Matria tovareña (46)

Corandes 50 años de éxitos solidarios Historia de una ilusión que vence las sombras

Lunes, 01/04/2024 06:21 AM

"La cooperativa no se hizo para lucrarse, sino para prestar servicio a través del préstamo"

Máxima de Don Antonio Quiñonez, asociado N° 40.

A cincuenta años de logros inmejorables, demostrando que el cooperativismo es una herramienta que permite a las comunidades y grupos humanos participar en el logro del bien común, entendido este como el bienestar de todos, sin ningún distingo que han hecho de Corandes: una empresa tan grande como su nombre.

Fue un día como hoy, cuando un grupo de hombres progresistas se reunieron en el Club Mocotíes para constituir la Asociación Cooperativa de Servicios Múltiples de la Región de los Andes, bajo las siglas CORANDES R.L., propósito que fue posible gracias a la sinergia de dos cooperativas de ahorro y crédito que existían en Tovar desde finales de la década de los sesenta y principios de los setenta que fueron el germen del cooperativismo en la zona: La Cooperativa Bachiller Pedro José Briceño, fundada el 15 de junio de 1969 y registrada ante Sunacoop del Ministerio de Fomento bajo el número ACAC-96, que funcionaba en el sector El Llano y la Cooperativa Monseñor Moreno, fundada el 28 de marzo de 1971 con el número ACAC-150, que funcionaba en el Barrio Wilfrido Omaña del sector Sabaneta. Posteriormente en 1977 se aprobó de hecho modificar los Estatutos para dar paso a la Asociación Cooperativa Mixta de la Región de los Andes CORANDES y finalmente el 03 de octubre de 1987, por decisión de la Asamblea General de Asociados se vinculó su acción a los municipios aledaños y se registró ante SUNACOOP bajo el número ACM-110 como Asociación Cooperativa Mixta de la Región de los Andes CORANDES R.L. nombre y registro que actualmente conserva con orgullo al arribar a su quincuagésimo aniversario. El Acta Constitutiva de CORANDES fue redactada por el Abg. Augusto Alí Vivas y presentada en el Registro Subalterno del Municipio Tovar, por César E. Jaimes y Pablo Guillén el 23 de abril de 1974 y autenticada bajo el N° 238, páginas 26 a la 33 del libro correspondiente de 1974.

La impronta brotó en la bodega Mi Refugio de Don Lorenzo Arellano en el sector El Llano -gratamente recordada por la chicha, refresco de Cebada y ser de las pocas que vendía al fiao-, allí se reunieron los vecinos: Alí Puentes, Antonio Quiñonez, Wenceslao Méndez, Basilio Rojas, Carlos Molina y Socorro Prieto con el señor Heriberto Antonio "Quico" Molina, quien desde Calderas, Barinas trajo la consigna de "Unidos todos por el bien común" que avalada desde el pulpito por sacerdotes progresistas como el Pbro. Ricardo Silguero encontró audiencia entre la gente más necesitada, que empezó a ahorrar semanalmente desde una locha o un mediecito para arriba (un octavo y cuarto de bolívar), así inicio el Ahorro y Crédito con 12,50 Bs. El equivalente a 3.5 dólares de la época... corría el año de 1964 y la gente se reunía después de la misa para hacer las colectas, educar -muchos socios no sabían leer ni escribir, acaso medio sacar cuentas- y tomar las decisiones de otorgar préstamos. Relataba Don Lorenzo Arellano que: "daban prestamos hasta de 10 Bs., muchos no tenían ni para comer y en la mayoría de los casos para eso era que prestaban" Aquí queda patentizado lo dicho por Andrew Carnegie: "El trabajo en equipo es la habilidad para trabajar juntos hacía una visión común" o en palabras de Idowu Koyenikan: "Hay poder inmenso cuando un grupo de personas con intereses similares se unen para lograr las mismas metas"

Por su parte, en el barrio Wilfrido Omaña del sector Sabaneta la Cooperativa Monseñor Moreno fue liderada por el bachiller Pablo Guillén Urea, José Antonio Moreno y María Elena Guerrero de Salas, en compañía de los socios fundadores: Efigenia Varela, Oliva de Bolaños, Eusebio Rojas, Carlos Molina, Berta de Ochoa, Isolda de Villasmil, Mario Rivas, José Méndez, César Jaimes, María de Durán, José Basilio Rojas, Leónidas Dávila, María de Montilva, Antonio Quiñónez, José Contreras, Vicente Elías Garay, Miriam Gómez y Honorio González, la mayoría ya desaparecidos físicamente y sobreviven los dos últimos de los nombrados, pero su esfuerzo no fue en vano y desde donde estén deben sentirse contentos de haber contribuido con su esfuerzo a formar esta gran familia. En su honor Corandes sigue creciendo en calidad, proyectándose hacia el futuro por la eficiencia de sus servicios. A pesar de los altibajos, ahora en plena etapa de relanzamiento. Éxitos a sus nuevos directivos.

La ciudad de Tovar ha sido tierra fértil para este tipo de iniciativas, a finales del siglo XIX fue constituida el 1 de junio de 1895 por hombres altruistas y bajo el impulso de Don Hazael Salas, notable impresor -a quien Tovar le debe mucho- la Sociedad de Artesanos Mutuo Socorro de Tovar, su lema era: "La caridad por base" y "El bien como fin", dicha sociedad tenía por objeto: "El mutuo socorro de sus miembros, el de estrechar sus relaciones, y el de crear un fondo común para la protección de éstos en caso de enfermedad, inutilidad o muerte". Si bien es cierto que el propósito fundamental no era el ahorro y crédito, al analizar en perspectiva sus objetivos, no hay lugar a dudas para afirmar que estamos ante la presencia de la primera cooperativa de Tovar. Y que esos prohombres fueron pioneros y ejemplo del movimiento cooperativo venezolano, al igual como lo es CORANDES en sus 50 años.

La Sociedad de Artesanos Mutuo Socorro de Tovar tuvo vida efectiva hasta 1920, entre sus proyectos: mantuvo un periódico institucional "El Artesano" y para sostener inviolablemente el sagrado principio de su unidad fraternal hasta más allá de la vida de sus asociados, la corporación edificó en el cementerio municipal, un conjunto de bóvedas unidas, donde fueron sepultados para dormir el sueño de los justo quienes pertenecieron a tan filantrópica institución, lamentablemente manos destructoras, derribaron tan singular monumento. A la par que grandioso fue el apoyo que la Sociedad de Artesanos brindo a la educación y la cultura tovareña -que será tema de otra Matria-.

Ayer como hoy, en la cooperativa es el hombre quien determina la situación y no el capital. La cooperativa coloca el negocio al servicio del hombre. La producción al servicio del consumo humano. Es primero que todo una escuela de hombres que quieren construir una sociedad justa y democrática (igualitaria): donde no solamente tengamos más sino que también seamos más personas. De allí la pertinencia de la máxima de Don Antonio Quiñonez "La cooperativa no se hizo para lucrarse, sino para prestar servicio a través del préstamo" Lamentablemente y es necesario recordarlo algunos socios - directivos olvidaron este precepto y creyeron que los préstamos eran para ellos solos y convirtieron a Corandes en su caja chica. Al respecto, escribí en su momento. https://www.aporrea.org/contraloria/a262848.htm

CORANDES ha sido eco de los principios y valores del cooperativismo: libre adhesión, control democrático, interés limitado al capital, reparto de excedentes, integración cooperativa y fomento de la educación. Sobre este último aspecto quiero referirme por ser la piedra angular del cooperativismo, al brindar educación y entrenamiento a sus miembros, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados las cooperativas están contribuyendo eficazmente a su desarrollo y progreso como empresa.

"Por educación entendemos lo que el pueblo debe conocer, para saberse manejar convenientemente en la vida" Esta educación práctica comienza por los casos más necesarios de la vida y más cercanos a nosotros: tener un oficio, espíritu de ahorro, una familia ordenada, comportarse como un ciudadano responsable. En este sentido, las cooperativas son el mejor ejemplo a seguir y en particular CORANDES, cuyo accionar nos toca tan de cerca y constituye un motivo de orgullo para el pueblo tovareño.

CORANDES llegó a ser tan grande como su nombre, lo confirma los datos señalados en la revista venezolana de economía CAYAPA, año 1, N° 1, mayo 2001, donde se deja por sentado que para 1999 era una de las cooperativas más sólidas de Venezuela con "3.300 socios activos" y "un movimiento crediticio de 1.331.498.124 bolívares", una considerable suma para el inicio del nuevo milenio, antes de las dos devaluaciones. En cuanto al movimiento crediticio según el informe anual de ese mismo año "se concedieron un total de 3.212 préstamos, por un monto en bolívares de 1.066.046.827,24 en la sede de Tovar y 265.451.296,81 bolívares en la sede de Bailadores" Cifras por lo demás notables, que nos muestran su esplendente pasado y comprometedor futuro.

Concluyo expresando mis más sinceras felicitaciones a todos los socios de esa gran familia llamada CORANDES: una empresa tan grande como su nombre, en especial a quienes integran su novel Consejo de Administración, Comisión de Fiscalización, Comisión de Educación, personal administrativo y obrero, son ustedes el motor que hacen posible tantos logros en beneficio de sus asociados y del pueblo en general. Como decía el poeta Whitman: "De todo éxito, por pequeño que sea, surgirá un día un esfuerzo más grande que lo completará" Un nuevo tiempo alumbra el camino a seguir. Ayer como hoy se impone el esfuerzo colectivo. Pensemos como Auliq-Ice que: "Juntos, la vida florece en algo inimaginable"

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