Más que engorroso resulta sospechoso lo que sucede hoy en el Zulia. Lo que ocurre parece ser una mecha prendida que podría estar por estallar un conflicto laboral (que por la proximidad de las elecciones) la oposición podría capitalizar (si ya no están operando y/o auspiciando). El atajaperro de diciembre en la alcaldía de Maracaibo parece solo la punta de un iceberg que nos podría hacer zozobrar electoralmente.
Lucha de intereses que ha acarreado la renuncia y destitución, en tiempo récord, de directores del MPPST; y dimensiona solo una parte del enorme polvorín que se encuentra por estallar. La discusión de los contratos colectivos parece ser el muy jugoso bistec que unos y otros se estarían soplando. Se habla de verdaderas mafias las involucradas. Apoyadas incluso desde el propio pináculo del PSUV-Zulia.
Sindicatos que luego de haber cumplido con todos y cada uno de los requisitos que por ley son exigidos no se les entrega, se les retarda, o se le desaparece toda la documentación, para no legalizar sus Juntas Directivas. Solo para favorecer a otros mucho más proclives con algunas candidaturas que desde las sombras vienen conspirando. Y tienen en la mira la (muy suculenta) Alcaldía de Maracaibo.