ojos"(9), así nació un amor que duró 66 años y 345 días, que bien pudo superar dos prisiones (1950 a 1954 y 1963 a 1967) y tres exilios (Colombia: 1948 a 1950, Bolivia: 1954 a 1958 e Italia: 1967) hasta que la muerte de Domingo los separó el 22 de septiembre del 2012. Pero esa mujer llamada Consuelo siempre estuvo a y de su lado, compartiendo "…el amor, las ilusiones, angustias, sinsabores y disfrute de la vida"(10)

Sobrevenida la "revolución de octubre", el 18 Domingo estaba disfrutando de la siesta del mediodía cuando la dueña de la casa de pensión donde vivía, la señora Olivares golpea su puerta de habitación para decirle "-bachiller, se alzó un cuartel", de inmediato saltó de la cama se colocó sus zapatos y se dirigió a la Casa Nacional de AD que estaba a media cuadra del Palacio Presidencial -de Salvador de León a Socarrás-. La casa estaba sola, al rato recibe la orden por teléfono de irse a la Universidad a orientar a los compañeros para no tomar ninguna acción hasta saber cuál es el motivo del alzamiento. A las puertas de la Universidad se topa con Carlos Andrés Pérez quien le manifiesta que Rómulo Betancourt lo está buscando y le da la dirección donde localizarlo en San Agustín del Norte en casa de Alejandro Ávila Chacín. Al llegar Rómulo le manifiesta que debe cumplir con la importante tarea de asumir la conducción de la estación clandestina de radio que tienen en Miraflores los militares. Le orienta que entre por la esquina de Bolero y debe hablar de la actualidad de nuestra intención de implantar el voto directo para elegir las autoridades. Eran las cuatro, en lo que resta de tarde noche y hasta el otro día Domingo se convierte en un "agitador del micrófono" con proclamas insurreccionales y un llamado a la organización popular para que salga a la calle.

Lo que menos se imaginaba Domingo es que del otro lado del receptor alguien había reconocido la "voz del primo de Oti" y seguía su larga perorata con suma atención y "En el corazón de Consuelo Mantilla sin que ella se diera cuenta se encendía una luz. Y apareció un deseo, que este movimiento triunfe, le dijeron al unísono los latidos de las sienes y las vibraciones de su pecho"(11). Igual le pasaba a Domingo que en los breves descansos no dejaba de pensar en la muchacha de Artigas. El recuerdo era mutuo y mientras la revolución triunfaba nacía el amor.

Domingo siguiendo el consejo de Valmore Rodríguez se convertiría en el reportero y columnista de "El documento humano" en el Diario El País, que lo haría famoso. No volvió más a la Universidad a pesar que cursaba el sexto y último año de Derecho. No le gustaba la carrera que había escogido para complacer a su padre. Su entrega al periodismo fue total. Al punto que su prima Oti le reclamó una noche por teléfono ¿Por qué no había ido más?, días después sin previo aviso se apareció de noche en la casa de Oti y allí estaba Consuelo, les contó de todo lo acontecido en esos días y al despedirse se comprometió a venir con mayor frecuencia, estaba enamorado. Sus visitas se hicieron diarias y en una de esas noches Consuelo que estaba en el jardín lo invito a pasar a la sala de su casa "Allí se sentaron en el sofá. Las confidencias abrieron, …el camino a la relación amorosa" después que Domingo le confesó que esa noche del 18 de octubre temió morir y no poder verla más. Igual ella le revelaría su emoción al reconocer su voz en la radio. La mamá que vigilaba intuyó que ya eran novios y lo interrogó sobre su origen e intenciones. Por su sinceridad se ganó el derecho a las visitas diarias, a asistir a los bailes de las amigas de Consuelo y al cine.

Vino el año 46 de compromiso y reto político, la Junta Revolucionaria de Gobierno mediante el decreto N° 52 del 17 de noviembre de 1945 había creado la comisión preparatoria para convocar una Asamblea Nacional Constituyente y Domingo Alberto Rangel fue propuesto entre los diputados por el Estado Mérida, resultando electo. La Asamblea se instalaría el 17 de diciembre de 1946 con ciento cincuenta diputados presentes y diez ausentes. Domingo pasó gran parte del año haciendo campaña en Mérida donde aprovecho para graduarse de abogado.

En 1947 se convierte en una celebridad nacional desde la Constituyente cuyas sesiones eran transmitidas por radio y oídas en todo el país. En uno de los debates sobre las relaciones del Estado con la Iglesia su intervención duró siete horas. Consuelo por su parte, deja de ir a la escuela abandonando su condición de maestra por motivos que los oponentes de Domingo la insultan en la calle. Un buen día a mediados de año invitan a Doña Otilia Mantilla a cenar en un restaurant del centro de Caracas, apenas iniciada la comida y tras unos pasos de baile Domingo en arenga similar a las de la Constituyente le pide en matrimonio la mano de su hija porque "ya el amor entre ellos ha madurado y debe culminar en el matrimonio para que sus dos vidas sean como un solo río"(12), el compromiso es aprobado por los otros hermanos de Consuelo a sugerencia de la suegra, el 19 de diciembre de 1947 se casan por lo civil(13)

La boda eclesiástica fue en la iglesia de San José el 20 de diciembre, en la misma parroquia ofrecieron la recepción, "Consuelo lucia radiante de felicidad y belleza. Su cara ovalada, sus ojos de azabache, su garganta de alabastro y su cuerpo de guitarra andaluza…"(14), entre los invitados estaban el presidente Rómulo Gallegos, que se disculpó con los novios por no poder asistir, Rómulo Betancourt y Andrés Eloy Blanco quien se convirtió en el centro de la atención y la fiesta en amena tertulia con Domingo Alberto de interlocutor; así el poeta contó de su vida, de las anécdotas en Madrid cuando ganó el premio con su Canto a España, de sus desavenencias con Gómez y su confinamiento en Timotes. Ya de madrugada los novios se fueron hasta la casa de Artigas a cambiar sus atuendos para irse de luna de Miel al Hotel Miramar de Macuto. Con la aurora le diría Domingo a Consuelo al oído "Cuando anochecía ayer… eras la señorita Mantilla, ahora ya amaneciendo eres la señora Mantilla. Espero que lo seas hasta que ambos desaparezcamos. Y un beso de felicidad fue el prólogo de los ojos cerrados para el sueño que amortajó un amor… imperecedero"(15) y así fue, un amor por y para toda la vida. Luego se vendrían a Mérida a radicarse en la casona de los Bourgoin con más de un siglo de historias. Tovar también los esperaba para el reencuentro con el padre de Domingo, el Dr. José Ramón Rangel quien siempre trató a Consuelo como la doña de su hijo.

Del matrimonio de Domingo y Consuelo nacieron: Domingo Alberto el 29/10/1948, Beatriz Eugenia el 11/11/1949, Ramón Enrique en La Paz, Bolivia el 18/11/1955, Luisa Leticia el 8/11/1959, María Gabriela el 13/10/1963 y María Consuelo el 8/11/1970, -como cosa curiosa nacieron entre octubre y noviembre-, todos profesionales y orgullo de sus padres.

La vida de Domingo fue azarosa e incesante, la de Consuelo del hogar a la espera de su esposo, temerosa por los riesgos que asumía con sus posiciones políticas y opiniones en los periódicos, pero siempre allí a su lado acompañándolo en sus exilios y visitándolo en las cárceles.

De Mérida regresaría embarazada a principio de 1948, Domingo tenía que incorporarse a los debates del Congreso y con su hijo Dominguito recién nacido lo acompañaría en el primer exilio, tras el golpe del 24 de noviembre contra el presidente Rómulo Gallegos. No fue fácil, Domingo por su fogosidad en los debates se había ganado muchos enemigos por eso tuvo que refugiarse en casa de amigos y luego en la embajada de Colombia que le daría asilo. Vino el segundo embarazo y Consuelo regresaría a Caracas a mediados del 49 con su mamá. Después Domingo decide represar de manera clandestina al país, es delatado en Seboruco y cae preso por cuatro años que serían un calvario, sin siquiera poder ver nacer a su primera hija Beatriz. En la cárcel Modelo situada en Catia le es fácil a Consuelo visitarlo, pero es trasladado el 20 de diciembre de 1952 a San Juan de los Morros donde el viaje duraba todo el día en autobús y muchas veces al llegar casi nunca había visita. Le tocaba dejar provisiones, los periódicos de Caracas eran censurados, más no las revistas francesas y norteamericanas que Domingo le pedía y por eso consideraba a la dictadura de estúpida. Su hermano mayor Wenceslao acompañaba al esposo en la cárcel. Domingo fue extrañado del país con destino a Europa el 28 de diciembre de 1953, por la primacía de subteniente ganada por su hermano Luis Enrique que el dictador se vio obligado a cumplir. Consuelo al verlo en el aeropuerto le pidió que la esperara en Curazao y a los días se reencontraban en una segunda luna de miel. Continuarían el viaje a Costa Rica y finalmente a Bolivia por vía marítima pasando por Panamá y Arica, Chile. En La Paz, Bolivia nacería su tercer hijo Ramón.

Tras el derrocamiento del dictador Pérez Jiménez regresan al país, Domingo es electo nuevamente diputado. Nace su cuarta hija Luisa. Su relación con AD se viene abajo, hay un distanciamiento con los hermanos de Consuelo. Domingo con sus compañeros funda el MIR, su esposa asume una posición neutral, en lo moral estaba con sus hermanos y en lo sentimental con el esposo amado. Viene lo predecible, de nuevo la cárcel entre 1963 a 1967, Betancourt no se iba a quedar con esa afrenta. Había nacido su quinta hija Gabriela. Para Consuelo era un dilema su hermano menor Manuel Mantilla era el Ministro del Interior y luego secretario de la Presidencia de la República y su marido preso en el Cuartel San Carlos.

Finalmente, en 1967 es expulsado con destino a Italia y nuevamente Consuelo lo acompaña. En Italia los espera su hermano Luis Enrique, quien estaba en el curso de Estado Mayor y su esposa Dora López para llevarlos a la casa en Santa Marinella. Al regresar su hermano a Caracas, Domingo se muda a una pensión en Roma y recorre toda la península italiana, los museos, sitios turísticos y van al Vaticano. Hasta que requerido en el país regresa. De nuevo quieren hacerlo diputado lo cual rechaza y se declara abstencionista.

A partir de 1969 se dedica a la docencia universitaria en la UCV y a su mayor pasión el periodismo. Venezuela perdió un político probo, pero ganó un escritor aguerrido. Nace su sexta y última hija Consuelo, fue la que más pudo disfrutar.

Ya, al menos vendrán momentos placenteros con los innumerables libros que escribió y publicó Domingo, en Pro Venezuela, con el casamiento de las hijas y la venida de los nietos. Doña Consuelo sigue siendo una mujer coqueta que cuida su apariencia, para Domingo es la "abuela más linda". Ambos hicieron del amor un acto de fe y cumplieron con estar unidos hasta la muerte a pesar de tantos momentos difíciles. El amor cuando es verdadero todo lo puede y todo lo soporta. Terminaron tan enamorados como él a los 23 y ella a los 18 años. En ese amor ayudo mucho la visita que le hiciera un día su suegro, quien decide comprar para ella y sus hijos la casa donde vivían alquilados en la Florida, no sin antes decirle: "Mi hijo no va a tener bienes de fortuna jamás", poco le importa lo material. Consuelo lo sabía, Domingo era un soñador, un verdadero y autentico revolucionario, vertical en su pensamiento y acción, que no aceptaba contradicciones.

Bien lo dice su hija Gabriela: "Las historias de amor, por lo tanto, son memorablemente previsibles e imprescindibles en sus ecos novelescos, evocadoras e irreales en su extrema realidad, ellas nacen de la efervescencia y del deseo y, en su desorden discursivo se alimentan del acontecimiento ínfimo, de aquellas repercusiones que ejercen una importancia veleidosa pero, al fin y al cabo real, en nuestras vidas"

El amor de Domingo Alberto quedó inmortalizado en su libro "Una mujer llamada Consuelo" escrito en ausencia cuando ella visitaba en el 2000 a su hija en Bolivia. Es el lado humano de Domingo que no está presente en ninguna otra de sus otras obras. Su profundo amor por la compañera de luchas lo hace ser un poeta cuando la describe y deja aflorar los sentimientos guardados por tantos años de combatiente. Ambos fueron un complemento del uno para el otro y militantes del amor que se da sin tregua ni pedir nada a cambio. Sirvan estas líneas para rendir homenaje a Consuelo Mantilla, la muchacha de Artigas, la bienhechora de Domingo, que fue y seguirá siendo la gran mujer detrás de un hombre excepcional llamado Domingo Alberto Rangel.

Néstor Abad Sánchez

La Abadía, junio 9, 2023

nestorabadsanchez@gmail.com

Notas:

  1. Domingo A., Rangel: Una mujer llamada Consuelo. El Centauro Ediciones. Caracas, 2000. p. 4. (A guisa de prólogo de su hija María Gabriela Rangel)

  2. Consuelo Josefina Mantilla Cáceres nació en San Antonio del Táchira el 17 de julio de 1927, sus padres: Manuel Mantilla Maldonado y Otilia Cáceres Lamus. Siendo la tercera de cinco hermanos: Wenceslao, 1924; Manuel, 1925; Zadila y Estrella. Ver: "Venezuela, Registro Civil, 1873-2003", database with images, FamilySearch (ark:/61903/1:1:6ZK3-DY12 : Sun Jun 04 14:26:06 UTC 2023), Entry for Domingo Alberto Rangel Bourgoin and José Ramón Rangel.

  3. Enna, Estéves: Domingo Alberto Rangel. Político rebelde y apasionado escritor. Vadell Hermanos Editores, C.A. Talleres Editorial Melvin, C.A. Caracas, 2007. p. 68.

  4. Ídem. Una mujer llamada Consuelo. pp. 13-14.

  5. Ibídem. p. 19. Así llamó a Consuelo Mantilla un bachiller -ya viejo- que la veía frecuentemente esperando el auto bus o regando el jardín de su casa.

  6. Ibídem. p. 32.

  7. La urbanización Artigas ubicada al inicio de la avenida San Martín hasta perderse entre el cerro La Cruz. Muy famosa en la década de los 40, allí vivían el presidente Isaías Medina Angarita, y el expresidente Eleazar López Contreras. También tenía su casa la familia Mantilla.

  8. Ídem. p. 37.

  9. Ibídem. pp. 37-38.

  10. Ídem. Domingo Alberto Rangel. p. 63.

  11. Ídem. Una mujer llamada Consuelo. p. 58.

  12. Ibídem. p. 69.

  13. Domingo Alberto y Consuelo Mantilla se casan según acta N° 93 el 19/12/1947, a las 7:00 de la noche, en la casa de habitación del Dr. Pablo García Pérez situada de Crucecito a San Miguel 70-14 de la parroquia San José de Caracas. Los testigos fueron: Alberto Consalvi (que debe ser Simón, por la edad de 21 años y la profesión de periodista), Italo Novellino, Otilia C. de Mantilla y Berta C. de García Pérez.

  14. Ídem. p. 70.

  15. Ibídem. p. 72.

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