EN EL 85 ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO
Ricardo José Aguirre vino a estas tierras maracuchas el 9 de mayo de 1939. Aunque toda su niñez la pasó por los predios de Santa Lucía y el Saladillo, al terminar su Primaria se fue a estudiar al estado Táchira y en el poblado de Rubio obtuvo el Título de Maestro, profesión que ejerció con la misma pasión como cuando se emparrandaba como gaitero.
Ricardo comenzó a gaitear con el Conjunto "Los Sabrosos" y también llegó a cantar como solista con el "Santa Canoíta". Agrupaciones estas que en el medio gaitero no tuvieron la suerte de Ricardo quien terminó siendo el Monumental de la Gaita. Fue por el año 1962 cuando Aguirre se enroló a los Cardenales, que por cierto fue él quien propuso que le agregaran la otra frase "Del Éxito" que terminó haciendo de ese Conjunto al lado de "El Saladillo" los de mayor abolengo gaitero.
De los Cardenales del Éxito Ricardo pasó sus últimos días gaiteando con el Conjunto El Saladillo y entre los dos grupos gaitero explayó toda su obra musical en gaitas entre otras como La gaita del 65. La Parrandera. Reina Morena. La Bullanguera. Los Piropos. Mi Chinata. La boda del Cachicamo y por supuesto la Grey Zuliana que lo consagró como mejor gaitero que haya parido esta Maracaibo de gaitas y gaiteros.
En la esquina de mi casa quedaba La Flor del Zulia y al frente estaba la tienda El Saladillo. Detrás de la Flor del Zulia saliendo pa’ La Salina aparecía en un alto enlosao la tienda Alto La Mina. A cinco casas de la mía vivía Ciro Coyeyo, pero a tres casas, también vivía Rafael Rincón González, y por eso voy a recordar lo que él decía en su cantar: "Yo nací en los Biombos, soy del Saladillo y en La Flor del Zulia yo jugaba cuando niño".
Desde el Abasto El Saladillo hasta la esquina de San Juan de Dios, quedaba el Cerro la Gaveta y la tienda de Adalberto Bracho, La V.O.C. Por allí siempre pasaba la Reina Morena. En el gigante enlosao de la casa del Maneto, me encaramaba para ver bajar la procesión y justo, cuando llegaba a esa esquina, arrancaba a cantarle Ricardo Aguirre, sus gaitas llenas de amor absoluto y de infinita bondad.