Llegué a la Región de Guayana en 1974 a trabajar con la CVG y me mudé a Mérida en 1984. Fui uno de los millones de venezolanos nacidos en esta tierra en las décadas de los años 40 y 50 del siglo pasado, que soñamos y participamos en la creación de la IV República, acompañando a los llamados Padres de la Democracia: Rómulo Betancourt y a Rafael Caldera. Somos los mismos que participamos hasta hace 10 años atrás en la creación de la V República liderada por El Comandante Chávez. No continuamos porque las nuevas generaciones nos apartaron a un lado y ahora les toca a ellos.
Para mí y pienso que para la generación, de los que tienen más de 70 años de edad, nos ha movido el ejercicio de la política como forma de construir la grandeza patria y de llevar el gentilicio de venezolanos a su máxima expresión continental, tal como lo soñó El Libertador. Si nos hemos equivocado ambas veces, no habrá sido malintencionadamente, sino muy posible por inocentadas o por ignorancia. De todos modos "a lo hecho, pecho".
En cada obra soñada, diseñada y plasmada por la gente de nuestra generación le colocábamos el sello de garantía " Norven", para que estuviera clasificada entre las mejores del mundo. O sea, nosotros siempre soñamos en grande:
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Ciudad Guayana, la CIUDAD INDUSTRIAL MEJOR PLANIFICADA DEL MUNDO
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La Represa de Gurí. La 2ª. Represa más generadora de electricidad del mundo.
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El Metro de Caracas, El Mejor y más moderno Metro del Mundo.
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SIDOR, FERROMINERA, ALCASA. VENALUM, BAUXIBEN, empresas primeras en el mundo.
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NUESTRAS MUJERES: Las más bellas del mundo, etc. etc.
Quisimos Y SEGUIMOS QUERIENDO, ser los primeros en El Mundo en acabar con la pobreza extrema, en vivir en una Democracia Participativa y Protagónica, en Tener la Máxima Estabilidad Política, en tener el Primer Estado Comunal del Mundo LIDERADO por un Poder Popular Organizado. Luchamos por obtener la máxima felicidad posible y El Mayor Bienestar para todos. Estamos trabajando por Salvar al Planeta y a la Especie Humana en Peligro de Extinción. Todo eso está en nuestros sueños. Queremos construir una línea férrea que una a toda las tres Américas y terminar con la explotación del hombre por el hombre y construir El Cielo aquí en La Tierra. Todo eso lo queremos y soñamos los que nacimos en el siglo XX y continuamos vivos en este siglo XXI.
Bueno sucede que queriendo cerrar ciclos en mi vida, la cual está prácticamente agotada; con la ayuda de mis hijos hice un recorrido por las regiones del país en las cuales he trabajado y por el oriente llegué hasta Tucupita, pasando por Ciudad Guayana. Por esos lares estuve casi un mes y desde el domingo pasado he regresado a Mérida nuevamente. donde he estado viviendo durante los últimos 39 años. De verdad vengo impactado, sobre todo de lo visto, observado y vivido en Ciudad Guayana, específicamente en Puerto Ordaz.
Hace 40 años la imagen de Puerto Ordaz era un artículo de exportación. Nos llenábamos la boca diciendo que Ciudad Guayana era la única y la mejor Ciudad planificada del planeta tierra, quien nos la quería comparar con Brasilia, le discutíamos que la nuestra estaba mejor planificada por esto y por lo otro. Hoy todo eso ha cambiado y el caos, la destrucción, la desidia y el abandono reina en esa ciudad, otrora, la mejor planificada, moderna y limpia de Venezuela. Sobre todo, me impactó la actitud de la población que todavía no se ha ido, la cual es de desgano e inacción ante el evidente deterioro que a simple vista se observa: Basura por todas, escombros, deterioro vial, abandono, aguas negras, fachada de las viviendas, galpones saqueados, servicios públicos que no llegan, relaciones vecinales y vida cultural inexistentes; todo lo bueno que habíamos logrado construir y constituir, eso ya no tiene importancia para los pocos habitantes que van quedando.
Si no se hace nada, Ciudad Guayana va en camino de ser igual a las ciudades fantasmas norteamericanas, como Detroit, que antes eran emporios industriales famosas por la producción de vehículos automotores y hoy lucen abandonadas y sirviendo de refugio a indigentes y malhechores que la sociedad ha desechado.
No voy a cometer la estupidez de echarle toda la culpa de las anomalías observadas a Maduro como lo hacen los voceros de la oposición o que todo eso es producto de las sanciones económicas que nos aplican los gringos. Yo me inclino a pensar que por ser esta región del país una zona minera, su población la percibió como un campamento de paso y no para arraigarse en ella, o sea que estaban allí de paso, pues la gran mayoría venia de todas las regiones del país. El solo ver las fachadas de las viviendas deprime a cualquiera.
Si las Empresas Básicas no se recuperan y los habitantes de Ciudad Guayana no se asimilan como fundadores y creadores del futuro de la Venezuela posible, Ciudad Guayana estará destinada a ser una ciudad fantasma que olerá mal. Ojalá que esto no pase y dentro de poco cambiemos la percepción recibida.